
Pedro Santana, de héroe a villano
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Pedro Santana fue el primer presidente que tuvo la República Dominicana. Aunque debió ser Juan Pablo Duarte quien primero dirigiera el Estado y la nación dominicana, que fueron ideadas y creadas por él, ese privilegio le tocó a Santana como resultado de una acción traicionera en contra de Duarte y los trinitarios.
Fruto de eso y de su accionar en la vida política, la figura histórica de Pedro Santana genera grandes discusiones y controversias entre los historiadores dominicanos, y entre quienes de alguna manera nos sentimos atraídos por el papel del nuestros héroes y mártires en la historia dominicana.
Siendo objetivos en el análisis, no se puede negar que Santana jugó un importante papel en los primeros momentos del nacimiento de la República. Nadie puede disminuir ni ignorar el importante papel jugado por el general Santana en la Batalla del 19 de Marzo y de Las Carreras, que significaron un importante triunfo para consolidar la liberación de Haití.
Ahora bien, para valorar en su justa dimensión a un personaje de la historia debemos tomar en consideración no solo dos momentos importantes de gloria, sino todo su accionar en los diversos acontecimientos de los que formó parte y, sobre todo, cómo fue su actuación en todos esos momentos históricos posteriores a sus tiempos de gloria.
Santana, una historia de traición y fusilamientos de patriotas
Cuando se analiza en detalle la vida de Pedro Santana, se confirma que aquel hombre que en febrero y marzo de 1844 actuó como un patriota, en sus actuaciones posteriores se convirtió en un traidor, un anti-patriota, un anti-dominicano y un negador absoluto de todo ese sentimiento patriótico que mostró en aquellas batallas.
Aunque fue el primer presidente dominicano y ocupó la presidencia en tres ocasiones, nunca creyó en la posibilidad de que nuestra nación, por sus propios recursos, se desarrollara de manera independiente y soberana. Sus gobiernos tuvieron un carácter dictatorial, desde que logró alcanzar su primer mandato al amparo del artículo 210 de la Constitución de San Cristóbal, para lo cual tuvo que cercar militarmente el congreso constituyente que aprobó la primera constitución dominicana el 6 de noviembre de 1844.
Antes de asumir el control de la presidencia formal dela nación, Santana persiguió y maltrató a los verdaderos patriotas que estaban alrededor de Duarte. Una de las acciones más incorrectas y anti-patrióticas de Santana la realizó en agosto de 1844 cuando, como presidente de la Junta Gubernativa, firmó la nefasta resolución número 17, que declara a Duarte, Sánchez, Mella y otros trinitarios como «traidores a la patria» y ordena su destierro a perpetuidad. Y todavía va más lejos: pide que sean fusilados si regresan al territorio nacional.

De ahí en adelante, las acciones del general Pedro Santana estarán marcadas por el abuso, la sangre y los fusilamientos. El historial nefasto de Pedro Santana es muy amplio. En su primer gobierno, en febrero de 1845, cuando se cumplía el primer aniversario de la Independencia Nacional, fueron fusilados María Trinidad Sánchez y Andrés Sánchez, tía y hermano del patricio Francisco del Rosario Sánchez, respectivamente, y José del Carmen Figueroa, acusándolos de conspirar contra el Gobierno.
El 23 de diciembre de 1847, fueron fusilados los generales José Joaquín y Gabino Puello, dos próceres de la lucha por la Independencia, acusándolos también de conspiración. Al momento de ser fusilado, el general José Joaquín Puello ocupaba el cargo de ministro de Interior y Policía del propio Gobierno de Pedro Santana.
El 11 de abril de 1855 se produjo el fusilamiento del prócer independentista Antonio Duvergé. El general Duvergé, fue uno de los militares que más se destacó en la lucha por lograr la Independencia. Tuvo una brillante participación en la Batalla del 19 de Marzo de 1844 en Azua, junto con Pedro Santana, así como en las batallas de El Número y El Memiso.
El doctor Joaquín Balaguer dice en su obra “El centinela de la frontera, vida y hazañas de Antonio Duvergé”, que junto a Duvergé fueron condenadas varias personas entre ellas su hijo Alcides, de 23 años, y que el héroe pidió que primero fuera fusilado su hijo Alcides, para “ahorrarle el dolor de ver morir a su padre”.
Luego de fusilar al hijo, las descargas de los fusiles le quitaron la vida al general Duvergé. De acuerdo al doctor Balaguer, Santana pateó el cadáver del héroe independentista. Ese hecho lo narra en su libro de esta manera:
«Después de contemplar los cuerpos acribillados de las víctimas, Santana se detuvo ante el de Duvergé que yacía en el suelo atravesado por los proyectiles. Entonces, como obedeciendo a un impulso irresistible, saltó a tierra para dar un puntapié al cadáver».
El 18 de marzo de 1861, el general Pedro Santana fusila también a la nación al proclamar la anexión de la República Dominicana a España.
Y para coronar su larga tradición sanguinaria, el 4 de julio de 1861, fueron pasados por las armas Francisco del Rosario Sánchez y un grupo de patriotas dominicanos que habían entrado al país desde Haití, para enfrentar la anexión a España.
El principal responsable de esos crímenes de tinte político, fue lógicamente Santana, por ser el mandatario de la nación, pero no es el único a quien los historiadores deben señalar como culpable, pues en cada caso hubo un juicio de un tribunal competente.
Pero el general Santana cometió el grave error de auspiciar las condenas en esos juicios y no aceptar las clemencias que les fueron solicitadas después de las sentencias de muerte de esos patriotas.

Una burla de Balaguer: Santana en el Panteón
A pesar de todo ese funesto accionar del general Pedro Santana, el doctor Balaguer en julio de 1978, siendo presidente de la República, emitió un decreto para trasladar los restos del dictador al Panteón de la Patria y colocarlo justo enfrente de la heroína María Trinidad Sánchez, fusilada el 27 de febrero de 1845, durante el primer Gobierno de Santana.
Ese hecho, que resulta absolutamente incorrecto y bochornoso, podría en contra explicación en el hecho de que Balaguer perdió las elecciones de mayo de 1978, en su intento de reelegirse por segunda ocasión, y como una burla al pueblo dominicano decidió llevar a Santana al Panteón de la Patria y colocarlo junto a tantos héroes y patriotas que entregaron su vida luchando por la independencia y la soberanía nacional.
En contra de ese acción del doctor Balaguer, a todas luces lamentable, se han pronunciado muchos historiadores, intelectuales, legisladores y líderes políticos. El Instituto Duartiano, por medio de su actual presidente, Wilson Gómez, pidió retirar esos restos del Panteón expresando que “los méritos de Santana durante las acciones de guerra quedaron absolutamente borrados por traicionar al país y asesinar a los patriotas”.
Uno de los más importantes historiadores del país, Roberto Cassá, actualmente director del Archivo General de la Nación, afirmó que es “imperativo y moral” que los restos de Pedro Santana sean retirados del Panteón de la patria.
Nosotros compartimos ese planteamiento. Es una gran verdad que todo debemos apoyar. Llegó el tiempo de que se corrija ese error histórico cometido por Balaguer y que los restos de Pedro Santana, sean llevados a otro lugar fuera del Panteón de la Patria, donde no deshonren la dominicanidad.