
La formación de los políticos
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El impacto en el desarrollo de un país depende de la visión de los perfiles profesionales de quienes los dirigen. El dinero y la capacidad de invertir grandes presupuestos en política se ha superpuesto a las competencias profesionales que deben exigir las sociedades a sus políticos. Y en esto los partidos políticos han sido responsables porque, en lugar de impulsar y fortalecer los centros de estudios en sus organizaciones, la mayoría los han eliminado.
Los partidos políticos de los años ochenta exhibían en su estructura organizacional espacios formales establecidos, dedicados a la inducción y formación de sus miembros, con una filosofía definida en función de la ideología en la que se inscribieran sus principios. Esto fue sustituido por otros criterios formativos, y esa decisión obtuvo resultados que son muy negativos, salta a la vista.
Para muestra solo hay que analizar el desempeño de muchos aspirantes hablando, actuando o exponiendo lo que ellos desean, muchos ni siquiera con una formulación de un proyecto de lo que desean implementar.
En República Dominicana, del presupuesto otorgado a los partidos políticos debe destinarse una partida a la capacitación de aquellos que luego serán dirigentes del país. Los frutos de asumir deliberadamente que muchos en sus filas no estén capacitados para ser líderes de una nación es responsabilidad de los partidos.
El futuro de la calidad de los gobernantes y el destino del país es muy incierto si los partidos o movimientos políticos no se enfocan en generar un programa o espacios de formación a lo interno de sus organizaciones, el futuro del desarrollo del país está comprometido con el atraso, el clientelismo político y los números rojos en el desempeño económico y social.
Cada partido debía presentar ante la Junta Central Electoral la propuesta del plan de desarrollo y capacitación de esos individuos que ellos legitiman y endosan para catapultarlos y entregarles las riendas de un país.
De su lado, el ciudadano debía ser más exigente y organizar las demandas en cuanto a la carta de presentación de esos que aspiran a ser legisladores, funcionarios, alcaldes o detentar cualquier cargo público.