Una ruta tortuosa para las aspirantes a la presidencia
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Margarita Cedeño encarnó la esperanza que mas acercó a una mujer con probabilidades de alcanzar la Presidencia de la República. Portadora de la antorcha que generacionalmente le pasó Milagros Ortiz Bosch. Las dos ostentaron la vicepresidencia: la dirigente del Partido Revolucionario Moderno lo fue en el período de Hipólito Mejía en 2000-2004 y la segunda, por dos ocasiones, la segunda abordo, en la administración de Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) del 2012 al 2020.
Esas posibilidades se desvanecieron, por lo menos en el caso de Ortiz Bosch, que está en la frontera del retiro político, y en cuanto a Cedeño, no pudo lograr la candidatura presidencial del PLD en la consulta de simpatías de octubre del 2022, y no se vislumbra que para el 2024 en las elecciones municipales o congresuales asuma una candidatura de menor relevancia, salvo que sea la elegida por Abel Martínez para volver a ser su propuesta vicepresidencial.
Las candidaturas presidenciales para el próximo año que ya están definidas: siete hombres y dos mujeres. En este caso, aunque no se establece, la cuota de género quedó por debajo del 60-40% que sí impone la ley electoral para el resto de los niveles. Los hombres: Luis Abinader (Partido Revolucionario Moderno), Leonel Fernández (Fuerza del Pueblo), Abel Martínez (PLD), Miguel Vargas Maldonado (Partido Revolucionario Dominicano), Fulgencio Severino (Patria para Todos), Carlos Peña (Generación de Servidores) y Roque Espaillat (Partido Socialista Cristiano).
El género femenino estará representado en la boleta presidencial por María Teresa Cabrera, la apuesta del Frente Amplio y Virginia Antares, política emergente que va por Opción Democrática. Con un padrón electoral que favorece en mayoría a las féminas –representan el 51.28%, para un total de cuatro millones 163,097 votantes, en comparación con los tres millones 955,117 electores, el 48.72%– Cabrera y Antares se alistan para enfrentarse, sobre todo a partir de enero del próximo año, a una campaña desafiante, que las compromete como a ninguna otra candidata de los demás niveles electivos, a trabajar para lograr un desempeño político-electoral que les permita demostrar que lo de las mujeres no es un asunto de cuota.
Lo dice clarísimo el analista Juan Carlos Guerra en el artículo de al lado: «Los políticos debemos construir un nuevo paradigma favorecedor de la igualdad de género que trascienda el otorgamiento de cuotas de discriminación afirmativa que, al final del día, solo contribuyen a acentuar la brecha». En el caso de Opción Democrática, su liderazgo se ha esforzado en atraer mujeres y hombres jóvenes para que asuman las candidaturas que conformaran su boleta municipal y congresual. Esto ya es un paso de avance para un partido de reciente creación, que en el 2020 ganó una diputación en la circunscripción uno del Distrito Nacional, con un José Horacio Rodríguez que aspira a la reelección en el 2024.
Cabrera es una activista social, con vocación de política que fue presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores. El Frente Amplia carga más pesado que Opción Democrática, colocando en la balanza el trabajo político de ambas organizaciones. Con el «respaldo de una coalición de la izquierda», ideología rezagada en el espectro partidario nacional, esperemos cuál será el resultado que finalmente coseche en las urnas. La mujer todavía transita por un sendero pedregoso en su ruta aspiracional hacia la Presidencia de la República. Para el 2024 está lejos de ser una opción de triunfo.