
Actual octágono político dominicano
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«LA POLÉMICA».– El anuncio de la repostulación presidencial no sorprendió en el fondo, pero sí en la forma, lo que podría explicar que los contrarios no tuvieran una estrategia definida para contrarrestarlo con éxito. Un bellaco diría que estaban listos para que el presidente hablara en el suspendido acto en honor al Día de la Restauración, y ya tenían listo el manido «politizó un acto oficial y patriótico». Pero quedaron como «perico en la estaca», y con ganas. La fina elaboración del video, y la contundencia del mensaje de la honestidad, asestaron un rodillazo al mentón opositor, cuestionado precisamente por su alianza con la impunidad.
Al otro día, y como si fuera apoyo, se conoció que USA dio al país el privilegio migratorio y de aduanas de ingresar al grupo de los Global Entry, lo que supone buenas relaciones entre los gobiernos de ambos Estados. Luego lanzan la línea gráfica de la campaña, y ya parciales y hasta escépticos la elogian. No falta quien haya dicho ver en Luis al James Bond dominicano. A tantos golpes, y en tan pocos días, la oposición (FP, PLD, PRD) no ha dado respuesta. Luciría que la mano invisible de un Jack Veneno experto en MMA, y que cambió el Forty Malt por «puyas», se la estaría aplicando.
PESO MUERTO.– El oficialismo no está siendo tan agresivo como pudiera. Es más, hay fieras a las que no han dado rienda suelta para alzarse en «cuarto de guerra». Es que la oposición lucha sin estar en forma, y esto porque les falta dos cosas: narrativa y «carpintería». Cada vez que sacan un tema, les devuelven con el mismo, pero de sus gestiones, muchas veces peor. ¡Pierden de vista que empatando no se gana! Si quieren puntear deben dar un golpe de efecto que los haga ver realmente adelante, no a un aparente costado inferior.
Que tanto en los medios como en la calle se vea un liderazgo opositor activo y con pleno control del escenario político, para que, a su vez, puedan crecer. Y es que, aunque después de tantos tumbos, han anunciado un supuesto acuerdo, habría que ver en la práctica como se materializa entre tantos intereses encontrados y antagonismos por el mismo espacio político. Las alianzas surten efecto cuando están respaldadas por sectores sociopolíticos, y esta lleva el lastre de ser por la impunidad. Aparte de que mataron el golpe de efecto.

Debieran hacer algo que conecte. Con lo que, en el peor escenario, logren la mitad del boom de la Marcha Verde y la Plaza de la Bandera. Y no quiere decir falsificar esta última con un acto político con en el que narrativamente les saldría el tiro por la culata: ayer se reunieron por la justicia, hoy por todo lo contrario. Peor aún, por reponer los males que ellos mismos criticaron… Si quieren verdaderamente impactar, y como quiera sería cuesta arriba, debieran llegar a un acuerdo total en primera vuelta… Única forma de competir con algún tipo de posibilidades.
LAURELES OFICIALES.– El oficialismo no puede dormirse, dar por sentado su ventaja, por más holgada que sea, ya que no se trata de ganar, sino de aplastar –aunque en buena lid– para consolidar el cambio logrado. Esto solo es posible con la unidad, no solamente interna, sino también del bloque. Puede haber disidencias, como las hay, y es saludable, pero estas no deben llegar al suicidio. Sobre todo, ser cautos con los proyectos. No engañarse.
Por más «baqueo» o palancas, en el litoral predominan dos grandes estructuras: las del Presidente Luis Abinader, y el expresidente Hipólito Mejía. Y entre esas aguas hay que nadar. Lo demás sería no solo vivirse la película, sino creérsela, crecerse, y afilar para el futuro el cuchillo de sus gargantas. Aunque actualmente la unidad del oficialismo no está en riesgo, y han demostrado manejo y cordura, no está de más recordar al relevo que la fama puede ser la peor enemiga de una persona, y que la gente, como los partidos, también pueden morir de éxitos…