
Desafío para los corporativos
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Ahora, que se cumplen las profecías, que una pandemia transforma a los mercados y que la tecnología siguió desarrollándose por encima de los avances en materia de investigación de salud, ese protagonismo la ha llevado a desarrollar uno de sus brazos más fuertes: la inteligencia artificial, que causaba furor cuando la enfocaban como algo espectacular en las películas de ciencia ficción, o como una panacea para realizar procedimientos médicos, pero cuando anunciaron que su impacto vendría a alcanzar a todas las áreas productivas, entonces se han generado temor y con mucha razón.
Los anuncios con fuegos artificiales incluidos de diferentes herramientas alimentadas con inteligencia artificial, como el Chat GPT, en todas sus actualizaciones, ha encontrado a muchas profesiones sin mucha información ni preparación de sus representantes al respecto, y lo propio ha pasado con la comunicación corporativa.
Es entendible, porque todos los días hay innumerables indicadores que deben ser incorporados para el manejo adecuado de los procesos correspondientes a la gestión efectiva de la imagen y la reputación, y ahora, salidos de los efectos de una pandemia como Covid 19, ya todos un poco mareados de su influjo, deben enfocarse a pensar en que si la inteligencia artificial provee o elabora productos que son responsabilidad del personal que se ha formado por cuatro años en una universidad para obtener grado, y dos más para lograr la maestría.
Ante este escenario que parece fatal para las personas, porque si un sistema es capaz de generar una nota de prensa o un comunicado, con solo darle indicaciones, supone el desplazamiento de un ser humano, pero la cuestión no es tan fácil.
Sucede, que todavía el humano tienen múltiples ventajas sobre un instrumento tecnificado, y es la poderosa máquina denominada cerebro, que posee la capacidad de desarrollar y producir contenido reflexivo a partir de la exploración del conocimiento, ahí está la ventaja del humano y a la cual debe invertirle tiempo e insumos, a pesar de que cualquier aplicación pueda dar respuestas cercanas precisas, hay inferencias, cruce de información, deducciones y producción de propuestas que es el humano quien la perfecciona, con el contexto, aplicando teorías y articulándolas para generar soluciones estratégicas.
En definición de Net.app.com la Inteligencia Artificial «IA consiste en intentar que los ordenadores piensen y actúen como los humanos». Sin embargo, también especifica que, «para conseguirlo, se necesitan tres componentes fundamentales: sistemas computacionales, datos, gestión de los mismos y algoritmos de IA avanzados (código)», información que suministra un Homo sapiens, y que debe ser muy precisa.
Estos expertos ponen el punto en que cuanto mayor cercanía se requiere con el pensamiento humano, mayor cantidad de datos precisos hay que colocarle a la aplicación, entonces, es una gran oportunidad para los de comunicación corporativa.
Ahí estriba la ventaja del talento humano, en la capacidad de ajustarse al cambio, prever procesos y adelantarse en el tiempo. Lo negativo vendría si se paraliza y no se afronta que ya es una realidad, que el sistema económico decidió avanzar sobre estas herramientas a las que habrá que conocer y hacerse de ellas para lograr la efectividad.
Lo que es una evidente amenaza puede ser convertida en una gran oportunidad para los que deben manejar procesos para administrar imagen. Ver cómo con la preparación y la formación innovadora puede ganarle ventaja a los sistemas, buscando las alianzas con los informáticos para que con la inteligencia artificial se generen plataformas para sistematizar y digitalizar procesos que hasta ahora en la gestión de la comunicación corporativa se efectúan de forma manual, y que solo representan una inversión de tiempo que podrían maximizarse de tener una vía de simplificarlos.
Sería conveniente sacar partido a la inteligencia artificial para poder realizar la parte graficada de un mapa de poder, o la actualización permanente de la información de los públicos clave, o un sistema que sirva para presentar actualizada y cruzada por año, en cuadros comparativos, los resultados de las encuestas de clima organizacional, para clasificarla por dimensión y comparar la evaluación de cada perfil, liderazgo o estilo de comunicación.
Hay muchos procesos de la gestión de la comunicación que se pueden sistematizar con el apoyo de la inteligencia artificial, pero los humanos que manejan procesos deben prepararse para conducir a la parte informática siendo proactivos e inventores, no corriendo detrás de ella con el temor de lo que podría ser inminente: la sustitución de personas por las máquinas.
Por lo menos en este momento, el que se prepare para utilizar a la inteligencia artificial y correr delante de ella será el que podrá aportar y visualizar aplicaciones positivas a partir de sus aportes, los que no, podrán morir paralizados por el miedo sin haber intentado todo lo positivo que puede deducirse del proceso.
A pesar de esto, no se pueden ignorar las advertencias de los científicos que le han dado vida, de que podría tener usos nada positivos si no se colocan a tiempo las regulaciones y limitaciones para su accionar a nivel global.