Ciclo
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1. Un nuevo comienzo de ciclo, de año, nos aguarda como país, como parte de un todo llamado mundo. Un mundo cada día más exigente, distinto y acelerado. Un tren que cada día demanda más de nosotros y nos exige estar y prepararnos más como sociedad.
2. Nos enfrentamos a un año pre-electoral donde el gobierno se ve abocado a cumplir lo indecible por el solo hecho de ganar adeptos y sembrar el camino de la reelección. La eterna «reelección» de la que todos reniegan pero cuando están ahí arriba, caen, ceden ante la tentación de continuar en el poder. Cambian si es necesario la Constitución (aquel pedazo de papel) para conseguir sus objetivos de continuar en el sitial del electorado. Las ambiciones políticas no conocen de memoria.
3. Por supuesto, arrastramos como país problemas básicos que deberían haber estado solucionados de raíz: agua, electricidad, calidad en la educación y salud pública. Pero que aún no tienen solución y sí mucho desgaste en la opinión pública. Los años, las décadas caen sobre el país y en esos aspectos andamos hacia detrás.
4. Debemos como país con aspiraciones a ser «desarrollados» apostar y exigir mejoras en la educación pública. Miles y miles de estudiantes acuden a estas escuelas carentes de una educación adaptadas a estos tiempos. Una educación que debe incidir en idiomas, investigación y desarrollo, ciencia y más ciencia. Con profesores calificados en cada asignatura. Sí, sé que todo eso cuesta mucho dinero pero tenemos un Ministerio de Educación, que ha dilapidado millones a la basura sin resultados óptimos. No estamos como país en la ruta de los objetivos del desarrollo de la educación en un Continente con muchas deficiencias en este sentido. Un problema que es la base de una sociedad con aspiraciones de progreso.
5. De vuelta al aspecto político, estos próximos 365 días no serán distintos a los ya vividos. La política partidista marca la agenda diaria del país. El gobierno este año completo, más que nunca, no dejará de «complacer» y buscar solución a lo que no pudo en sus dos primeros años por razones ya conocidas. Tiene un Congreso postrado a sus pies que obedece sus órdenes. Hará todo por construir y dejar obras materiales como símbolo de su paso por el poder.
Sumado a la carnicería política de los demás partidos políticos que con el cuchillo en la boca, arreciaran sus operaciones, ataques y disertaciones políticas para conquistar el favor de la ciudadanía. Creyendo eso sí, que este pueblo no tiene memoria de lo acontecido.
En ese sentido también, la justicia tiene un año retador por delante para demostrar su «independencia» en los casos pendientes y la ejecución de lo que enfrentará. Un Ministerio Público que debe revisarse para ser más efectivo. Veremos.
¡Un año interesante en muchos aspectos de la vida socio-política nos espera!