
Fuera de la cárcel
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Finalizados los 18 meses de prisión por el «caso Medusa», el ex procurador Jean Alain salió libre de la cárcel de Najayo a cumplir «prisión domiciliaria» y según algunos entendidos, nunca volverá a pisar un reciento penitenciario. Miles de hojas de un expediente complejo, lleno de argumentos, pruebas y muchas elucubraciones del mismo, incluso antes de que la prensa se hiciera eco. Algo parecido al expediente de Donald Guerrero, que la «excelsa» Yeni Berenice tiene engavetado en su despacho con orden de no ser difundido, a pesar de ciertos detalles que ya se conocen. Entonces, ¿qué pasó que no pudo derivar en un juicio final este caso antes de esos 18 meses?
¿Qué se demostró con la liberación de Jean Alain? Que el sistema judicial del país continúa débil basado en un código penal pobre. También, que las acusaciones de violentar el proceso con intentos de compra de testigos como una artimaña del procesado para retrasar este asunto, resulta medianamente incomprensible si partimos de la base de un expediente que según quienes lo hicieron está lleno de pruebas contra el imputado. Un preso que armó de un grupo de abogados de vasta experiencia para poder salir «airoso». Eso también cuesta.
Antes que el ex procurador saliera de la cárcel ya se había consumado la salida de algunos imputados de otros casos sonoros como: Antipulpo y Coral, como ustedes saben. Les llega a casi todos, el vencimiento del tiempo de la medida de coerción y según lo estipulado en esa dichosa ley, deben ser liberados y ordenados a cumplir prisión en su casa. Pero ¿quién vigila eso?
Esta nueva «justicia independiente» se ha tirado encima varios expedientes muy fuertes y cargados de corrupción, han señalado y apresado a muchos que tal vez nunca imaginaron verse tras las rejas. Dar a conocer a la sociedad las intringulis de esos casos, sí ha sido positivo para todos, pero no el manejo, proceso y liberación de los mismos cuando aún no se han realizado juicios de fondo de carácter. El Ministerio Público tiene muchos frentes abiertos y estos son casos que tomaran muchos años en poder tener algún «desenlace» final. Si es que, al fin y al cabo, lo tendrán…
En ese sentido, la procuradora actual Miriam Germán dijo ya que espera poder entregar su cargo el año que viene gane quien gane las elecciones, así que el tiempo para ciertos manejos bajo el mando de Miriam se agota. Ella ha sido, aunque algunos no lo crean, un espaldarazo para Yeni Berenice y Wilson Camacho en estos casos. Obviamente, con sus diferencias, acuerdos o desacuerdos se han podido señalar imputados, recuperar y devolver millones de pesos para el Estado de potenciales involucrados en todos los expedientes y tratar de volver a creer, aunque sea un poquito en ese poder Judicial tan cuestionado.
Las redes sociales son el caldo de cultivo para propiciar y emitir reclamos y denuncia de todo tipo y más cuando se trata de casos judiciales. Al salir Jean Alain de la cárcel, muchos recurrieron al eterno populismo de: «Y los infelices que se pudren en las cárceles a la espera de un juicio, o que ya tiene vencida la coerción, deben salir». Y no, no deben salir, sea quien sea que esté purgando un delito, porque así como debe estar preso alguien que desfalca el Estado, también aquellos «infelices» que roba, atracan, matan, violan y cercenan vidas sin contemplación. El sistema judicial dominicano es muy débil, poco práctico, antiguo y con penas tontas. Un código que debería estar reformado hace décadas, pero no hay manera de que las autoridades se pongan de acuerdo y escuchen a la sociedad. El conservadurismo no permite que el poder Judicial avance en el país.
Mientras tanto, los miles de millones de pesos invertidos en la cárcel de La Nueva Victoria bajo el mando del ex procurador liberado se lo traga el desuso y el tiempo.