Abel Martínez y el PLD
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El alcalde de Santiago de los Caballeros, Abel Martínez, es oficialmente el candidato a la presidencia de la República por el Partido de la Liberación Dominicana. A poco menos de siete meses para las elecciones del 19 de mayo del 2024, el político debe sentirse exhausto de una larguísima campaña que inició en el 2021 para medirse en la consulta de simpatía que organizó el PLD para elegir su apuesta –y primera propuesta– estando fuera del Gobierno después de 16 años consecutivos en el poder.
Martínez es dueño de una hoja político-profesional que desearía tener cualquier prospecto con aspiraciones de alto vuelo en la administración pública. A pulso de trabajo constante y consagración al oficio, lo que le permitió imponerse en las votaciones internas el 6 de octubre del 2022, frente a una precandidata de peso como la ex vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, el alcalde ahora se coloca en la ruta de su primera aparición en la boleta presidencial de su partido.
El acto de proclamación del pasado domingo estuvo a la altura de la investidura. La jerarquía en pleno del peledeísmo de arraigo –y una cuota representativa del liderazgo emergente– estuvo en la convocatoria en la que Martínez dio un paso de avance en sus aspiraciones. La historia establece que pocos candidatos logran a la primera ganar las elecciones a la Presidencia de la República. No nos arriesgaremos en pronosticar, sin el conocimiento de información precisa que, de todas formas, a estas alturas resultaría muy prematuro hacerlo, pero el candidato del peledeísmo viene ganando, como ganaron quienes le precedieron y que finalmente lograron hacer realidad el sueño de sentarse en la silla de alfileres.
El PLD no está en su mejor momento. Cierto. Luego de 16 años de victorias presidenciales, municipales y congresuales consecutivas –desde el 2004 al 2020– pasa por un proceso de recomposición y relanzamiento que le impusieron los resultados adversos del 2020, tanto en las municipales como en el resto de los niveles electivos. Pero dadas las circunstancias extraordinarias en que se llevaron a cabo las últimas elecciones, resulta aún más difícil anticipar posibles resultados ante la oferta que ya tienen servida el Revolucionario Moderno (PRM), el PLD y la Fuerza del Pueblo; dígase el presidente Luis Abinader que irá tras la reelección y el expresidente de la República, Leonel Fernández, un veterano consumado que suele crecerse en estas contiendas.
Pero esa crisis interna que en algún momento deberá ser superada por el peledeísmo, también supone una oportunidad para el nuevo liderazgo que encarna Abel. Es cuando un candidato que se estrena en la boleta presidencial deberá sacar músculos y luchar por resultados que favorezcan su futuro político, en caso que no logre la victoria en el primer intento. La sistemáticamente criticada Alianza Opositora Rescate RD servirá de caballería para su proyecto político. Ante una candidatura de Luis Abinader que todavía el electorado podría percibir como fresca, Abel Martínez y Leonel Fernández tendrán que desplegar una campaña sumamente efectiva que les permita –junto a sus respectivas estructuras partidarias– impedir un triunfo del PRM en primera vuelta.
En este nuevo ciclo que inició el PLD en octubre del 2019 con la salida del doctor Leonel Fernández, el terreno quedó lo suficientemente fértil, mas con el impedimento a Danilo Medina para volver a presentarse a una candidatura presidencial, como para que germine la semilla que simboliza Abel Martínez en vista de las próximas elecciones. Lo que sí está claro hoy es que aún perdiendo, será el gran ganador del próximo proceso.