
Prepotencia del embajador gringo impulsó liderazgo de Caamaño en Abril del 1965
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Los acontecimientos históricos casi siempre tienen una serie de aristas interesantes que, al analizarlas en detalle, nos llevan a sorprendernos e incluso nos pueden sembrar la duda de si realmente sucedieron de esa manera. Es el caso de las razones que llevaron al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó a asumir el liderazgo de los militares en la guerra de abril de 1965. Veamos cómo sucedieron los acontecimientos.
Estallido de la Revolución de Abril
El 24 de abril de 1965, luego de un llamado del doctor Peña Gómez por «Tribuna democrática» para que el pueblo apoyara a los militares que querían reponer el gobierno de Juan Bosch, se inicia la llamada Revolución de Abril.
Ese movimiento cual surge como respuesta al golpe militar del 25 de septiembre de 1963. Se venía gestando durante más de un año atrás, teniendo al frente al coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, quien convence al coronel Caamaño a integrarse al movimiento conspirativo para derrocar el triunvirato que había usurpado el poder, y así luchar juntos para reponer el Gobierno constitucional de Juan Bosch.
Los días 24, 25 y 26 de abril de 1965, los militares constitucionalistas, encabezados en un primer momento por el coronel Hernando Ramírez, lograron hacer tambalear al gobierno de facto de Donald Reid Cabral y ponen en una situación difícil a las tropas del general Elías Wessin y Wessin, quien desde San Isidro pretendía que Donald Reid se mantuviera gobernando.

Ante el avance de los constitucionalistas y la debilidad de las fuerzas de San Isidro, el embajador de Estados Unidos, William Tapley Bennet, decide convocar a los militares constitucionalistas a una reunión en la propia sede de la embajada.
Un embajador engreído y una reunión que marca el rumbo
Fue esa encuentro de militares y políticos dominicanos con el embajador norteamericano, la que determinó que Caamaño asumiera la defensa del pueblo.
La reunión se realizó el 27 de abril de 1965 en la sede de la embajada estadounidense de Santo Domingo. El embajador de Estados Unidos, William Tapley Bennet, llamó a su despacho a los militares constitucionalistas que desde hacía tres días estaban en las calles, enfrentando el Ejército dominicano golpista y pidiendo el retorno del Gobierno de Juan Bosch.
En la reunión estaban presentes el doctor José Rafael Molina Ureña, dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y que, por orientaciones de Bosch, había sido designado por el congreso como presidente provisional de la República, el coronel Miguel Ángel Hernández Ramírez, el coronel Francisco Alberto Caamaño, el coronel Ramón Montes Arache, entre otros.
El embajador Tapley Bennet trató de chantajear a los militares dominicanos diciéndole que ellos eran los culpables de haber creado una crisis política y militar, y tenían que rendirse en ese mismo momento. Ante las bravuconadas del embajador estadounidense, Caamaño intentó manifestar su parecer, pero el embajador no dejaba hablar a los dominicanos, y con prepotencia los conminaba a rendirse y entregar las armas para frenar la situación.
De repente, lleno de indignación, Caamaño paró en seco al embajador estadounidense, se levantó del asiento, se dirigió a la puerta y dijo con voz firme:
-«Yo no me rindo, yo sé lo que tengo que hacer. Lo que estén dispuestos a morir con dignidad que me sigan».
Un baño de pueblo en el Puente Duarte
De la embajada americana el coronel Caamaño se dirigió al puente Duarte, y de inmediato se puso al frente de las fuerzas constitucionalistas que libraban la famosa «Batalla del Puente».
Esa actitud firme y patriótica ante el embajador gringo y el baño popular de la batalla del puente el 27 de abril, fueron los dos factores claves para que el coronel Caamaño asumiera la decisión de dirigir al pueblo dominicano en ese difícil momento de la historia.

En pocas horas, las fuerzas populares encabezadas por Caamaño, ya se veían como los vencedores de la contienda frente al Ejército dominicano acantonado en la Base Aérea de San isidro. Pero la reunión con el embajador estadounidense provocó reacciones diversas en algunos de los civiles y militares que desde el 24 de abril eran parte del movimiento. El doctor Molina Ureña, quien era el presidente provisional de la República, se metió en miedo ante las amenzas del embajdor gingo y se asiló en la Embajada de Colombia, dejando el Gobierno sin cabeza legal.
Estados Unidos invade el país por segunda vez en el mismo siglo
Al día siguiente, 28 de abril de 1965, y tal como había dicho el embajador Tapley Bennet, el presidente norteamericano Lindon B. Johnson ordenó invadir militarmente por segunda vez nuestra nación, al enviar 42 mil marines norteamericanos que vinieron a frenar el avance y el triunfo de los militares constitucionalistas.
La excusa dada por el presidente Johnson era de que los Estados Unidos tenía informaciones de que el movimiento constitucionalista estaba dirigido por comunistas, que querían hacer otra Cuba en República Dominicana. Y eso era un falacia. El movimiento constitucionalista estaba dirigido por militares que, como Caamaño, habían sido formados en el trujillato, y que ahora enfrentaban un gobierno golpista que había depuesto al primer gobierno democrático elegido después de la dictadura trujillista.
Lo cierto es que la prepotencia del embajador gringo y la derrota que se veía venir a las tropas de San Isidro, llevaron a los norteamericanos a nuevamente mancillar la soberanía de la República Dominicana, enviando 40 mil marines que vinieron a provocar miles de muertes e infinidad de abusos en contra del pueblo.
Caamaño es elegido Presidente de la República
Ante la deserción y el asilo de Molina Ureña y los embates de la intervención militar estadounidense, los líderes del movimiento constitucionalista se comunicaron con el profesor Juan Bosch, quien se encontraba exiliado en Puerto Rico, y este orientó para que se reuniera el Congreso y nombrara a Caamaño como presidente.
Es así como el lunes 3 de mayo de 1965, el Congreso Nacional elige y designa presidente constitucional al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. En ese momento tenía solo 32 años de edad. La toma de posesión se realizó al día siguiente, martes 4 de mayo, ante el Altar de la Patria, en el Parque Independencia.
Como Presidente de la República y líder militar del movimiento constitucionalista, el coronel Caamaño dirigió al pueblo en un proceso de lucha que comenzó como una guerra civil, pero con la intervención militar norteamericana se transformó en una guerra patria, en una revolución antiimperialista, la cual es considerada por muchos historiadores como el acontecimiento más importante de la historia dominicana del siglo XX.
Es necesario plantear que, durante el conflicto bélico del año 1965, la nación tuvo dos gobiernos. Esto así porque los Estados Unidos y las tropas de intervención, para legitimar su ilegal presencia, auspiciaron la creación de un llamado «Gobierno de Reconstrucción Nacional», que tenía su sede en la base militar de San Isidro, y era una correa de transmisión de las órdenes del presidente y el Gobierno estadounidense.
Las tropas invasoras usaron dos altos oficiales, que habían sido parte del golpe de Estado contra el Gobierno constitucional de Juan Bosch. Primero utilizaron al coronel Pedro Bartolomé Benoit, quien tiene en su historial el baldón histórico de haber sido el responsable de solicitar la intervención militar de abril de 1965, mediante una carta que le envió al presidente Lindon B. Johnson.
El Gobierno estadounidense, luego de lograr una supuesta legitimación formal de la invasión, usó como presidente títere al general Antonio Imbert Barreras, un militar que había participado en el ajusticiamiento del dictador Trujillo en 1961. Esa actuación del general Imbert Barreras lacera de manera sensible el valioso papel que jugó en la historia dominicana en mayo de 1961, cuando formó parte del grupo de patriotas que inició la decapitación de la tiranía trujillista.