
El gran reto de Danilo: convertir en Presidente a un o una peledeísta
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El expresidente Danilo Medina es, sin lugar a dudas, una de las figuras claves para decidir quién será el próximo presidente o presidenta de la República en el cuatrienio 2024-2028. Y esto así porque si bien él no puede ser, ni será candidato presidencial para las elecciones de mayo del 2024, es el líder indiscutible del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que representa la primera fuerza política del país, si la evaluamos desde el punto de vista de su estructura orgánica.
En los momentos actuales las tres principales figuras políticas son el presidente Luis Abinader y los expresidentes Danilo Medina y Leonel Fernández. El primero y el último serán los candidatos de sus partidos para las elecciones del 2024, y aunque Danilo no será candidato presidencial, su capacidad como estratega político, su liderazgo en el PLD y en el país, y su visión como estadista, son elementos fundamentales para que sea capaz de articular una estrategia político-electoral que lleve al candidato o candidata de su partido a ser el próximo mandatario o mandataria del país.
Ese es el gran reto de Danilo: garantizar que el proceso interno del PLD se desarrolle sin problemas, que se escoja un buen candidato o candidata y él, como líder, convertirse en el soporte fundamental de la campaña del elegido o elegida para que gane las elecciones. En el peor de los casos, si el PLD quedará en un tercer lugar, Danilo debe convertirse en el factor decisivo en la segunda vuelta que se presentará en las elecciones del 2024.
Un excelente estratega
Todo el mundo reconoce que Danilo es un gran organizador, un político de pies a cabeza, un gran armador, un trabajador sin horario ni límites y un hombre sumamente pragmático.
Su historia como organizador y estratega de triunfos electorales es muy conocida y valorada. Su primera gran experiencia como organizador político la tuvo Danilo en 1983, cuando después de las elecciones de 1982, el PLD vivió una grave crisis política que conllevó la expulsión de su secretario general, Rafael Alburquerque. En ese momento, el PLD se debilitó orgánicamente y el profesor Juan Bosch escogió a Danilo como responsable de reorganizar el PLD a nivel nacional y fortalecer la estructura orgánica de esa entidad. Danilo cumplió a cabalidad la tarea encomendada, y de ahí en adelante se convirtió en el dirigente peledeísta que mejor dominaba el aspecto organizativo y que conocía de manera personal a todo el liderazgo del PLD en el país entero.
Otro momento donde se destacó la fortaleza y visión estratégica de Danilo fue cuando se produjo la crisis político-electoral de 1994, luego que el doctor Joaquín Balaguer, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) le hiciera un fraude al doctor Peña Gómez en las elecciones de mayo de ese año. Fruto de ese fraude, el país estuvo al borde una guerra civil por los fuertes enfrentamientos entre el PRSC-Balaguer y el PRD-Peña Gómez, pues ambos alegaban haber ganado las elecciones. En ese momento, Danilo tuvo la genial idea de que la salida era que se firmara un pacto entre todas las fuerzas políticas, incluido el PLD que había quedado en tercer lugar. Ese pacto, que luego fue llamado Pacto por la Democracia, fue propuesto por el PLD y se convirtió en la clave para superar la crisis, para evitar que el presidente Balaguer pudiera presentarse en las próximas elecciones y para que se dieran las condiciones que permitieron que el PLD ganara las elecciones de 1996.

Precisamente en el desarrollo de esas elecciones, Danilo consolida y lleva a niveles muy altos sus condiciones de estratega político-electoral. Cuando el PLD elige como candidato presidencial para las elecciones de 1996 al doctor Leonel Fernández, Danilo era el presidente de la Cámara de la Diputados. Mostrando un gran sentido de responsabilidad y visión política, renuncia a esa importante e influyente posición para ir a dirigir la campaña electoral de Leonel Fernández, candidato del PLD, un partido que venía de un lejano tercer lugar y muchos no creían que pudiera desempeñar un buen papel, ya que todo indicaba que Peña Gómez ganaría muy fácilmente las elecciones de mayo de 1996. Sin embargo, el PLD y Leonel lograron ganarle al doctor Peña Gómez, gracias a muchos factores, siendo uno de ellos la visión estratégica y la capacidad operativa de Danilo como jefe de campaña de Leonel en ese momento histórico.
Lógicamente, como un ser humano que es, no todo le ha salido bien a Danilo en términos de estrategia. Su intento de modificar la Constitución y forzar una segunda reelección en el 2020, terminaron en una gran derrota. Asimismo, su jugada política con la candidatura de Gonzalo Castillo en el proceso electoral interno del PLD en el 2019, terminó en otro fracaso político pues produjo la división del PLD, la salida de ese partido de su presidente Leonel Fernández y, por vía de consecuencia, la derrota electoral en las elecciones municipales de marzo del 2020 y en las presidenciales de julio de ese año.
Un nuevo momento, nuevos retos
Danilo parece haber aprendido la lección y está trabajando para no repetir nuevamente aquellos errores. En la actualidad es el principal líder y presidente del PLD, y está concentrado en dos tareas fundamentales. La primera es el fortalecimiento orgánico de su partido, aspecto que él domina a cabalidad. Y el segundo es ser garante y soporte fundamental del proceso de consulta interna del PLD, para elegir su candidato o candidata presidencial.
Danilo, como estratega y visionario político, sabe muy bien que para cualquier aspirante presidencial que quiera ganar unas elecciones, es de suma importancia contar con una estructura política fuerte, firme, diseminada en toda la geografía nacional y con eficacia y operatividad. Por eso su gran esfuerzo de revitalizar el PLD, su apoyo al proceso interno como árbitro y su presencia en las juramentaciones de nuevos miembros de ese partido en las diversas provincias.

De igual manera, el expresidente de la República sabe muy bien que ante el deterioro creciente de la imagen del gobierno de Luis Abinader, por los embates de la inflación y la inseguridad ciudadana, la gente va a buscar como referente los dos excelentes gobiernos que él hizo y todos los avances alcanzados en las gestiones del PLD. Danilo entiende que la población está «mirando para atrás» porque el actual gobierno no resuelve nada y con sus políticas públicas esta bajando el nivel de vida de todos. Y ante eso, la gente seguirá mirando para atrás, buscando al PLD y a los logros de sus gobiernos.
Danilo está desarrollando una estrategia política muy sabia y con muchas posibilidades de ser exitosa. La gran tarea del expresidente y líder del PLD es garantizar que ese partido escoja un candidato o candidata y que todos los demás aspirantes le apoyen, luego subirse a los hombros a esa persona, hacer los amarres y acciones políticas necesarias para garantizar que, en primera o segunda vuelta, el peledeísta o la peledeísta que encabece la boleta electoral de ese partido, gane las elecciones y dirija la nación dominicana en el período 2024-2028.
¿Logrará Danilo Medina alcanzar las metas trazadas en su estrategia? Ya veremos, pero lo cierto es que está caminando por una buena senda y mostrando buenos resultados hasta ahora.
SUELTO
Recorridos y juramentaciones
Danilo Medina es un político de pies a cabeza, curtido en los afanes y la carpintería del proselitismo puro. El domingo 22 de mayo salió del nido para reencontrarse con la gente, con los simpatizantes y militantes de un Partido de la Liberación Dominicana en franca recomposición. La primera actividad se celebró en Azua, escenario que aprovechó para manifestar su dolor y preocupación por el camino que están tomando las cosas, en referencia directa a la administración de Luis Abinader y el PRM. Este encuentro, al que asistieron miles de personas, devolvió al ruedo a un expresidente de la República que conoce muy bien las posibilidades electorales de su partido. En lo adelante, siguió su ruta a nivel nacional con actos de juramentaciones denominada #SumandoEstrellas que lo llevaron a Barahona, Monseñor Nouel y Santo Domingo Norte.