Ganar campaña o forjar su propia marca
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En el ámbito político, es esencial crear y comunicar contenidos de valor para lograr el éxito en cualquier actividad. Para destacarse frente a los demás es necesario que el candidato registre su marca personal que le permita desarrollarse, generar nuevas oportunidades y alcanzar sus metas y objetivos durante la campaña electoral, además, dejar huellas indelebles.
En política, al hablar de branding o marca personal, nos referimos simplemente a la percepción que los electores tienen del candidato. Este sello muestra su parte humana, inquietudes o habilidades personales, resaltando esas cualidades que le permiten destacarse y crear un vínculo emocional con su electorado y brillar con luz propia.
Por lo tanto, para que el candidato construya su marca personal, debe trabajar en la representación, la apariencia y el mensaje que debe llegar al electorado, crear una empatía con estos y lograr que confíen en su discurso.
A medida que el candidato expone su marca personal, se desvincula temporalmente de las siglas del partido que representa, ya que el votante se identifica con él, el aspirante se relaciona con la sociedad, hace campaña e incluso puede lograr ganar las elecciones.
Sin embargo, tener una marca personal no es suficiente para ganar una campaña electoral, se necesita mucha responsabilidad, no basta con desearlo, se debe trabajar arduamente; lo que implica dedicación, fomentar relaciones y vínculos, presencia constante en redes sociales y medios de comunicación, interactuar con el público y presentar contenidos de alta calidad, de lo contrario se convertirá en uno más del «montón».
Muchos candidatos dejan al azar la creación y consolidación de su marca personal, sin seguir una estrategia capaz de plasmar de manera real, relevante y poderosa su imagen; desconocen que este trabajo requiere mucho esfuerzo y eficacia; no se trata sólo de tener habilidades competitivas, sino que también esto incluye una combinación de destrezas y experiencias que te hacen único y auténtico.
Otros líderes políticos se crean la idea mental de que sus marcas son las únicas dueñas y garantes de la victoria electoral para su partido, condenando al fracaso a sus organizaciones partidarias y dejándolas estancadas en el tiempo, con ideas obsoletas y sin renovación.
Este concepto de creerse los únicos posibles ganadores de los procesos electorales lleva a colocar a sus partidos frente al electorado en posiciones de mucha desventaja, y es que los partidos políticos, al momento de desarrollar la imagen personal del candidato, deben tener clara la estrategia de su aplicación, a fin de lograr que el personaje que se construya se mantenga en el tiempo y en la percepción del votante como una persona creíble, destacada y diferente al resto de sus competidores.
De esta manera, el candidato logrará posicionarse y consolidar una carrera política a largo plazo. Sin embargo, la marca personal como líder político en realidad no es tan personal o, al menos, no es simplemente personal, ya que está estrechamente asociada al partido, de la misma forma que ocurre cuando somos parte de una empresa, dondequiera que estemos, somos embajadores de la marca.
Es importante aclarar y entender que, aunque es imprescindible trabajar la construcción de la marca personal en el ámbito de la política, es -también- más complicado que en otros ámbitos. Los egos, el sólo querer trabajar para sí mismo y la falta de vocación de servir a la colectividad se adueñan de los sentimientos de muchos candidatos, que dejan debilitar por siempre su liderazgo al creerse dueños de la verdad y el destino de la militancia de su partido y su posible victoria electoral.
El partido nunca debe subestimar la importancia de construir la imagen personal del candidato, pero tomando en cuenta que es fundamental definir claramente el objetivo con su estrategia correspondiente.
Asimismo, tener consciencia de que -puede ser muy diferente- si se trata de ganar o de desempeñar el mejor papel posible en la campaña electoral; porque un candidato –no preparado– puede utilizar su marca en una contienda no para lograr la victoria, sino para posicionarse ante la sociedad, darse a conocer e intentar ganar en una elección futura. Una pregunta: ¿Acaso está pasando esto en las elecciones presidenciales de RD de mayo próximo?