Corrupción
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No hay una palabra tan manoseada, hablada y escrita como el título de este artículo. La corrupción es un fenómeno arraigado en nuestra sociedad, que a veces ni le prestamos atención y otras, los casos son tan descomunales (como sucede actualmente) que nos deja perplejos en montos y logística. Hasta ahora, ¿qué ha pasado con los casos de corrupción de pasados gobierno? Pues poca cosa. El actual Ministerio Público se empeña en desenmascarar a los corruptos del pasado gobierno que junto a empresarios y particulares tuvieron como objetivo adueñarse y desfalcar los recursos del Estado. Son varios casos, todos sonoros y de miles de millones de pesos que faltara tiempo y espacio para hacer «justicia».
Los distintos gobiernos que hemos tenido nos han cargado un lastre de corrupción que ha dividido más las clases sociales en nuestro país, y la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más palpable de ver y sentir.
Obviamente, para que haya corrupción tiene que haber corruptos e instituciones y actores cómplices. Muchos se enrolan en cargos políticos haciendo de la política la «panacea» de sus vidas y la solución a sus problemas.
La política para ex funcionarios se convirtió en el mejor de los negocios, hizo millonarios a hombres y mujeres que llegaron descalzos a sus puestos y en cuestión de días andan subidos en el lujo. Otros, sin necesidad se enrolaron en casos de desfalco al Estado pienso que con la única intención de la avaricia. Tener más de lo que ya tienen a cualquier costo político y personal. No les importa la vergüenza, el descrédito ni quedar su desfachatez al descubierto de toda una nación. Les sobró gran capacidad de ingenio a todos.
Desde que el actual gobierno del Presidente Luis Abinader tomó posesión tiene al Ministerio Público como su «piedra mágica». Como su as bajo la manga para fines reeleccionistas en una sociedad cansada del robo institucional y con sed de justicia. Abinader prometió una Procuraduría independiente y en teoría se ha ido cumpliendo, pero la falta de recursos apremia y la dimensión de los distintos casos de corrupción destapados por la Pepca son tan complejos y desquiciantes que nadie sabe el tiempo que tardará los juicios finales de cada uno de ellos. Para la oposición política, todo esto es circo y pandereta del Ministerio Público.
Otros osan llamarlo «persecución política» cuando incluso varios culpables en cada uno de los casos han devuelto ciertas cantidades de lo robado y delatado a otros con único fin de salvarse. Entre los casos hasta ahora conocidos: Caso Coral, Coral 5G, Antipulpo, Medusa y Calamar, solo en eso en este país se desfalcó más de 65 mil millones de pesos y aun queda por saber las «visitas sorpresas» del pasado gobierno. Pregunta: ¿quién dijo que somos un país pobre? ¿Quién?
Esa es la sociedad donde vivimos en que los políticos y empresarios se unen para fines corruptos y perjudicar a todo un país que tiene temas urgentes que resolver y donde los recursos se agotan. Se agotan porque se los roban y se los llevan en fundas de basura y maletas.
En ese sentido, y visto lo visto y lo que aún falta por ver ¿podemos confiar en el actual Ministerio Publico? ¿Será solo circo y sangre para llamar la atención y negociar con los implicados para dejarlos en libertad? ¿Sería más justo también que los chivatos y delatores también cumplan cárcel, aparte de devolver lo robado? Si hablamos de corrupción institucional ¿por qué el Ministerio Público no empezó de atrás hacia delante, con los expresidentes y los casos conocidos de años anteriores donde no pasaron de ser una simple denuncia? ¿Qué nos falta por conocer? ¿Qué pasa con los casos de corrupción de este gobierno? Etc.
Los políticos, ciertos empresarios y algunos particulares suben de manera estrepitosa al primer vagón que les pasa por enfrente con la oportunidad de desfalco institucional. Luego hablan de «patriotismo».