
Partidos machistas, pensando en paridad
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Desde que se instaló el nuevo pleno de la Junta Central Electoral (JCE) ha estado trabajando en puntos importantes correspondientes a las funciones mismas de este organismo, con un especial énfasis en temas que por lo general no eran tomados en cuenta en gestiones pasadas.
El tema de la paridad de género es un ejemplo de ello. El magistrado Román Jáquez ha sacado la cabeza para que en las modificaciones establecidas y recomendadas para la Ley de Partidos y Electoral no se pasara por alto. Sin embargo, la sorpresa que se ha llevado ha sido que son los propios partidos, o más bien, la cúpula de los partidos quienes no quieren que sea una realidad esta anhelada paridad de género.
El 50/50 está lejos de verse en la política dominicana, partiendo de lo que ha recibido la JCE y las objeciones a las modificaciones de las normativas electorales que aún aguardan en el Congreso Nacional por su aprobación y la bendición de los legisladores.
Es extraño que luego de consensuado con los delegados de los partidos políticos y debatido el tema en las mesas de trabajo del Consejo Económico y Social, donde fueron enviadas las reformas propuestas por el propio Presidente Luis Abinader, sean los propios partidos que han dicho, –«no queremos paridad»–, y aunque algunos se han cuidado de que no salga a la luz cuál es su posición en torno a este punto, no tienen que abrir la boca, los hechos hablan por sí solos.
Gloria Reyes, política de esta generación destacaba en el pasado congreso organizado por la empresa Cerebros Políticos que tanto mujer y juventud es un tema de discurso electoral desde hace unos años atrás, pero que sólo era eso, un mero discurso y es lastimoso decirlo, pero es así.
Janet Camilo, delegada electoral del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ante la JCE, ha vivido de primera mano la situación que parece mentira para muchos.
«Nadie me lo tiene que contar, yo estaba ahí», comentó en una entrevista con País Político la veterana dirigente que ha defendido siempre el derecho de las mujeres en el quehacer político.
La esperanza es lo último que se pierde, o por lo menos eso nos han enseñado a lo largo de los años, pero todo apunta que lo que ha vivido Camilo no establece un precedente muy halagüeño para el sector político que celebró el pasado año los 80 años del sufragio femenino con mucho optimismo.
Todo apuntaque los partidos, en su mayoría dirigidos por hombres, seguirán viendo desde un objetivo muy limitado la participación de la mujer en la política, pese a que los propios datos señalan que son más la mujeres en las escuelas, colegios, universidades, centros de trabajo y hasta en los hogares, pero a eso es oportuno agregar, que además fueron más las mujeres que en el pasado proceso electoral acudieron a ejercer su derecho al voto junto a los jóvenes, dos eslabones que en gran escala pudieran ser importantes para los que esperan aspirar a un cargo electivo y sobre todo ganar en la contienda del 2024.
¿Hasta cuándo deberán demostrar las mujeres que tienen capacidades al igual que sus compañeros para asumir posiciones de mayor relevancia en los partidos y en los gobiernos de turno? O seguirán siendo solo elementos importantes que ayudan a que los hombres ocupen las posiciones de poder y nada para ellas.
Esto no se trata de una lucha de poder. Nunca lo he visto desde esta perspectiva, aunque pudiera ser, se trata de romper con una cultura que ha hecho mucho daño y que ha estado de espaldas a la realidad que es otra. Pensar que solo una mujer en la historia ha presidido el Senado de la República, un paso impensable para una mujer.
Si hacemos repaso a la historia política reciente en el país, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha demostrado que aunque es una organización dominada por hombres ha sabido respaldar a esas mujeres, que en su momento se han decidido a romper con los esquemas establecidos, o más bien no le ha quedado de otra que apoyarlas.
Fue el PLD que promovió la primera presidenta del Senado, de igual manera apoyó a la primera presidenta de la Cámara de Diputados, Rafaela Alburquerque junto al PRSC y posteriormente, aunque no fue la mejor manera, impulsó a la segunda mujer que presidió la Cámara Baja, Lucía Medina.
En la pasada consulta realizada para escoger al candidato oficial que los representará en la contienda del 2024 promovió de igual manera a tres mujeres, entre ellas Margarita Cedeño, Karen Ricardo y Maritza Hernández. Si hay que darle un aplauso a un partido, pues el morado pudiera recibir el primero. La Fuerza del Pueblo se ha esforzado también dejarse sentir en este sector menospreciado aún y ha elevado a unas 21 féminas a la Dirección Política, máximo organismo de su estructura.
Aunque las mujeres políticas están claras en que a ellas no les regalan nada, deberán seguir abriéndose paso a pulso y arrebatando espacios, aunque implique más sacrificios y mayor entrega. Ojalá y la paridad no sólo esté en la mente de quienes diriguen los partidos.