Señora justicia, echar para atrás no convierte en héroe a nadie
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No tengo idea desde cuando estoy escuchando que la justicia norteamericana pidió en extradición a un narcotraficante que inundó su territorio con todo lo malo, después usted escucha en qué, podría consistir la condena, luego que el personaje está cantando y van a caer muchos pejes gordos, militares, políticos y empresarios.
Posteriormente el acusado negoció, le reducen la pena y usted se seca con la cara larga esperando el apresamiento de los pejes gordos, lo que si vemos luego, es que el negociador vuelve a las calles tranquilo a disfruta de su riqueza.
No quiero mencionar cómo ha sido el sistema de justicia nuestro en el pasado, pero en la actualidad, la moda del momento es «declararse culpable y dispuesto a colaborar», en la mayoría de casos de robos o estafas al Estado.
Tenemos personas que pasan a ser de privilegiados de los gobiernos a ladrones, luego cobardes y delatores y finalmente salen héroes ricos, no sin antes, con sus aliados, haber repartido el estiércol en abanicos para dejar sucio a toda la militancia de un partido político que construyó su imagen a lo largo de los años .
No es justicia el que alguien participe de estafas al Estado, que no es más que robar el dinero del pueblo y porque devuelva una parte o delate algún objetivo a golpear políticamente este sea excluido del expediente o con una medida de coerción benigna.
También las estafas de los acuerdos entre las partes deben ser perseguidas con los ojos vendados, que penoso ver a ciudadanos, con frecuencia extranjeros, clamando por justicia
Ver ofrecer devolver los recursos a los estafados de la operación nido, aquella que vendieron apartamentos que no existían o vendido el mismo a más de un comprador, es propuesta hija de lo que se ha querido imponer a un país que viola como selva y tiene derechos como en Suiza.
Tenemos una justicia como el chivo, «con las patas limpias y el culo sucio» o como los escrúpulos de María Gargajo, quien lavaba meticulosamente el cascarón de los huevos que iba a cocinar, pero escupía el sartén para ver si el aceite estaba en su punto.
El mensaje es que robe, si todo le sale bien, usted es un ladrón rico y honorable, si sale mal, denuncie sus cómplices, devuelva una parte y usted será un ladrón honesto, menos rico.
Si alguien se cruza en rojo el semáforo, el policía de tránsito lo detiene y lo va a multar, usted no puede decir que como no pasó nada, se va a devolver y que no le ponga la multa, pues esta no es por lo que pasó, sino por lo que pudo haber pasado.
Después de cometido el delito debe haber sanción, sin injusticia ni privilegios, con los ojos vendados.
De no ser así, no es justicia y la justicia debe ser justicia para todos.