
¡Aquí no pasa nada!
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Casi finalizamos un año trepidante para el país y el mundo luego del estreno de esta segunda década del siglo bajo el umbral de una pandemia que sembró de muchas muertes estos dos últimos años, hizo colapsar ciertos sectores de la economía y hasta el ánimo de cualquiera sucumbió. Hace ya 10 meses inició una guerra entre Rusia y Ucrania luego de tanto tiempo de amenazas por parte del dictador Putin que solo ha dejado muertes, destrucción y una fortísima inflación que nos salpica a todos con los precios de alimentos disparados y donde llegar a fin de mes se hace cada vez más cuesta arriba.
Como sociedad, en nuestro país, observamos tantos frentes abiertos de corrupción, expedientes de robo de tantos y tantos miles de millones de pesos que ya hasta el más ducho en cálculo perdió la cantidad exacta que ciertos truhanes robaron del erario y a duras penas, han devuelto una parte, no todo lo sustraído. Se comprueba de cierta manera que continuamos con un Poder Judicial y una Suprema Corte de Justicia confabulados con el sector político y empresarial, a pesar de la estrategia del gobierno de tener un Ministerio «independiente» de cara a la opinión pública. Con todo y eso, aquí no pasa nada.
Así mismo, otro año más en el que continúan las carencias en hospitales públicos y la pobre calidad de la enseñanza en el sector publico de todo el país. Presupuestos que han sido dilapidados en el Ministerio de Educación donde a fecha de hoy, nunca se ha realizado una auditoria para conocer la verdad de toda la corrupción ejecutada por distintos ex ministros en esa institución vital para el desarrollo de cualquier sociedad. Uno de las instituciones con mayor cantidad de presupuesto asignado y nunca ha pasado por allí alguien que verdaderamente le duela la educación de este país. Muy parecido al festín de millones provenientes del erario para cosas pueriles por parte del gobierno disfrazado de «ayuda social». ¡La Navidad obviamente es siempre la mejor excusa para el reparto sin fiscalización, incluido los millones que les repartieron a los artistas el año pasado y éste bajo la excusa de actividades navideñas, pero es lo mismo!
Otra institución que se quejan de que no tienen suficiente presupuesto para resolver problemas de antaño como lo es Cultura, acaba de gastarse largos millones de pesos en actividades navideñas en plaza del Alcázar de Colón, pero no aparece duraron años para resolver el aire acondicionado en Bellas Artes, aún no hay dinero para acondicionar el Teatro del Cibao, y tampoco hay presupuesto para que Milagros Germán apoye a productores independientes y puedan construirse más salas públicas para el disfrute de todos.
Nada ocurre en una sociedad acostumbrada a la mediocridad en sus instituciones, a escándalos diarios de corrupción gubernamental amparada por líderes que se erigen en que lo pueden todo, y al final no resuelven nada. No pasa nada porque Salud Pública sabe que hay hospitales en todo el país que se caen a pedazos y la región Sur no tiene aún un hospital traumatológico. Y tampoco hay vacunas para el cólera que está llenando de enfermos el país vecino y que ya la tenemos con nosotros.
Aquí tampoco pasa nada, cuando tenemos un Poder Legislativo en el que nada ha cambiado. Es aún peor que los pasados 20 años del PLD. Y eso querido lector, es mucho decir. Senadores y diputados que solo cobran lujosos sueldos, no aportan nada salvo alguna que otra excepción y para colmo, los préstamos de millones de dólares continúan en fila india.
En definitiva, no pasa nada en esta isla donde se cambia la Constitución a gustos presidenciales, se otorgan penas judiciales de risa, los legisladores se venden y compran al mejor postor e intereses particulares, las mujeres y minorías no tienen derechos, los eternos partidos políticos consumen el erario y usan la pobreza como proselitismo barato y el circo es eterno… ¡Aquí no pasa nada y todo sigue igual!