
Oposición
Comparte Este Artículo
¿Qué tipo de oposición tenemos en el país? Tenemos una oposición que se cree fuerte pero en realidad es débil, carece de moral para hacer críticas al presente gobierno. Una oposición que debería enfocarse en el diseño y planificación de lineamientos para un posible gobierno, de fortalecer sus debilidades y domar sus fortalezas, tomando en cuenta que es una oposición gastada, manchada y con muchísimos casos aún por aclarar.
Qué tipo de oposición política tenemos que durante los largos años en que fueron gobierno no resolvieron un solo de los principales problemas básicos que tenemos en el país, pero si se concentraron en construir y edificar obras, algunas muy importantes, con mucha sobrevaluación de costes y corrupción. Creen algunos que gobernar un país como el nuestro es solo eso, construir para llenar el ego presidencialista y olvidar de solucionar los asuntos más acuciosos del país: educación, salud y servicios básicos.
Qué tipo de oposición nos gastamos que jamás ha diseñado ni hablado de planes para combatir la desgracia de la violencia de género, el desamparo de la niñez, la caótica situación de los hospitales públicos y la precariedad de todos los servicios que una nación que se respete tiene desarrolladas. Construyeron hospitales, escuelas, regalaron muñecas y bicicletas pero dónde están las soluciones
Qué tipo de oposición es que permitió durante sus años de gobierno el desorden migratorio que observamos en la ciudad, barrios, sectores y otras provincias del país sin el menor rubor y que ahora se pasa el tiempo culpando al gobierno de turno de ser los culpables de esa mafia migratoria que existía desde los propios consulados en Haití y en la frontera. De este desorden de ilegales que tenemos en el país y que parece no tener control ni solución. Las mafias aún existen en ambos lados de la frontera.
Somos un país con muchísimos problemas, con situaciones que urgen solución y que ningún gobierno ha tenido la voluntad política para ejecutar. Esa oposición gastada, prostituida que pretende enganchar nuevamente en el colectivo ciudadano con prospectos políticos jóvenes pero con mentalidad del medioevo continúa perdida y solo preocupada en hacer populismo barato en barrios, hablando del precio del pollo y con eslóganes demodé.
En ese sentido, se supone que las oposiciones políticas deben tener planes definidos y ser fuertes en sus estrategias de combate, reconocer sus errores políticos, económicos y judiciales para poder ofrecer cambios y convencer a una ciudadanía hastiada de políticos corruptos. No, aquí la oposición gastada juega al despiste, al olvido colectivo y a lavar su imagen con nuevas caras repitiendo los mismos absurdos y grandilocuentes discursos para enganchar en el gusto popular.
La oposición política es la unión de personas o grupos que persiguen fines contrapuestos a aquellos que buscan los grupos o personas que detentan el poder político y económico que son reconocidos institucionalmente como autoridades respecto de las cuales los grupos de oposición hacen resistencia, sirviéndose de métodos y medios.
Es deber de esa «oposición política» contribuir al fortalecimiento de la democracia. Apoyar las iniciativas de beneficio para todos que son emitidas desde el gobierno central. No es posible avanzar con una posición acomodada solo a sus intereses y frenando todo tipo de necesarias iniciativas. Para citar un ejemplo: la reforma constitucional. En caso de que para mejorar ciertas cosas sea necesaria. Es aunar esfuerzos conjuntamente con el gobierno para mejoras colectivas. No individuales.
Nuestros políticos desconocen, al parecer, lo que es realmente ser oposición política y solo les importa jugar el papel de «oposición» a según como sople el viento, sus intereses y negocios. Así como tenemos un sistema político gastado y corrupto, la ciudadanía debe exigir una mejora en la clase política dominante que solo le importa la demagogia y el populismo barato, sin excepciones. ¡Siglo XXI por favor!