Antes que las redes sociales existía el Congreso Nacional. Un escenario en constante ebullición que sirve de muestra para entendernos como sociedad. Nuestros representantes legislativos, no todos para ser justos, gozan de inmunidad verbal para decir y maldecir sin ruborizarse. Tiempo hace que no se escucha un disparo o se produce un apagón en medio…
La recurrente pregunta que nos atormenta al ver el dispendio innecesario en un país pequeño con tantas necesidades: ¿Hasta cuándo mantendremos un Congreso sobrepoblado en comparación con otros países ricos y civilizados? ¿De qué sirve que mantengamos a 188 diputados que ni entre ellos se conocen? ¿Cuáles han sido los aportes de esas 188 personas…