En el debate del CODESSD los candidatos progresistas aplastan a Carlos Peña
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La cuenta de red social X, antigua Twitter, dio cuentas de cómo transcurrió el debate electoral organizado por el Consejo de Desarrollo Económico y Social de Santo Domingo, (CODESSD), en el que se enfrentaron María Teresa Cabrera, Frente Amplio; Virginia Antares, Opción Democrática; Fulgencio Severino, Patria para Todos, y Carlos Peña, Generación de Servidores, y de cómo el progresismo representado en los primeros, venció de manera aplastante al último, en una muestra de superioridad y magistralidad propositiva y argumental.
Algunas terminologías utilizadas para evaluar la participación de cada uno tienen mucho que ver con la coloquialidad, se leían expresiones como «Virginia Antares lo suapió», «María Teresa lo fulminó», «El doctor Fulgencio lo aplastó», todo esto para poner en evidencia la complacencia con un desempeño y niveles expositivos de sus contrarios, aunque quien estuviera haciendo la valoración no tuviera de acuerdo necesariamente con la idelología sobre la que edifican sus propuestas los candidatos presidenciales progresistas, quienes se lucieron ante el pastor Carlos Peña.
Es preciso hacer un poco de contexto para que quien lee pueda entender por qué alguien que no concuerda con los planteamientos ideológicos de un candidato a la Presidencia puede aplaudir que un contrario a nivel de pensamiento le haya ganado en el careo electoral, que podría estar más cerca de su filosofía política. Bueno, porque Peña, quien ahora es propuesto por el Partido Generación de Servidores ha basado su discusión y propuestas en promesas tremendistas, en una intención que para materializarse llegaría a lo autorista, cuanto menos, y en tratar de convencer a los electores en función de cohesionar en torno a temas como un supuesto nacionalismo, erradicación de manifestaciones culturales y negación de derechos, mientras que, sus contendores apuestan al fortalecimiento institucional y democrático, basado en una defensoría de marco legal y derechos adquiridos.
También resulta oportuno conocer el perfil de los enfrentados para comprender mejor la confrontación de las ideas: Carlos Peña, ingeniero, pastor, exdiputado por el Partido de la Liberación Dominicana, pasa al Partido Generación de Servidores y se identifica como «provida». Virginia Antares, licenciada en comunicación audiovisual, directora de cine, activista de causas sociales, actual aspirante a presidenta por el partido Opción Democrática. María Teresa Cabrera, licenciada en filosofía y letras, expresidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), activista. Fulgencio Severino, cardiólogo, con una dilatada trayectoria como gremialista y militancia en la izquierda.
En sus participaciones, las dos candidatas y el candidato liberales presentaron en sus discursos propuestas estructuradas, con un formato propositivo y de planificación con alineación a la Estrategia Nacional de Desarrollo, ruta guía y compromiso de nación que fue consensuado con todos los sectores nacionales y que debía ejecutarse hasta el año 2030.
La anterior narrativa se impuso en el debate electoral de «Los alternativos», contra un discurso estridente, buscador de likes y views, que muchas veces se impone en las redes sociales amparado en un batallón de seguidores pertenecientes a la misma denominación, sin embargo, en el encuentro se impuso la buena política.
En este espacio de discusión, los progresistas mostraron competencias en una capacidad superior de conocimiento del Estado y su funcionalidad; se puso en escena de parte de Virginia Antares, María Teresa Cabrera y de Fulgencio Severino una puesta en escena con superiodidad de sus recursos de oratoria política; lenguaje verbal y lenguaje no verbal.
Entre los aspectos que los candidatos progresistas manejaron imponiéndose a Carlos Peña estuvo la colocación del mensaje político, la consecución de la credibilidad en la articulación del lenguaje verbal y no verbal, así como la correcta incorporación de datos tangibles, cifras y del tan apreciado storytelling.
En este cuadrilátero, el progresismo le ganó al retroceso, involucionismo y a la decadencia, sin embargo, falta lo más importante, que es convertir esa percepción y sensación que provocaron en la audiencia en una intención convertida en votos en las urnas en mayo próximo.