
Si la encuesta favorece mi candidatura, es creíble
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La profesionalización de la política llevó a los partidos y candidatos a tecnificar las campañas políticas, poniendo de moda las mediciones de sus aspiraciones a través de encuestas preelectorales, boca de urna y postelectorales, instrumentos de comunicación política que producen efectos directos e indirectos en la decisión del votante.
Estas mediciones en procesos electorales desempeñan -en cada período- una función diferente. Parafraseando a Vinuesa, 2016, las encuestas realizadas en etapas preelectorales simplifican las orientaciones partidistas de los electores, y son consideradas por las organizaciones políticas como herramientas propicias para impulsar la opinión pública.
En ese sentido, las encuestas favorecen de forma precisa todo un clima de opinión a favor o contra de un candidato o partido, y crea a la vez un ambiente de polarización y compromiso que originan un alto grado de impacto sobre el público votante, tal y como lo afirmó Font & Pasadas, 2016.
Fue en el año 1935 cuando George Gallup fundó la empresa estadounidense de análisis y asesoría Gallup, compañía que se dio a conocer por sus encuestas de opinión pública realizadas en todo el mundo.
Para el 1936, Gallup hizo uso brillante del método muestral en Estados Unidos y entrevistó a 3 000 ciudadanos, pronosticando con esto la victoria de Franklin Delano Roosevelt, y hasta hoy, esta empresa ha seguido acertando en mediciones realizadas; lo que ha convertido a la firma y la encuesta en un instrumento importante de medición de la opinión ciudadana en países de regímenes democráticos.
Y aunque los resultados de un sondeo de opinión son discutidos en el mundo, en materia política electoral se consideran instrumentos valiosos a la hora de la persona decidir su voto, ya sea de forma directa e indirecta; Los políticos al conocer los efectos que provocan los resultados positivos en sus candidaturas, tanto a lo interno o externo de su organización, convierten en tema preponderante del debate político y cambiante del proceso de la comunicación política.
Estos resultados favorables, no únicamente aumentan la moral de la militancia partidista, sino también el número de simpatizantes, y como una herramienta efectiva para el manejo eficiente de las campañas de los candidatos, los hacen que asuman un papel protagónico y permanente en las campañas.
Trasladándonos al ámbito político dominicano y conociendo los efectos que causan los resultados de una medición preelectoral, lo publicado recientemente por Gallup-RCC Media, ha puesto de patas arriba a la clase política, unos restan crédito a las cifras, puesto que presenta un escenario favorable al partido de gobierno, cuando evidencia que si hoy fueran las elecciones Luís Abinader, y aliados, obtendría el 49.1 % de votos en las elecciones presidenciales de 2024; En segundo lugar Leonel Fernández, candidato de la Fuerza del Pueblo y aliados, con 22.2 %; y en tercer lugar Abel Martínez, del PLD y aliados, con 15.5 %. En las elecciones municipales, por partidos, la intención de votos es: PRM y aliados: 50.1 %; PLD y aliados 15.5%, y FP y aliados 19.7 %.
A grandes rasgos la Gallup muestra a un Partido de la Liberación Dominicana muy disminuido, un Leonel Fernández con un 37% de tasa de rechazo, y un PRM con grandes retos a enfrentar para lograr la reelección del presidente Luis Abinader, como son la inflación, desempleo y delincuencia, en momentos que a nivel mundial existe mucha incertidumbre, con algunos factores que no dependen de la presente administración, sin embargo, dichos factores representan la espina dorsal de los ataques opositores.
Gallup/RCC Media creó discusiones y controversias entre las fuerzas políticas, en donde las disputas no giraron en torno al plan de gobierno o las propuestas de candidatos, sino alrededor de la encuesta; generando titulares en los medios de comunicación, redes sociales y los periodistas interrogando a políticos y analistas. Esto demuestra que en la medida que aumenta la atención mediática en las mediciones, la campaña pierde calidad y los problemas políticos y sociales pasan a un segundo plano o simplemente desaparecen.
Sin embargo, pese a que los resultados de la Gallup RCC Media favoreció al partido de Gobiernos en materia presidencial, municipal y congresual, es bueno recordar que el medio ambiente social es cambiante y la opinión pública es voluble, cambia rápida y dramáticamente su punto de vista, de ahí que los resultados del estudio deben ser tomados de manera referencial para fortalecer el trabajo político o social; no que ninguna fuerza política tiene garantizada la victoria en las elecciones generales de febrero y mayo del año 2024.
Como muestra de lo voluble que es la opinión del votante, podemos citar el proceso electoral del año 2012. Seis meses antes de las elecciones, noviembre 2011, Gallup/Hoy arrojaba los siguientes datos, Hipólito Mejía del PRD superaba 47.9% contra un 42.6 de su oponente Danilo Medina del PLD. Sin embargo, la misma Gallup/Hoy a menos de un mes de las elecciones de mayo 2012, colocaba a Danilo Medina con un 50.6% y a Hipólito Mejía con un 44.6% de intención de voto. Medina obtuvo 51.21% de los votos.
Decimos y aceptamos popularmente la definición de Encuesta, como una fotografía de la realidad en un momento específico, la fotografía actual de la Gallup indica autocrítica, trabajo, cambio de estrategias. Matar al mensajero no es la vía.