
Retos del liderazgo | Luis Abinader
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El Presidente Luis Abinader no tiene impedimento para presentarse en las próximas elecciones para un segundo periodo. El proyecto de la reelección, de hecho, va viento en popa. El Partido Revolucionario Moderno abrazó con tiempo esta idea, y en favor de ello trabaja a toda máquina despejando el futuro del más joven entre quienes le antecedieron, los expresidentes Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina. El PRM, un desprendimiento de la división del Revolucionario Dominicano (PRD), buscará desesperadamente romper con el maleficio que históricamente ha impedido que, antes presidente perredeísta y ahora perremeísta, en ejercicio consagre dos victorias consecutivas, que permitan un gobierno de ocho años consecutivos.
Luis Abinader es un político y una personalidad ecuánime que le ha permitido mantenerse cerca al ciudadano de a pie. Un hombre cercano –cuando recorre las calles y los pueblos– al que puede hablarle la gente con cierta facilidad. Diferente en gran medida a don Antonio Guzmán (1978-1982), Salvador Jorge Blanco (1982-1986) y a Hipólito Mejía (2000-2004), quien se mantiene activo en el PRM y en la actual administración. El Presidente recibió de Danilo Medina un país sumergido en una crisis sanitaria que inevitablemente afectó todo el aparato productivo, como sucedió a nivel mundial. Luego vino la guerra entre Rusia y Ucrania, y lo que todo esto ha provocado en el renglón económico indefectiblemente ha incidido en la vida de la población, en los casi tres años que cumplirá su gestión el 16 de agosto próximo.
Al Presidente Abinader le resta poco tiempo para poder mostrar músculos en materia económica. La narrativa de la Covid-19 y la guerra Rusia-Ucrania deberá ir desapareciendo del discurso político-presidencial, para pasarle el micrófono a un argumento que convenza a la ciudadanía de los grandes logros que, sí o sí, deberá exhibir la primera administración de este partido fundado en el 2014. La supuesta idea que se escucha en los círculos del Congreso Nacional sobre la intención de modificar la Constitución para reducir el 50 más uno que debe obtener un candidato presidencial para ganar en primera vuelta, envía un mensaje contrario a los promocionados niveles de aceptación del mandatario.
Ayer, Día de la Independencia, el Presidente compareció ante los miembros de la Asamblea Nacional en el Congreso Nacional, y en su rendición de cuentas de rigor hizo un recorrido por las obras construidas, los récords en el sector turismo, índices económicos, salud, educación, deportes y cultura. De un renglón pasó al otro –como manda esta tradición gubernamental– y aún en caliente, la oposición contrastó sus tesis con números y citas citables en aquellos puntos en que el gobernante no estaba en la misma página que el resto de los partidos.
«Audaces, valientes, comprometidos, perseverantes, continuemos orgullosos y sigamos haciendo Patria» fueron los adjetivos y las frases que pronunció con ímpetu en la parte final de su discurso. Luis Abinader salió ayer al ruedo oficialmente en su aspiración de poder continuar en Palacio Nacional otros cuatro años más. Es el más aventajado de quienes le enfrentarán, pero la oposición empieza a enviar señales para un acuerdo que puede reducir esa ventaja. El reto de mayo del 2024 puede ser aún más difícil de lo que fue para él en el 2020.