Alfredo Pacheco evita la confrontación y decide volver a aspirar como diputado
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Más que un soldado de su partido, como se definió hoy cuando anunció su inscripción como precandidato a diputado, Alfredo Pacheco es un político que conoce sus posibilidades electorales dentro y fuera del Partido Revolucionario Moderno. Más que «con gran emoción» y «mucha humildad», el presidente de la Cámara de Diputados, con esta decisión de buscar la reelección en la circunscripción dos del Distrito, evitó ser parte de la confrontación interna que es mucho más fuerte que lo que se puede apreciar desde afuera.
Aunque Pacheco reiteró cada vez que pudo que «no iba a aspirar a la candidatura para la alcaldía del Distrito» –un sueño que se ha convertido en una pesadilla política– en su elocuente comunicado de hoy admite que sus intenciones reales sí lo ubican en un proyecto fuera, por lo menos, de la cámara baja.
«Hace un tiempo había externado el criterio de que mi misión como legislador estaba llegando a su fin y que era el momento de experimentar nuevas metas y explorar nuevos caminos», escribió en comunicado publicado en sus redes. «Aun así el liderazgo de mi partido en los más altos niveles me ha hecho saber de diferentes formas y maneras, que la experiencia acumulada en el Congreso Nacional, escuchando y buscando el consenso efectivo para afrontar los desafíos que tenemos como sociedad, continúan siendo muy importantes para aportar soluciones al país».
Pero a Pacheco no tuvo que convencerlo «el liderazgo de su partido» para que este domingo firmara la solicitud en la que oficializó su próximo regreso a las calles que trae la campaña. Hombre curtido en la política, que ha tenido que librar las batallas circunstanciales que trae el tiempo en el oficio, prefirió obrar a favor de una de las tendencias –se le ha visto acompañar en varias ocasiones al diputado Aníbal Díaz– que luchan con ferocidad por hacerse con una candidatura que la actual alcaldesa reniega por encima de sus superiores inmediatos. Y eso no es poca cosa.
Carolina Mejía, todavía al día de hoy, no está en asumir la repostulación a la alcaldía, pero en obediencia a su padre, el expresidente Hipólito Mejía, y la tendencia que éste comanda, están decididos a seguir impulsando su delfín hasta el final. Mejía, el papá, tan empoderado como se sabe el segundo abordo en el gobernante PRM, va labrando el terreno para conseguir la mejor cosecha en vista de la repartición de cuota que supone la conformación de una robusta boleta electoral y, a su vez si se alzan con la reelección presidencial, de la asignación de dependencias e instituciones gubernamentales.
Alfredo Pacheco, inteligentemente, marcó distancia directa de esta confrontación. Apostó a una repostulación que no tendrá mayores dificultades para retener la curul y, casi seguro, un cuarto año consecutivo como presidente de la Cámara. «En este nuevo período», escribió hoy en su comunicado, «de resultar electo, vamos a redoblar los esfuerzos para continuar impulsando proyectos que promuevan el desarrollo económico sostenible, la educación de calidad, el acceso a la salud, la transparencia y el fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas».
Mientras la temperatura aumenta en la olla de presión que se ha convertido el PRM en el Distrito, el liderazgo que maniobra desde Palacio, observa y espera que las encuestas arrojen números incontrovertibles, para que Luis Abinader no se vea en la obligación de arbitrar un combate que a la larga suele cobrarse a buen precio la carrera de cualquier político. De eso estaba muy consciente Alfredo Pacheco cuando prefirió volver a buscar la reelección como diputado.