
¿Margarita Cedeño como senadora por Santo Domingo?
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Margarita Cedeño está en un proceso de reflexión. Luego de su desempeño en la consulta del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en la que quedó en un tercer lugar 73,817 votos, según el boletín final emitido ayer miércoles por la comisión organizadora, la pregunta que todos se hacen es ¿cuál es el siguiente paso de la ex vicepresidente de la República? Pese al fuego cruzado en que la tienen sus críticos y al desmérito constante de algunos cuadros de la oposición, Cedeño se encuentra en un momento político muy interesante.
A veces perdiendo se gana, y mucho más en política, los actores saben el por qué de esta frase. Sin dudas, que para el PLD, seguir su recorrido de cara a la contienda que se avecina, debe contar con Margarita, miembro del Comité Político y más que eso, una mujer que ha demostrado liderazgo y capacidad, cualidades que no siempre acompañan a los candidatos a cualquiera de las posiciones, no sólo a nivel presidencial.
Es natural y hasta necesario que la doctora se tome su tiempo para cerrar este ciclo que la llevó a una campaña intensa, que tal vez, necesitó más calle y menos despliegue mediático y más logística, palabra preferida de quienes entienden que la política sigue siendo un ejercicio clientelar y no una ciencia que procura la transformación de la colectividad. En fin, menos verbo y más acción.
Pero luego concluido ese período de reflexión, la actitud que debe mostrar la doctora o por lo menos la que esperan sus seguidores –por que no hay duda que los tiene–, dentro y fuera del PLD, es la de una guerrera, que no se detendrá por otro obstáculo en el camino.
Que se quite el traje de la ex candidata a la presidencia, para ponerse el de la política plural y aguda –como considera que puede reivindicar el oficio, según dijo en una entrevista con País Político–, que deja de lado las emociones para accionar en pos del pueblo, no solo de los peledeístas, sino una abanderada de esas causas que necesitan voces comprometidas, lejos de las líneas partidarias siempre presentes.
Y luego está la mirada hacia la contienda del 2024, ya como peledísta, es cierto que su etapa como vicepresidencia es prueba superada, y la de primera dama también. Sin embargo, pudiera ampliar la mirada de una política madura, consecuente con el partido morado que necesita de figuras de primer orden hoy más que nunca, para colocarse en posiciones claves y recuperar el poder.

Quizás su mejor escenario es que Margarita Cedeño asuma la candidatura como senadora por Santo Domingo, una posición de relevancia que la traería de vuelta al ruedo, para la que aún no se visualizan caras con la impronta de la doctora, que le beneficia además del carisma, el reconocimiento de la gente, no sólo de los peledeístas. El PLD necesita más voceros en puestos claves.
En el pasado reciente, es oportuno recordar, mujeres de valía en el ruedo político como Milagros Ortiz Bosch y Cristina Lizardo asumieron un rol importante en la Cámara Alta, esta última incluso convirtiéndose en la primera y única mujer que ha dirigido el Senado. Ortiz Bosch, jugó de igual manera un papel de primer orden en este escenario en el que se debaten muchos intereses.
Faride Raful está firme en su aspiración de reelergirse como senadora del Distrito Nacional. Hay que esperar si su Partido Revolucionario Moderno le tiende la mano y acoge con beneplácito la idea, de ser así, el PLD tendría en Margarita una representante de un peso importante, desde donde puede construir un discurso opositor más efectivo en su rol de defensora de sus intereses partidarios.
Al PLD, ahora bajo el liderazgo de Danilo Medina y en este nuevo ciclo con Abel Martínez como candidato presidencial, le costará sentarse a hablar y pasarle la mano a la doctora, porque en la política no está nada por sentado y todo es posible.
Margaita Cedeño está en un momento interesante de su carrera política, cuando se ha sometido por primera vez al escrutinio de las urnas, puesto que nunca antes había aspirado a una posición electiva y es posible que esta derrota despeje su camino, para que la carismática política saque los músculos que no pudo mostrar en la pasada consulta del partido y cuya votación en comparación con los otros dos candidatos que le superaron, no necesariamente se corresponde con su posicionamiento real en el electorado.