Litigio climático
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El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se pronunció recientemente sobre tres demandas históricas: seis jóvenes portugueses denunciaron al conjunto de países europeos por su inacción frente a la crisis climática, una agrupación de mujeres jubiladas demandó a Suiza por «no hacer lo suficiente» por frenar el calentamiento global, y el exalcalde del municipio francés Grande-Synthe abrió una causa contra Francia por «vulnerar el derecho a la vida de los ciudadanos» por no implicarse lo suficiente en la lucha climática. Tras más de cuatro años de vaivenes en los juzgados, el tribunal europeo se ha pronunciado a favor de la demanda suiza y ha inadmitido las otras dos por cuestiones técnicas.
En la primera sentencia emitida, el tribunal decidió dar la razón a la plataforma suiza de mujeres jubiladas Klima Seniorinnen y reprochar la inacción del gobierno suizo frente a la crisis climática. Los jueces reconocen, por un lado, que el Estado «ha fallado» en la aplicación de medidas para frenar el calentamiento global y proteger a su población frente a los múltiples impactos de la crisis climática, y por el otro, que esta falta de acciones supone una violación de los artículos 6 y 8 de la convención europea de derechos humanos en tanto que «vulnera el derecho a la vida de los ciudadanos». El fallo emplaza a Suiza a que «cumpla sus obligaciones» y aplique las medidas previstas para, por ejemplo, recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero. La condena, pues, no implica sanciones, pero abre una interesante vía de presión a los gobiernos.
Con relación a los otros casos, el TEDH afirmó que las demandas no cumplen los requisitos para admitirse a trámite. En el caso de la demanda de los activistas portugueses, el tribunal afirmó que estos debieron haber llevado su caso primero ante un tribunal nacional. En el caso francés, los jueces afirman que el demandado, que presentó su causa mientras era alcalde de una localidad francesa afectada por la subida del nivel del mar, ya no consta como parte afectada en tanto que ya no ejerce este cargo y, además, se ha mudado de país.
Retornando al caso que sí ganó la demanda, la de las «abuelas por el clima»: todo empezó el verano de 2016 cuando una ola de calor extremos azotó el continente europeo. Entonces un pequeño grupo de mujeres jubiladas residentes en Suiza empezaron a hablar entre ellas sobre cuánto les preocupaba el aumento de este tipo de fenómenos, el grave «impacto en su salud» y, sobre todo, «la falta de acciones de sus gobiernos para luchar contra la crisis climática y evitar que todo esto incremente a peor». Ese mismo agosto, en su primera asamblea, consiguieron congregar a 40 asistentes y fundaron la plataforma Klima Seniorinnen (abuelas por el clima). Ahora, ocho años más tarde, suman más de 2,000 miembros y acaban de lograr por primera vez en la historia que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condene a un país por su inacción frente a la crisis climática.
Sí, esta historia fue descrita como la de «David contra Goliat». Y no solo porque, en la práctica, se trata de un grupo de jubiladas demandando a un estado como Suiza y elevado la causa hasta el más alto de los tribunales europeos. La fuerza de su historia es, en realidad, la persistencia de su lucha. «Nuestra exigencia es simple: los gobiernos tienen la obligación de proteger nuestra salud frente a los impactos de la crisis climática».
El grupo de jubiladas denunció, por un lado, la falta de compromiso de los gobiernos en la lucha contra la crisis climática y en la aplicación de medidas como, por ejemplo, la reducción de emisiones necesarias para frenar el calentamiento global. También, denunciaron la falta de protección que se brinda a los ciudadanos frente a olas de calor y el desamparo del sistema judicial de su país por negarse a atender sus quejas.