
La propaganda de la Guerra de Abril: visionaria y exitosa
Comparte Este Artículo
La lucha de la Guerra de Abril de 1965 no solo se fraguó con las balas y la sangre de los dominicanos movidos por la vuelta a la constitucionalidad, y al derecho de decidir sus líderes, como en todo enfrentamiento bélico entre bandos fue determinante la directriz propagandística con la que se manejó el frente constitucionalista, encabezado por Francisco Alberto Caamaño Deñó.
A pesar de estar enfrentados a una maquinaria veterana en la articulación e implementación de estrategias propagandísticas, como era el estado norteamericano, los dominicanos en situación desigual, tanto en instrumentos, tecnología de comunicación como en recursos humanos y económicos, en muchas ocasiones contrarrestó, enfrentó y venció a los mensajes, ideas y manipulaciones desplegadas por los estrategas del Norte.
Un recorrido en investigaciones realizadas por periodistas e intelectuales dominicanos aporta la información precisa, fidedigna en este aspecto. Recientemente, se conmemoró los 58 años de la segunda intervención de los Estados Unidos a República Dominicana, perpetrada el 28 de abril de 1965. La primera injerencia de parte de este país se produjo en el año 1916.

A diferencia de la primera ocasión en que sus tropas pisaron territorio dominicano, para el año 1916, los marines estadounidenses se enfrentaban a oficiales tropas y ciudadanos, en muchos casos, formados en la estrategia de combate, o que poseían un nivel de formación que les posibilitaba aportar a los diferentes frentes para que tanto a nivel nacional como internacional, el mensaje de los pro soberanía pudiera trascender las murallas de la «Zona Constitucionalista».
Los dominicanos, dirigentes de la gesta de abril, sabían a qué poder se enfrentaban, y tuvieron en cuenta ejecutar tácticas de contrapropaganda para combatir las desplegadas por el imperio norteamericano, que contaba en esta materia con un poderío en la primera y segunda Guerra Mundial.
Uno de los elementos que tuvo que tuvieron que atender los constitucionalistas eran las publicaciones de la prensa local, conforme la postura de esta, al leer a Bernardo Vega, escribir acerca del libro de Adriano Miguel Tejada, denominado La prensa y la Guerra de Abril de 1965, texto que aparece en el portal de Librería Cuesta, el intelectual refiere que Tejada «hizo un excelente análisis sobre las tribulaciones y presiones que sufrió la prensa dominicana durante esos primeros días y también reprodujo portadas de los nuevos periódicos que fueron publicados en la zona constitucionalista».
Estas afirmaciones de Vega arrojan información de que no solo hubo táctica pensada y dirigida de parte de los combatientes revolucionarios, sino que pone de manifiesto que de parte de esa instrumentación de la comunicación, se desprende la difusión permanente de mensajes para disminuir la manipulación colocada a través de los medios locales y extranjeros por los norteamericanos, además, sistemáticamente, realizaban publicaciones impresas para mantener a la sociedad dominicana, y a la comunidad internacional informadas con sus propios contenidos.
Al leer las publicaciones hacer el recuento de las guías estratégicas de comunicación propagandísticas, así como de los medios utilizados para atacar las informaciones bajadas por los norteamericanos. Entre las que se puede identificar ruedas de prensa del presidente constitucionalista y líder de la revuelta, Francisco Alberto Caamaño Deñó, así como de otros voceros que utilizaban para generar credibilidad en la población, como Hamlet Hermann, el periodista Bonaparte Gautreaux Piñeyro, quien gozaba ya de una reputación, y además era el secretario de Caamaño Deñó, dato último que mencionan las investigadoras periodísticas Tania Molina y Mariela Mejía, en su publicación para el periódico Diario Libre, titulada «Contrapropaganda: la respuesta dominicana a guerra sicológica de 1965», donde afirman que «combatientes le restan impacto a campaña de los Estados Unidos».

A esta gestión se añadían las vocerías de los líderes ejercidas en los territorios para compartir los mensajes importantes, esclarecer información distorsionada, y mantener al tanto a esas demarcaciones. Esta acción tuvo un efecto contundente porque gran parte de la guerra los norteamericanos la peleaban a través de los medios de comunicación, con manipulación ideológica y psicológica para que tanto los dominicanos conservadores como los pertenecientes al pueblo se desmoralizaran y retiraran cualquier apoyo a los revolucionarios.
Otras herramientas implementadas fueron las ruedas de prensa, generadas para que el comandante de la revolución expusiera los avances o la situación real que dejaban los enfrentamientos. Asimismo, se crearon pasquines, boletines, volantes, letreros y cruzacalles con las frases fuerzas o eslóganes de la campaña como «Yankee go home», «Fuera los invasores», «Gobierno con libertades».
«Los artistas en lucha por la soberanía»
También se previó la comunicación de doble vía, y que fue muy útil en la generación del convencimiento, del contrapeso y la incidencia pública, como aquellos trabajos de realizados por el Comando Cultural, un frente muy incidente para la generación de la confianza en el pueblo, compuesto por artistas, intelectuales, escritores, investigadores, periodistas, locutores y fotógrafos que operaban la efectiva táctica del «boca a boca», que resultó ser fundamental dada las prohibiciones, sanciones y limitaciones o posturas que asumieron los medios tradicionales dominicanos.
A los datos históricos se suman la publicación contenida en el portal memoriadeabril.com, donde están recogidos artículos y publicaciones producidos en, o acerca de este momento.
Al despliegue comunicacional le acompañó una intensa producción radial, varios de los protagonistas fueron los periodistas y locutores Juan Luis González y Ercilio Veloz Burgos, fotógrafos, que a decir de las periodistas Tania Molina y Mariela Mejía, este último fue «uno de los locutores de Radio Santo Domingo Televisión y la emisora constitucionalista HIZ, con la que los revolucionarios hacían, a su vez, su contrapropaganda».
A pesar de que evidentemente hubo un logro propagandístico de parte de los luchadores por el retorno al gobierno constitucional de Juan Bosch, y de que contrarrestaron la maquinaria comunicacional de los Estados Unidos, dentro y fuera del país, en la actualidad, muchos jóvenes y adultos dominicanos desconocen la historia y tampoco muestran interés por este hecho, lo cual puede considerarse una victoria para los invasores.