
El plato electoral del 2024 está servido
Comparte Este Artículo
Los tres candidatos que aspirarán a la Presidencia de la República en el 2024 están virtualmente definidos. A un año y siete meses para la gran cita de mayo, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) arrancó primero el pasado domingo en ungir al elegido: Abel Martínez, que con más del 60% de la votación registrada en la consulta de simpatías se impuso a la exvicepresidente Margarita Cedeño y al ex procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito.
Como una estrategia para ir a la par con los otros dos candidatos que están en el ruedo, uno desde que asumió su primer mandato en el Palacio Nacional en agosto del 2020, Luis Abinader; y el otro, el expresidente Leonel Fernández que no tendrá inconveniente alguno en la Fuerza del Pueblo; el PLD maniobró para no entrar en violación a la Ley de partidos, que establece como octubre del 2023 el inicio de la campaña, y echó manos a la figura de «consulta de simpatías» para seleccionar su propuesta.
Todo salió a pedir de boca. Los peledeístas acudieron a las urnas el domingo pasado y poco menos de 450 mil personas participaron en estas elecciones celebradas con un padrón abierto, suministrado por la Junta Central Electoral, que cortó el 31 de agosto con seis millones de inscritos. El PLD que preside Danilo Medina cerró ese espinoso proceso al que estuvieron atentas las demás organizaciones, que inevitablemente no logran sustraerse del todo por la dinámica que gira en torno a estas actividades internas.
La cúpula en pleno del peledeísmo, incluyendo todos los aspirantes con excepción de Margarita Cedeño, subieron a la tarima para levantarle la mano al nuevo candidato que se medirá con dos pesos pesados en las elecciones del 2024. El alcalde de Santiago, que en más de veinte años de carre política en el PLD nunca ha perdido unas elecciones, se tomará una brevísima pausa luego de su intensa jornada que lo mantuvo en campaña por todo el país durante más de un año, para reanudar la desafiante carrera que la espera por delante.
«Lo mejor está por venir. Toca trabajar compañeros, junto a lo mejor de nuestra sociedad, para devolverle la sonrisa y la esperanza a los rostros de nuestra gente», fueron las primeras palabras de Abel en la Casa Nacional cuando fue declarado ganador por la comisión organizadora. «No es momento de bajar la guardia porque nuestra Patria nos necesita, nos llama; urge encauzar la nación por senderos del desarrollo, de seguridad, de estabilidad económica y de tranquilidad; en agosto del 2024 se van y empezará una era en la que juntos, construiremos una República Dominicana a otro nivel».
Abel Martínez es un «caballo de batalla» y lo acaba de demostrar en esta campaña que asumió con la determinación que impone la meta. Pero hereda un PLD en la oposición, desde el cual cientos –quizás miles– de militantes y dirigentes han migrado, principalmente, a la Fuerza del Pueblo y otros al Partido Revolucionario Moderno que, derramando a su paso el irresistible sabor de las mieles del poder, también se alimenta de todo el espectro político nacional. El incansable político de Santiago sale con la ventaja de ser la novedad del cóctel electoral, será el más joven del trío presidencial y está dotado del vigor y el hambre de triunfo con el que llega un aspirante a sus primeras elecciones de este nivel.
Abel tendrá que maniobrar para reunificar en torno a su proyecto al resto de los aspirantes –principalmente a Margarita Cedeño– y a todas las estructuras del peledeísmo –ponerle especial atención a las bases–, para lograr un desempeño que reivindique las tropas ahora comandadas por el expresidente Danilo Medina. Ese es el panorama que en lo inmediato recibe el exitoso político de Santiago. Inicia esta trepidante carrera de un año y siete meses con un escenario interno inmejorable: triunfó con más del 60% de la votación.

La reelección de Abinader
El Presidente Luis Abinader tiene menos prisa que sus opositores. La reelección es un hecho y la agenda del Gobierno va de la mano del candidato, inevitable y favorablemente. El PRM llegó a Palacio con 2,154,876 votos en sus bolsillos (52.52%), porcentaje que habrá que esperar las encuestas de cierta credibilidad para conocer en qué niveles de aceptación está su candidatura para un segundo mandato.
Con pronósticos pocos alentadores de los organismos internacionales en torno a cómo fluctuará la economía en el 2023, Abinader necesitará de golpes de efectos convincentes en este campo que le permitan empujar la presión de los precios, sobre todo, de los alimentos, afectados por la recesión internacional y los estragos indirectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Renglones sensibles como la educación y la salud tendrán que mejorar sus notas para que la población reciba los beneficios a corto plazo de una gestión efectiva de su gabinete. Los precios en la tarifa eléctrica, un apartado que obligó al mandatario a designar a la vicepresidente Raquel Peña para que maniobre con todo el aparato involucrado en este renglón, con el objetivo de que los precios no se sigan disparando.
La lucha contra la corrupción es un tema que empieza a generar indiferencia entre el ciudadano de a pie. Estará por comprobarse cuál será el veredicto de los mayores casos que involucran a ex funcionarios de primera línea de la gestión gubernamental pasada. A esta fecha, se esperaba la puesta en marcha de otros casos importantes que trascendieron en la opinión público pero que todavía siguen sin ejecutarse.
Luis Abinader tiene cancha abierta para poner en marcha su reelección. Es el Presidente de la República, un mandatario carismático, cercano y en constante contacto con la ciudadanía. Pero por comprobarse están sus probabilidades para ganar en primera vuelta, repetir la hazaña del 50+1, en un escenario totalmente diferente al del 2020: un PLD dividido, una población que apostó al cambio y unas elecciones que se celebraron durante una pandemia. La ecuación es completamente diferente en este caso.

Leonel Fernández crece y crece
La Fuerza del Pueblo es un partido muchísimo más fortalecido que el que concurrió a las elecciones del 2020, una organización que se fundó en meses, armó su boleta electoral bajo el ataque incesante de las demandas judiciales, una pandemia y, de todas formas, logró el 8.9% en las votaciones con un total de 365,230 sufragios a nivel nacional. Toda una hazaña.
Hoy, Leonel Fernández es el líder de la oposición, rol que tratará de arrebatarle Abel Martínez ahora como candidato oficial del peledeísmo, pero sin dudas con menos luces y experiencia para medir fuerzas en ese terreno con un político que fue tres veces Presidente de la República.
Fernández no tiene que hacer gran esfuerzo para lograr la atención de los medios. Es un político curtido en la arena del ejercicio, la universidad del oficio. Su estructura se afianza con el tiempo, recibiendo dirigentes y militantes de otras organizaciones, principalmente del peledeísimo, y ejecutando tácticas que redondean sus aspiraciones para el 2024. Con sus ojos puestos en un cuarto mandatario, del cual estuvo a punto de mate en el 2020 si hubiese logrado la candidatura en el PLD, el expresidente va a velocidad crucero para afrontar un proceso muchísimo menos espinoso que el de hace dos años atrás.
Pero, indudablemente, nada está por sentado en la política. Erigido como el líder natural de la oposición, detrás irán los alfiles del tablero que incluye jugadores que, si no logran comulgar con la reelección, como es el caso del Partido Revolucionario Dominicano y el Reformista Social Cristiano, que pueden volver a configurar una coalición con iguales características como la que posibilitó el triunfo de Luis Abinader.
La mesa está servida. El cronograma político está en su paso indetenible, con tres candidatos entre los cuales dos se juegan la supervivencia y el liderazgo electoral y un tercero que ya empezó ganando.