
La historia de la rivalidad entre Roberto Salcedo y Domingo Contreras
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Roberto Salcedo es el más exitoso outsider de la política dominicana en los últimos 25 años. Pasó de ser un integrante de un famoso cuadro de comedias de la televisión meridiana, conformada por experimentados y reputados humoristas, a convertirse en productor y conductor de un programa dominical que compartía audiencia que la propuesta kilométrica dominical de don Freddy Beras Goico («El gordo de la semana»).
En 2002, el humorista y productor de televisión se convirtió en el primer alcalde del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Hay que destacar que la plaza política de la capital siempre fue un bastión del otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Después de la muerte de Rafael Leonidas Trujillo, el partido blanco ha sido la organización que más ha dirigido el gobierno de la capital. Se recuerdan gestiones del inefable Manolín Jiménez, Pedro Franco Badía, José Francisco Peña Gómez, Rafael Suberví Bonilla hasta llegar al popular merenguero Johnny Ventura.
En una ocasión, Roberto Salcedo conjuntamente con el párroco de una de las dos grandes iglesias católicas de Cristo Rey, el popular Rogelio Cruz y el periodista José Patricio Monegro, actual director del periódico El Día, iniciaron una campaña de rescate del cementerio del populoso sector de la parte norte de la capital. Utilizaron como medio de difusión el programa «7 x 7 Roberto» que se difundía para la ocasión por Teleantillas. La campaña consistía en pintar todo el campo santo y embellecer algunos espacios públicos del citado barrio.
Esa campaña ayudó a crear una imagen de «municipalista» de la figura de Roberto Salcedo, lo que lo llevó a presentarse en una ocasión como aspirante a la alcaldía de la capital. Y perdió. Quiero compartir un dato que poca gente conoce. Algunos peledeístas responsabilizan a Felucho Jiménez de ser «el culpable» del surgimiento de un Roberto Salcedo como alcalde del Distrito Nacional.
Jiménez siempre fue visto como la figura idónea para dirigir la alcaldía de la primada ciudad de América o del Nuevo Mundo. Sin embargo, el ex miembro del comité político del partido morado, un buen día, comunicó a sus compañeros de organización que no lo ponderaran para esa candidatura. Fue entonces cuando Danilo Medina, armador por excelencia de las estrategias políticas y electorales del partido fundado por Juan Bosch, que comenzó a medir a «extra partidos», siendo Salcedo el mejor valorado por sus vínculos con el partido de la estrella amarilla.

En 2002, el triunfo de Roberto Salcedo se convirtió en la «tabla de salvación» para la dirigencia del PLD en la capital. Encontraron un refugio laboral en el ayuntamiento metropolitano. El Distrito Nacional sufrió grandes transformaciones en el aspecto de planeamiento urbano. La arquitecta Alma Fernández realizó un formidable trabajo y eso sumó brillo a gestión de Roberto Salcedo.
Sin embargo, aunque Roberto Salcedo se define como un político «institucional» su comportamiento dista mucho, según dirigentes que trabajaron con él en el cabildo. Se afirma que, de 35 direcciones generales, en 33 de ellas Salcedo nombró a personas allegadas y no a dirigentes de la organización que lo postuló al cargo. Se dice que actuaba de forma independiente y que estaba articulando un proyecto presidencial.
Durante su larga gestión de 14 años, después de cada triunfo se «peleaba» con sus jefes de campaña. Tal es el caso de Gabriel Castro, Domingo Contreras y Andrés Navarro. La rivalidad o enemistad de Roberto Salcedo y Domingo Contreras es muy vieja. El argumento no está muy claro todavía. Pero recuerdo haber escuchado del propio Domingo Contreras decir que cuando oficializó sus aspiraciones internas para la sindicatura del DN, Salcedo dijo en su despacho «que se lance, que lo explotaré como una cucaracha».
Se afirma que Domingo Contreras fue el «artífice principal» de la primera derrota que sufrió el «imbatible» Roberto Salcedo por la Alcaldía de Santo Domingo. El triunfo de David Collado fue producto de la rivalidad de Salcedo y Contreras. Las elecciones de febrero próximo, es el escenario ideal para que Roberto y Domingo midan fuerzas y puedan demostrar quién es el verdadero líder de la capital.