
El PLD de Danilo
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Danilo Medina suele hablar en primera persona. «Mi congreso». «Yo gano las elecciones». Ahora, como líder absoluto del Partido de la Liberación Dominicana desde octubre del 2019, preside «su PLD». No hay duda que el expresidente de la República es un armador consumado, un estratega probado, un carpintero de la política que, en las buenas y en las malas, forjó su propio destino. Arquitecto omnipresente en el diseño del plan que devino en la división del partido y en dos derrotas colosales –municipales de marzo, congresuales y presidenciales del 2020–, las primeras que perdía el todopoderoso peledé en los últimos 16 años.
El mal sabor que dejaron las primarias del 2019, esas dos derrotas consecutivas, los casos judiciales abiertos a su salida del Palacio Nacional contra ex funcionarios y colaboradores cercanos al expresidente, las renuncias sistemáticas de sus miembros, registradas a todos los niveles, imponen un accionar moderado de sus jerarquías. Bajo ese clima de incertidumbre, ante la expectativa del espectro político, el PLD de Danilo concurre a las urnas el próximo domingo para una consulta de simpatías, o lo que es lo mismo, escoger a su candidatura presidencial para las elecciones del 2024.
Un abismo dialéctico diferencia el proceso peledeísta de este año con el último que produjo a Gonzalo Castillo como candidato de los morados. En teoría, por lo menos. En esta ocasión, Danilo Medina, en las poquísimas ocasiones que compareció ante los medios, decidió hacer de árbitro, ser un ente neutral para no interferir directamente en la selección de la apuesta del partido. «Estoy neutral», reiteró ayer. Oficialmente, no está ni con Margarita Cedeño ni con Abel Martínez ni con Francisco Domínguez Brito ni con Luis de León ni con Karen Ricardo ni con Maritza Hernández.
A cinco días para la consulta, el proceso marcha sin contra tiempo. Es la primera gran batalla, el primer gran desafío del PLD que, según su presidente, amanecerá el lunes 17 refundado, «un nuevo partido» será el que respaldará a quien resulte escogido en las votaciones. Danilo Medina es el más interesado en que todo se celebre bajo el manto de la transparencia y la igualdad de condiciones. Ganará él, ganará la organización que necesita tomar una bocanada de aire fresco y ganará el sistema de partidos que tanto significa para robustecer la democracia.
Como buen estratega, Danilo Medina es consciente que su PLD no es el mismo partido que ganó las elecciones en el 1996, ni el del 2004 ni el del 2008 ni el del 2012 y mucho menos el del 2016. Y es todavía, significativamente, muy distinto al del 2020, cuando perdió frente a Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno. Tiene voluntad humana, eso sí, para volver a hacer posible lo imposible, mirando hacia el 2024, y los obstáculos que deberá superar empiezan a manifestarse el domingo.