Mensaje político en logo, eslogan y afiche
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Ciertamente, durante las campañas es indefinible la cantidad de informaciones transmitidas por todos los candidatos. Ya los electores casi no asimilan ni siquiera lo esencial, y rechazan más del 90% de la propaganda expuesta. De modo que, si se tienen persuasivos mensajes y no se transmiten de modo eficaz, de nada sirven.
Contamos con diversas formas de difusión del mensaje político, y es preciso hacer referencia a las dos técnicas calificadas como base, en el sentido de que están presentes y contenidas en cada información o actividad proselitista: el logo y el eslogan. Se les suma el cartel electoral o afiche, como decimos en República Dominicana.
De manera general, es sabido que los diferentes mensajes deben complementarse entre sí y reforzarse de forma auditiva con un lema o eslogan, o de manera visual con un ícono, logotipo o símbolo distintivo de la propaganda.
El eslogan: es esa cadena de palabras precisas que adquiere significado por la repetición y el contexto.
El eslogan político persigue el objetivo de sintetizar el mensaje que el candidato dirige a sus electores. Al leerlo, escucharlo y exponerlo se estará resumiendo sus propuestas. Es una apuesta vital para el posicionamiento de la imagen del aspirante; una guía sobre el tono que asigna a la campaña e incluso, la posición que ocupa respecto a sus principales adversarios.
Mediante el eslogan el candidato se autodefine y enuncia sus planteamientos y ofertas electorales de un modo breve pero claro y, a menudo, se trata de unas ideas contenidas en el discurso que éste maneja, con el objetivo de llamar la atención del público.
Su importancia radica en que identifica y cohesiona a sus simpatizantes, diferencia la propaganda y sintetiza la filosofía del candidato, entre otras razones. También se aconseja el uso de eslóganes secundarios que refieran problemas específicos o circunstancias especiales.
Los eslóganes se formulan dentro de un lenguaje positivo y para cada campaña es ideado uno. Con tal de fijarlo en la mente del público se producen objetos promocionales como gorras, camisetas, llaveros, etc. así como canciones en forma de jingles. Si se está en el poder será con mensajes que recomienden la continuidad, y si se está en la oposición, se promueve la conveniencia del cambio. Los temas más explotados en éstos son: el liderazgo, la experiencia, el cambio, el concepto de cercanía, la confianza, el bienestar, la popularidad, la escucha, el optimismo y otros.
El «sí, se puede» usado por Martín Torrijos en las presidenciales de 2004 en Panamá y utilizado en 2008 por el candidato presidencial Barack Obama como «Yes, we can» son muestras de mensajes positivos, integradores y optimistas que dieron buen resultado en su momento.
En República Dominicana se ha recurrido mucho a el concepto de «el cambio» en los últimos años: «El verdadero cambio», de Juan Bosch y Leonel Fernández en el 2004; «Eduardo la vía del cambio», de Eduardo Estrella en el 2008; «El cambio para mejorar», de Miguel Vargas Maldonado en el 2008; «El cambio seguro», de Danilo Medina en el 2012; y «El cambio va», de Luis Abinader, en el 2020.
Como se observa, el eslogan suele evocar las necesidades de la gente y las aspiraciones de los partidos y candidatos. Es vital evitar cualquier doble sentido que la ciudadanía o los medios de comunicación puedan captar en las expresiones escogidas, sobre todo en esta era de memes.