
La joya de la corona
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EL TABLERO. Hay quienes acusan al gobierno de ser liberal, y que actúa contrario a la agenda de los conservadores. Sin embargo, el oficialismo parece que leyó a Dick Morris, y desde que llegó al poder –para perplejidad de algunos– implementa con éxito la estrategia de la triangulación: ni tan cerca que queme, ni tan lejos que enfríe. Podrían pensar que se trata de oportunismo, pero no. Ciertamente, la coalición oficialista cuenta con el respaldo de un importante sector liberal, y aunque no se le ha concedido todos los excesos que procura, se siente cómodo con las cuotas de participación logradas. Sin embargo, no es secreto que el Presidente Luis Abinader proviene de familia y valores tradicionales, y que en el PRM existe una influyente tendencia conservadora que representa Yayo Sanz Lovatón, y que cada día cobra más auge. Esto hace que el gobierno asuma posiciones moderadas. Si se adereza con la visible coincidencia en ciertos puntos entre el oficialismo y la Fuerza Nacional Progresista (FNP), se obtiene un sabor balanceado que le permite a la coalición oficial estar bien con ambos extremos ideológicos. Hay quienes lo advierten, y salen a intentar revolver el río, para luego tratar de pescar en él.
LAS JUGADAS. Leonel Fernández, líder de la oposición, sabe que perdió el apoyo del conservadurismo que representa la Fuerza Nacional Progresista (FNP), y salió a buscar sus propios acólitos, por dos razones fundamentales: una, se ha vendido como el padre de los conservadores, y su extravío significa el de su narrativa; otra, romper la triangulación del gobierno, y dejarlo cojo. De ahí que en estos días, con rosario en una mano y pandereta en otra, peinó su cresta, se tornó epifanía y salió a iluminar a evangélicos y católicos, quienes dignos de Molière gritaron ¡Santo Varón! Sin embargo, en el gremio protestaron porque vieron más la limosna que al santo.

Ante las críticas de que Leonel nunca ha fijado posición sobre temas de la iglesia, los leonelistas sacaron un video donde este defendía la aprobación del Código Penal sin las tres causales, pero no advirtieron que el presidente Abinader opina igual, y que si no ha pasado es porque en el Congreso Nacional, tanto oficialistas como opositores, coinciden en que ese plato no debe servirse en campaña. Sorpresiva y oportunamente sale el tema de las visas de Haití, sin reparar el igual número de deportaciones del gobierno, y en menos tiempo. Y «como en el dominio del cinismo el más cara dura es rey» (Orlando Gil), la oposición se indigna con la práctica incorrecta, pero cuyo arte manejó con mayor pericia en forma y número. Todo para intentar alejar a los patriotas del gobierno…
LA FUERZA.- ¡No pueden quejarse! Los conservadores se han convertido en la joya de la corona en el ajedrez político actual, y ni cortos ni perezosos los dirigentes de la FNP –que representan parte importante de ese segmento–, han puesto en la agenda acciones tendentes a sus luchas de siempre. Con esto aumentan su vigencia de cara a las elecciones, y buscan convencer más al gobierno de que su causa cuenta con apoyo popular. Coherentes hasta la tozudez, no dejan de hacer críticas constructivas, que la oposición manidamente intenta utilizar en su beneficio, sin percibir que «La Fuerza» está más cerca del gobierno que del pacto «Triple Play», pero «de la impunidad» con Danilo Medina y su grupo, siempre y cuando el oficialismo continúe dando trato preferencial a los temas de soberanía, vida, familia y lucha anticorrupción. El reto oficialista es seguir triangulando, ya que está en el carril de adentro para 2024, y cualquier distracción afecta. Igualmente debe seguir actuando con la acostumbrada moderación y cautela al gobernar para todos, y unir a tantos mansos y cimarrones…