
Ciudad SD: desorden
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Cuidado si la alcaldesa Carolina Mejía cree que descubrió la pólvora por afirmar que «la ciudad de Santo Domingo es un gran desorden». Nada nuevo bajo el sol, pero al parecer ella lo descubrió ahora, luego de un buen tiempo en el cargo y pocas soluciones tangibles. Tanto así, que la basura nos arropa, independientemente, de la mala educación del dominicano promedio que no cuida ni protege su ciudad.
La «excelsa» alcaldesa se despachó con esta perla durante el acto para la firma de un acuerdo con el arquitecto español Alfonso Vegara, presidente de la Fundación Metrópoli con miras a desarrollar y organizar la ciudad. Así mismo dijo, que las autoridades no pueden permitir que el trabajo cotidiano impida planificar la ciudad a mediano y largo plazo, porque de esa manera las soluciones se tornan más difíciles.
Por supuesto, que las autoridades no pueden entorpecer el objetivo que según ella tiene para organizar una ciudad caótica, desordenada, poco fácil al tránsito y al peatón, con nulas áreas verdes de esparcimiento en cada sector, con aceras estrechas y rotas para caminar y con miles de motoristas que son la otra mitad de la población y tampoco tienen educación vial de ningún tipo sumado a la precariedad de los carros públicos, pero sucede que para los planes de la alcaldesa, esas autoridades son necesarias para esa pretendida organización: Digesett, Intrant e incluso, la Policía Nacional.
No puedes pretender organizar una ciudad pequeña que ha crecido hacia arriba, no a los lados, que ha multiplicado tres veces su población desde hace más de dos décadas, incluyendo obvio, más motores, taxis, carros públicos y carros particulares sin la anuencia de las autoridades. Organizar una ciudad no solo es cambiar dirección de calles, es propiciar y concientizar conjuntamente con las autoridades normas urbanas de educación vial y de convivencia en las calles y avenidas.
Es también recoger la basura, otro tema eterno y el talón de Aquiles de cada municipalidad en Santo Domingo. Organizar esta ciudad es ponerte de acuerdo también, conjuntamente con las alcaldías de Santo Domingo Este y Oeste porque hablamos de toda una ciudad llamada: Santo Domingo. No debe estar organizada solo un área de la ciudad para cuando sales de allí te encuentres con una completa anarquía en las otras comarcas. Es un esfuerzo mancomunado que debe empezar en el Gran Santo Domingo pero debe abarcar todo el territorio llamado Santo Domingo.
En ese sentido, necesitas a las autoridades para regular y organizar el tránsito que cada día drena la energía de los ciudadanos. Necesitas a las autoridades para que haya seriedad con las multas y la adecuación de las leyes de tránsito en motoristas, camioneros, peatones, guaguas y carros particulares. Todo esto porque lamentablemente no hay metros ni tranvías que atraviesen el centro de Santo Domingo, que pueda ayudar a aminorar el uso de motoristas y carros públicos. El metro es circundante no atraviesa el polígono central.
A través de los túneles y elevados está «prohibido» que ciertos camiones y vehículos pesados usen estas vías, pero no hacen caso a esa advertencia. Los motoristas recorren las calles y avenidas sin cascos la mayoría, sin ningún tipo de protección, violan la luz de los semáforos, creen que van solos por las calles y no les importa nada. Aquí hay un serio trabajo de organización con ese gremio.
Otros asuntos importantes, las áreas verdes en la ciudad deberían abundar y ayudar a esa misma pretendida organización del caos en el que vivimos. Crear más zonas solo para motores, más parques, aunque sean pequeños, acondicionar y crear aceras de considerable tamaño para que el peatón pueda caminar con facilidad. Prohibir de manera tajante y con fuertes penalidades negocios en aceras y carros aparcados sobre las mismas. El drenaje pluvial es parte de esa organización vital para evitar el caos cuando llueve.
Organizar una ciudad que lleva largas décadas en el desorden, anarquía y el abandono conlleva mucho trabajo, no solo firmas y fotos. Necesita educación.