
Juan Pablo Duarte debió ser el primer Presidente dominicano
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En los 178 años de vida republicana, desde su fundación el 27 de febrero de 1844 hasta el día de hoy, la nación dominicana ha tenido 54 presidentes elegidos de diversas formas que van desde elecciones democráticas, golpes de Estado civiles y militares, decisiones de gobiernos extranjeros, fallecimientos de los titulares, entre otras.
Muchos dominicanos se preguntan por qué el fundador de la nacionalidad y gestor de la Independencia, Juan Pablo Duarte, no pudo ser presidente de la República. Esa es una de las grandes debilidades de la historia dominicana, la cual se explica si hacemos un recorrido objetivo por el contexto social y político que vivió el principal padre de la patria.
La dimensión de Duarte
Duarte fue el creador y principal ideólogo de la Independencia nacional y, por lógica política elemental, debió ser sino el primero, por lo menos uno de los primeros presidentes del país. Pero no fue así.
Como una gran ironía de la historia el primer presidente dominicano lo fue el general Pedro Santana, un líder militar que nunca creyó en la independencia nacional. Ese hecho tiene una explicación que merece ser abordada con todas las vertientes inverosímiles que les son inherentes.
Para contar esa historia basada en hechos reales y demostrables, debemos entender que Juan Pablo Duarte fue el ideólogo y principal impulsor de las ideas de la independencia, justo en un momento histórico donde pocas personas creían que era posible llevar a cabo un proceso de separación de Haití, y menos aún que podríamos mantener nuestra nación independiente sin estar atada a algún protectorado extranjero.
Para conocer la dimensión real de Duarte, el profesor Juan Bosch, destacado intelectual y expresidente de la República Dominicana, nos muestra la grandeza y visión del padre de la patria, cuando afirma lo siguiente:
«De Juan Pablo Duarte se han dicho muchas cosas, pero al pueblo dominicano no se le ha explicado lo que él hizo ni se le ha dicho qué fue lo más importante de lo que hizo y en qué consiste su importancia. Lo primero que hizo Duarte fue creer, como lo creyó, que en un país que para el año de fundación de La Trinitaria (1838) no debía tener más de cien mil habitantes, (si es que llegaba a tenerlos), pudiera establecerse una república independiente (…). Una cosa es tener una creencia y poner en ella toda la fe que es capaz el alma humana y otra cosa es dedicarse a convertir esa creencia en realidad, y Duarte fue capaz de hacer esto último».
Y Bosch tiene toda la razón: Duarte nunca dio ni un paso atrás en la consecución de su idea de que «Nuestra nación será libre de toda potencia extranjera, o se hunde la isla». Coherente y consecuente con ese propósito, creó una estructura política y militar llamada «La Trinitaria» para llevar a cabo las tareas de la independencia, recomendó a su familia que vendieran parte de sus bienes para financiar el movimiento independentista y desde el exilio, fue bujía inspiradora y vital para que el 27 de febrero de 1844 se proclamara la Independencia.
Fruto de la persecución que en su contra desarrolló el Gobierno haitiano encabezado por Charles Herald, Duarte tuvo que salir al exilio hacia Venezuela el 2 de agosto de 1843, por lo que no estuvo físicamente en el momento del nacimiento formal de la República.
La infame resolución número 17 de Pedro Santana
El 15 de marzo de 1844, ya proclamada la independencia, Duarte retornó al país y fue proclamado como “Padre de la Patria”, por ser el creador e ideólogo principal de la liberación alcanzada. De inmediato se integró a la lucha y se trasladó a Baní para reforzar al general Pedro Santana, en su enfrentamiento con las fuerzas haitianas que todavía amenazaban la naciente República.
Pero el general Pedro Santana, lleno de celos, se resistió a la presencia de Duarte y obligó a la Junta Central Gubernativa a hacerlo retornar a Santo Domingo. Días después Santana, quien fue un héroe de la causa independentista pero nunca confió en el sostenimiento de ella sin apoyo extranjero, retornó de Baní a la ciudad de Santo Domingo el 12 de julio de 1844 y propició un golpe de Estado, asumió el control de la Junta Central Gubernativa y desarrolló una tenaz persecución en contra del líder trinitario y sus compañeros.
El 22 de agosto de 1844, esa institución presidida por Santana después del golpe de Estado, emitió la resolución número 17, mediante la cual se declaraba a Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella y a otros trinitarios como “traidores a la patria”, se ordenaba su destierro inmediato y a perpetuidad. Y peor aún: ordenaba que luego de ser desterrados, si regresaran al territorio nacional debían ser fusilados por quien los apresare, sin juicio ni clemencia alguna.
Esa resolución número 17 de la Junta Central Gubernativa, del 22 de agosto de 1844, impulsada y defendida por Pedro Santana, es uno de los documentos más infames e indignos de la historia de la nación dominicana, pues declara traidores a los que habían ideado, creado y defendido la Independencia nacional.
Al momento de emitirse esa resolución, Duarte estaba en los pueblos del Cibao tratando de consolidar la Independencia alcanzada. Su popularidad era muy evidente, pues incluso fue recibido con muchos afectos en cada sitio que llegaba. Al llegar a Santiago de los Caballeros, el prócer Ramón Matías Mella lo proclamó como presidente de la República, pero Duarte lo rechazó, pues consideraba que solo por elecciones podía elegirse un presidente.
En ese sentido, el destacado historiador dominicano Juan Daniel Balcácer, ofrece una explicación del por qué Duarte no pudo ser presidente de la República Dominicana:
«Duarte… cinco días después de aquella funesta resolución número 17, es decir, el 27 de agosto de 1844, y después de una agresiva campaña de descrédito de Santana y la Junta Central Gubernativa, Duarte es apresado en la ciudad de Puerto Plata y confinado en la celda de la Fortaleza San Felipe de esa ciudad del norte del país. A pesar de su gran apoyo y popularidad, Duarte no puso resistencia cuando fue apresado. No quería que en la patria por la cual había entregado todo para su independencia, se iniciaran nuevos conflictos cuando todavía tenían de frente muchas tareas para desarrollar y consolidar el nuevo Estado».
El general Pedro Santana decidió que el traslado de Duarte a la capital y sus compañeros presos en Puerto Plata, se hiciera por barco y no por tierra, pues temía un levantamiento popular apoyándolos en algunos de los pueblos del Cibao durante el trayecto.
El 2 de septiembre de 1844, en horas de la madrugada, el creador de la nacionalidad llega a la ciudad de Santo Domingo y es confinado en una celda de la Fortaleza Ozama. Junto con él fueron también apresados el trinitario Juan Isidro Pérez y los generales Juan Evangelista Jiménez y Gregorio del Valle. El padre de la patria llegó muy enfermo y su salud se fue empeorando en esa cárcel.
Santana intenta fusilar a Duarte
El general Santana y los enemigos de Duarte empezaron a hacer esfuerzos para lograr que él y sus compañeros apresados, fueran fusilados bajo el alegato de ser “traidores a la patria”. Incluso, llegaron al extremo de realizar una protesta frente a la cárcel donde los seguidores de Santana pedían a gritos la pena de muerte contra Duarte. Pero el padre y fundador de la patria se escapó de ser fusilado por otra de las grandes ironías de la historia dominicana.
¿Por qué Pedro Santana no pudo fusilar a Duarte y sus compañeros en septiembre de 1844? El historiador Orlando Inoa lo explica de la siguiente manera:
«Fue entonces cuando corrió el rumor de que Santana lo fusilaría (a Duarte), lo que hizo intervenir a Abraham Cohén, prestamista del Estado de quien dijo el historiador Emilio Rodríguez Demorizi «que había que oír porque era rico y ayuda a sostener la guerra con Haití», diciéndole a Santana que de ningún modo se podía fusilar a un prisionero y que a lo sumo se podía deportar». (Biografía de Juan Pablo Duarte, Editorial Letra Gráfica, Santo Domingo, 1era edición, diciembre 2008).
Esto significa que Duarte se salvó en ese momento de ser fusilado, porque un prestamista de Santana se opuso y obligó a que lo deportara. En efecto, ocho días después de estar preso, es decir, el 10 de septiembre de 1844, el creador de la nacionalidad dominicana fue llevado al muelle de Santo Domingo y se le deportó hacia Hamburgo, Alemania.
En ese momento estaba con mucha fiebre y débil, hasta el punto que para poder caminar se apoyaba en los brazos de su hermano Vicente Celestino Duarte y su sobrino Enrique, hijo de Vicente Celestino, los cuales también fueron sacados del país junto con el padre de la patria. Ese fue uno de los momentos más amargos y duros de su existencia.
Por esas ironías de la historia, después de cometer ese crimen de lesa patria en contra de Duarte y los trinitarios, el general Pedro Santana logró imponerse como caudillo militar, presionó al Congreso Constituyente que se reunió en la ciudad de San Cristóbal el 6 de noviembre de 1844, obligando a los constituyentes a aprobar medidas absurdas y antidemocráticas, y se hizo elegir como el primer presidente de la República Dominicana.