
Renuncia de Francisco Javier coloca al PLD y a Abel Martínez en situación difícil
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El pasado jueves 25 de mayo el país fue estremecido con una noticia que, de alguna manera, afecta el accionar político electoral: Francisco Javier García anunció su renuncia como jefe de campaña del virtual candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Abel Martínez.
Aunque desde hacía varias semanas se rumoraba que existían desacuerdos entre Abel y Francisco Javier, muchos analistas entendían que esas diferencias podrían ser subsanadas si el candidato ponía de su parte, para entenderse con su jefe de campaña y consolidar su proyecto presidencial. Sin embargo, lo que dice la carta de renuncia de Francisco Javier es que Abel le creó una estructura de campaña paralela y lo marginó de las decisiones. Eso, en los hechos, era un forma poco inteligente de Abel para pedirle que le entregara la jefatura de campaña. Y eso hizo Francisco Javier.
Esa es la versión de quienes están del lado del renunciante. Pero también está la versión de quienes forman parte del círculo de Abel. Ellos dicen que Francisco Javier cometió un error al salir a contactar y arengar las bases del PLD sin la presencia de Abel. Eso, dicen ellos, era una forma de hacer campaña no a favor de Abel, sino a favor del propio Francisco Javier. Y esto no podía ser permitido por el candidato.
Se afirma también tras bastidores, que entre Abel y Francisco Javier habían diferencias en torno a un posible acuerdo de unidad con la Fuerza de Pueblo, para las elecciones municipales, como paso previo para un acuerdo congresual y presidencial. Abel no tiene entre sus planes ningún esfuerzo, por ahora, para hacer acuerdos con el partido de Leonel Fernández, pues entiende que eso debilitaría aún más su propia candidatura.
Sin importar cuál sea la versión correcta, lo cierto es que la renuncia de Francisco Javier es un duro golpe para el PLD y para la candidatura de Abel. Y ambos, partido y candidato, tendrán que hilar muy fino de ahora en lo adelante, para evitar que se vuelva a repetir una situación de esta dimensión que es muy seguro que represente un estancamiento momentáneo de los niveles de apoyo de Abel.
Abel pierde un soporte importante

En su carta de renuncia, Francisco Javier hace una serie de señalamientos que muy bien podrían ser parte de un manual de cómo dirigir una campaña electoral y evitar cometer errores. En esos señalamientos, describe una de las debilidades de la candidatura de Abel, cuando afirma lo siguiente: «Organizar una campaña electoral nunca ha sido una tarea fácil. En el caso de esta campaña electoral específicamente, la misma tiene una característica especial, ya que estamos enfrentando en un mismo cuadrilátero electoral a dos figuras que no son simples candidatos, sino a estadistas de experiencia que han pasado ya las pruebas de ser candidatos varias veces».
Esa es una gran verdad. Abel está enfrentando en un mismo momento y escenario, a un presidente en ejercicio, Luis Abinader, y a uno que fue tres veces presidente, Leonel Fernández. Ante eso, el que tuviera como jefe de campaña a Francisco Javier García, el más experimentado y exitoso director de campañas electorales de la política dominicana, era una gran ventaja y una enorme fortaleza para el candidato del PLD. Pero Abel no lo entendió así. Y tiró por la borda lo que al parecer era una de sus grandes fortalezas como aspirante presidencial.
La respuesta de Abel: «Lo lamento»
La primera parte de la respuesta pública de Abel fue decir que «lamentaba la renuncia de Francisco Javier». Todo el mundo vio eso como una formalidad. Pero la otra parte de la respuesta muestra que, posiblemente, el hecho lo llevaría a tomar medidas urgentes para relanzar su proyecto, pues afirma que «junto a la dirección del PLD, encabezada por Danilo Medina, de la cual García es parte, se está trabajando para el relanzamiento del proyecto de nación generador de esperanza y bienestar que necesita el país».
En esa respuesta Abel evidencia que su proyecto será relanzado. Y con esta renuncia de su jefe de campaña eso se hace mucho más que necesario. A un año de las elecciones presidenciales y a nueve meses de las elecciones municipales, perder a quien se supone es el «cerebro operativo y administrativo» de la campaña electoral, es un golpe que estremece los cimientos de cualquier partido o candidatura. Y reponerse implica actuar con rapidez, certeza y precisión en las decisiones a tomar.
La respuesta de Danilo: «El PLD es duro de matar»
La renuncia de Francisco Javier se produjo justo el mismo día en que Danilo llegó al país. Y la respuesta de Danilo Medina a ese hecho fue inmediata, sincera y muy motivadora para la militancia del PLD. Lo primero que hizo fue emitir una declaración pública donde aclaraba que él no asumiría la jefatura de campaña de Abel Martínez debido a su condición de salud, pue si bien ya está muy recuperado, todavía debe mantenerse en el tratamiento para enfrentar el cáncer de próstata que le afecta.
Luego habló en una asamblea de los coordinadores provinciales de campaña del PLD y les garantizó que Francisco Javier, aunque abandonaba la jefatura de campaña, se mantendría en la dirección del PLD y no renunciará de ese partido. Esto lo hacía para despegar los rumores de que supuestamente Francisco Javier se juramentaría con Leonel Fernández en la Fuerza del Pueblo.
Asimismo, Danilo arengó a sus militancia para que la renuncia de Francisco Javier no afectara el ritmo de trabajo electoral y precisó de forma tajante que, contrario a cómo había afirmado el renunciante, en el PLD no habían dos agendas, sino que todos deberían tener muy claro que había una solo agenda en ese partido: «Trabajar para que Abel Martínez sea el próximo presidente de la República».

Danilo dijo también que fruto de lo que representa el PLD en el país, desde el gobierno y otros sectores, hay una campaña para destruir ese partido. «Les digo a todos ustedes que el PLD es como aquella película de Bruce Willis, el PLD «es duro de matar», no importa lo que han hecho ni lo que harán, el PLD es duro de matar», dijo con firmeza el expresidente de la República y líder del partido morado.
¿Saldrá bien el PLD de esta complicada situación?
El PLD atraviesa por una difícil situación, no solo por la renuncia de su jefe de campaña, sino por otros hechos que le están afectando seriamente su imagen y sus posibilidades electorales. Desde hace meses hay una campaña de desprestigio desde la Procuraduría General de la República, a través de informaciones sensacionalistas de supuestos casos de corrupción y apresamientos abusivos de parte de sus dirigentes. De igual manera, las últimas encuestas publicadas en el país han creado una percepción de que el PLD pasó al tercer lugar detrás de la Fuerza del Pueblo y que Abel Martínez está muy por debajo de Leonel Fernández.
A todo eso se suma una disputa interna en el PLD entre sectores que son partidarios de una alianza electoral de oposición desde las elecciones municipales, y otros que plantean que el PLD debe ir solo a las elecciones municipales, congresuales y presidenciales, debido a la fortaleza de su estructura partidaria.
Tanto el PLD como organización, Danilo como líder principal y Abel como candidato presidencial, tendrán que emplearse muy a fondo para poder sortear con éxito esta difícil situación y romper con esa percepción que cada día le va restando fortaleza electoral.
El PLD deberá ampliar y multiplicar su presencia como partido, deberá aumentar su presencia en los medios de comunicación y en las redes, aceitar su maquinaria electoral en las provincias y resistir estoicamente la campaña del gobierno de «convencer» a sus alcaldes y líderes municipales y provinciales para que se vayan al partido de gobierno.
Danilo Medina deberá emplearse a fondo para mantener la unidad y el orden en la campaña electoral. Consciente de que debe cuidarse, para que su salud no se resquebraje, deberá asumir una participación más activa y presencial en todas las actividades de la campaña. En estos momentos, Danilo es el único factor unificador del PLD.
Abel Martínez, por su lado, como candidato presidencial, deberá reorientar su accionar y esforzarse por ser un ente de conciliación e integración de todos los líderes del PLD. Y deberá entender y asumir el consejo que le da Francisco Javier en su carta de renuncia, cuando le dice lo siguiente: «…me permito insistirle en que la lucha política no es muscular, es una lucha de inteligencia donde el predominio de la humildad, la tolerancia y la sabiduría que solo Dios otorga, son el camino que conduce a la luz del triunfo».