
¿Preparado para el 2023?
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Hasta el 30 de noviembre de 2022, República Dominicana había recibido 7.1 millones de turistas y casi 9,000 millones de dólares estadounidenses por concepto de remesas familiares. Eso es oxígeno para las finanzas públicas de la media isla, puesto que los números demuestran la resiliencia hacia los choques externos y la incertidumbre caracterizada por un mundo que lidia con una guerra abierta en el corazón de Europa, amenazas de agresión entre Estados Unidos y China por la soberanía de la Isla de Formosa (sus autoridades de facto le llaman Taiwán) y tasas de política monetaria más altas por parte de la Reserva Federal (Fed) que limitan las inversiones en mercados frontera como el nuestro.

Marcos, de 25 años, es taxista por aplicaciones. Si bien es cierto que este estudiante de un solo año de contabilidad en la universidad estatal encontró un sustento en los servicios digitales de movilidad, también es real que los sindicatos establecidos cierran el cerco sobre las matas de bonanza (llevar pasajeros a hoteles y aeropuertos), además de que una creciente cantidad de personas hasta alquilan vehículos para hacerle la competencia. Ante jornadas de 60 horas semanales que le obligaron a dejar la carrera y márgenes operativos cada vez menores entre el aumento del gas propano y la constante de los fit de las apps, al conductor-estudiante se le hace difícil ser optimista.
Pero cuando le cuentas a Marcos, o a cualquier otro en situación similar, que República Dominicana en solo dos años recuperó sus niveles exportadores previos a la pandemia del coronavirus, el lenguaje corporal de su rostro no puede evitar delinear rasgos de resentimiento. «Trabajo como burro y apenas alcanzo a mantenerme y a cumplir con la manutención de mi hijo. La verdad, esto no es vida. Ahora, sé que hay mucha gente pasándolo bien. Tengo una amiga que trabaja en el Estado con un buen salario fijo y apenas cumple horario, tiene muchos días libres y se le nota que no aguanta mucha presión laboral. No sirvo para la política o para andar bandereando. Tal vez lo que más me convenga sea emigrar», señaló el taxista por aplicaciones.
Es que se impresionó cuando le dije que de enero a noviembre de 2022 millones de familias recibieron, de parte de un doliente residente en el extranjero, lo equivalente a lo que recaudan al Dirección General de Impuestos Internos y la Dirección General de Aduanas, en materia de tributos de actividades interiores y arbitrios (como aranceles) generados por el comercio internacional (importaciones más que nada). Sin embargo, su percepción individual, sin educación ni un apoyo familiar sólido, deja bastante que desear de cara a 2023.

2023 es el año de recoger lo que con altos costos se ha sembrado entre 2020 y 2022. Alzas abruptas y breves en la canasta familiar permitieron a diversas empresas financiar sus procesos de transformación digital, acciones que elevarán la productividad de los negocios hacia niveles que aún ninguna organización pública o privada se ha propuesto medir.
Dinorah es una joven de 25 años que en 2021 regresó luego de cinco años de estudios de ingeniería informática en la Universidad de Nueva York. Me contó que el metaverso aún está lejos de convertirse en el nuevo estándar de conectividad, porque a los mundos virtuales les hace falta compartir un mismo lenguaje, del mismo modo en que el internet tradicional tiene en común el HTML y el código www. Pese a que este metaverse believer cuenta con decenas de argumentos contra esa afirmación, el «pleito» se quedó para otro día y la conversación giró sobre lo que la girl-tech espera para el 20-23.
Acabándose diciembre de 2022, analiza al menos cinco propuestas de empleo en empresas grandes donde se solicitan personas jóvenes (si menores de 30, mejor), con dominio de un inglés que rara vez se habla en los pasillos corporativos dominicanos y si aprendieron en el extranjero a programar, pues mejor. Dinorah no solo sabe que de algunos de esos prospectos la llamarán porque no sobran recursos humanos con esas características, sino que en una de esas plazas hay un alto ejecutivo que es su tío, lo que la coloca en el carril de adentro para obtener un empleo.
Así, pese a que aún 700,000 personas en este país no ingieren el mínimo de 2,000 calorías diarias de acuerdo con la FAO (Organizaciones de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), para Dinorah las perspectivas de cara a 2023 son buenas. «También sé de empresas medianas y pequeñas con intenciones de automatizar o digitalizar algunos procesos, y me parece que puedo ayudarlos en mi tiempo libre, cambio de obtener pronto un inicial que me permita comprarme mi carro, ya que mi primer vehículo lo vendí para ayudarme con mi manutención mientras estudiaba en Nueva York», dice, al tiempo que me recalca que no tiene hijos, que cuenta con el apoyo irrestricto de sus padres y familia extendida, además de que aún no tiene responsabilidades financieras fijas.
A Dinorah sí le preocupa algo. La deuda pública consolidada de la República Dominicana roza los 60,000 millones de dólares estadounidenses, más de la mitad del producto interno bruto de la nación. Por otro lado, por cada 100 pesos dominicanos que recaudan los sistemas fiscales del país, 26 pesos van directo a cumplir con los pagaré de esa deuda consolidada, lo que lleva a la ingeniera informática a analizar la probabilidad de varios escenarios: el aumento de los impuestos (lo que reduciría sus ingresos reales), un aumento de la tasa de interés de la política monetaria (lo que encarecería la adquisición de su carro) o la aplicación de estrategias de austeridad estatal (lo que complicaría el mercado laboral para profesionales que aún no se han establecido, como ella). En mi opinión, cada uno de esos escenarios es posible, o peor, algunos o todos a la vez.

Contraste de realidades
¿Quién está más cerca de la realidad, Marcos o Dinorah? Ambos están en el mismo barco, tienen la misma edad y son dominicanos. Sin embargo, cuentan con diferentes herramientas, opciones y obstáculos (o falta de los mismos) para afrontar los desafíos que 2023 trae para todos: como una economía de guerra que seguirá encareciendo el petróleo, los cereales, los medicamentos y los metales sensibles para la industria, incertidumbres políticas que quitarán las ganas de viajar al Caribe a más de uno en Estados Unidos y Europa, sin contar con que mayores tasas de interés en países desarrollados contraerá la inversión extranjera directa en el mundo.
La ventaja de República Dominicana es el sosiego social en medio de la inestabilidad que se ha convertido en norma en América Latina, paz que la clase política local tiene la responsabilidad de mantener en un año preelectoral. También, que, entre los mercados frontera de Occidente, el país sigue siendo atractivo para la inversión, puesto que turistas desde California hasta Polonia continúan visitándonos, y fuimos la única nación cuya moneda se apreció frente al dólar estadounidense en 2022. Por otra parte, las autoridades deben propiciar que los actos de violencia delincuencial sigan siendo individuales y esporádicos, haciendo lo necesario con fines de que bandas criminales no se tomen territorios ni mercados.
La inflación continuará en República Dominicana, pero no se alejará mucho de la meta fijada por el Banco Central de cinco por ciento. Ahora bien, los empresarios serán renuentes a aplicar los aumentos de sus insumos a los clientes finales, lo que liberará un tanto la economía familiar, aunque reduzca los márgenes operativos de las compañías, las cuales a su vez sean más renuentes para contratar nuevo personal.
Por otro lado, la automatización dará de lado a una cantidad creciente de obreros provenientes de Haití, cuyas opciones son quedarse a lo que sea en República Dominicana o buscar otros destinos de vida, ante la crisis de seguridad pública que persiste.
Comprar casa con hipoteca será más complicado con tasas de interés más altas, pero mayores flexibilidades para acceder a crédito de vivienda pueda aumentar aún más el aporte que la construcción hace al PIB, que ya ronda el 11%.
Estés en una posición similar a la de Marcos o cuentes con las perspectivas positivas de Dinorah, el 2023 será, en gran parte, en base a la preparación que tengas para recibirlo.
»El autor es periodista y economista.