
Tú y yo
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A finales del 2019, el Partido de la Liberación Dominicana se quebró. Las primarias del 6 de octubre de ese año abrieron una grieta que quedó sellada con sendos discursos de los dos líderes morados de aquel entonces; por un lado, Leonel Fernández y su «ha llegado la hora de partir», y por el otro, la respuesta casi inmediata de Danilo Medina: «Yo gano las próximas elecciones».
A partir de enero del año siguiente, Luis Abinader se posicionó con fuerza en las encuestas. El PLD contaba con un candidato sin respaldo popular, y Leonel Fernández buscaba a la rápida una estructura política que lo impulsara como candidato. Sin embargo, dos de los tres competidores tenían un objetivo común: impedir que el PLD retuviera el poder.
Se gestó entonces una alianza coyuntural entre Abinader y Fernández. Un acuerdo a nivel de Congreso, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, les permitió barrer al PLD en ambas cámaras, especialmente la alta, pasando los morados de tener 28 senadores en el periodo 2016-2020 a solo 4 para el cuatrienio 2020-2024.
Lo propio ocurrió a nivel presidencial. Aunque mantuvo hasta el final el discurso de que habría una segunda vuelta, Leonel Fernández terminó facilitando la victoria de Abinader en primera, fragmentando el voto del PLD. El naciente partido Fuerza del Pueblo logró un 8.90% de los votos, dejando a Gonzalo Castillo con un 37.46%, mientras que el presidente electo logró un 52.52%
Los primeros meses de Abinader estuvieron marcados por la pandemia, pero también por la parsimonia de Leonel Fernández y la notoria frontalidad del PLD. Fue sintomático el que Fernández, el 14 de octubre del 2020, en una entrevista para medios escritos de circulación nacional, dijera: «No es momento de destapar una oposición al Gobierno, sino que entre todos contribuir a solucionar de la mejor manera, esto que impacta a todos los sectores de la vida nacional».
Al poco tiempo la luna de miel dio signos de agotamiento. Las críticas eran sutiles, pero a ritmo creciente. Al cumplirse el primer año oficial de gobierno, Fernández se desató. Y lo hizo conforme la inflación, la consecuencia más grave de la pandemia, se hacía cada vez más incontrolable. El 30 de octubre del 2021 Fernández fue contundente: «La inflación se ha convertido en la principal fuente de inquietud y perturbación que afecta tanto a los consumidores como a los gobiernos».
Ha sido ese y no otro el tema neurálgico de las críticas de Leonel Fernández al Gobierno, así como al Banco Central. Ha llegado a sostener que esa entidad manipula las cifras de crecimiento económico. «La economía creció con respecto al año de la pre pandemia 4.7%, ese es el crecimiento orgánico real, lo otro se llama rebote estadístico, y lo que está haciendo el Banco Central en su comunicado es manipulando a la opinión pública nacional, cuando dice que ese es el crecimiento real», dijo ante varios de sus dirigentes partidarios, a principios de febrero de este año.

El escenario se caldeó a punto de inflexión hace pocos días, cuando Fernández sostuvo que el gobierno de Abinader ha abandonado el campo, criticando de manera férrea la ley de tasa cero de aranceles para 67 productos, aprobado con gran dificultad en el Congreso Nacional. «Van a arruinar a los productores y la crisis será más grande», fue una de sus frases.
Acto seguido, Abinader, y por primera vez de manera directa, respondió a Fernández, diciendo que respetan «las opiniones de la oposición que normalmente tienen que hablar de cualquier cosa. Ahora miren, hay una herramienta muy poderosa contra el populismo y la demagogia. Y especialmente para los que han administrado. Esa herramienta se llama Google. Es muy fácil de usar, y buscando en Google se descubren muchas verdades», dijo el mandatario.
Horas más tarde, y en Twitter como escenario, la línea comunicacional hacia Fernández por parte de todo el gobierno fue clara: ministros, voceros y dirigentes partidarios accionaron contra el presidente de Fuerza del Pueblo, echando mano a la vieja conocida etiqueta de #LeonelMiente.
Poco a poco, el panorama se aclara
Con el avispero político desatado, paradójicamente el panorama se ha ido aclarando. Viendo todo en perspectiva, desde ya, por mera probabilidad, cuatro personas tienen opciones reales de ocupar Palacio Nacional el 16 de agosto del 2024: Luis Abinader, Leonel Fernández, Margarita Cedeño y Abel Martínez. Hay otros candidatos –y nadie duda de su capacidad– pero por intención de voto y popularidad, o hasta por nivel de conocimiento, son ellos los que corren con ventaja. De ese universo de actores en disputa, dos llevan la delantera, y así lo ha dejado claro Abinader con su reacción a las críticas de Fernández.
Al confrontar a Leonel de forma directa, el Presidente reconoció que el líder de la oposición es Fernández y que este, por ahora, es su principal contrincante en la arena política. El intercambio nada amistoso –dejando atrás aquellos cordiales encuentros entre ambos en los pasillos de Funglode– tuvo un mensaje verbal y otro tácito: «En mayo del 2024, esto será entre tú y yo».