
Momentum
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Con los apresamientos del grupo de importantes exfuncionarios del pasado gobierno, el Partido de la Liberación Dominicana recibe otra estocada de pronósticos reservados a su ya sarandeada anatomía.
Solo una marca fuerte es capaz de sostenerse en pie ante los embates de tantas tormentas políticas. El PLD lo es, y ello explica que esta organización permanezca como la principal fuerza organizada de la oposición, a pesar de la gravedad de las acusaciones que han llevado a cumplir largas medidas de coerción, sobre todo privados de libertad, a familiares y entorno íntimo del expresidente Danilo Medina, señalados en escándalos de corrupción administrativa.
A diferencia de los casos en que fueron señalados hermanos y miembros del «anillo» del expresidente, con los apresamientos de una veintena de exfuncionarios peledeístas, la reacción temprana de dirigentes y muchos militantes ha sido la de enfrentar al gobierno, plantarle cara a las acciones de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), sacar músculos y gritarle a todo pulmón «¡somos peledeístas, y no tenemos miedo», incluso señalarle al presidente Luis Abinader que su campaña recibió recursos provenientes del narcotráfico.
Claro, ese grito de desafío se coloca en los que no tiene razón para tener miedo, al menos de que vayan a ser incluidos en expediente de corrupción alguna.
Por otro lado, llueven las justificaciones, las críticas y sobre todo, los discursos que buscan desmeritar las acusaciones con artilugios procesales y estrategias de comunicación que lucen articuladas. ¡Muy bien! Todo vale a la hora de defenderse.
Lo cierto es que, por primera vez desde que se iniciaron los procesos «marinos» que han sentado en el banquillo derecho a más de un centenar de exfuncionarios del expresidente Danilo Medina, el PLD parece resuelto a dar batalla. Si bien al principio de los procesos, algunos dirigentes peledeístas declaraban que «cada quien debe dar cuentas de sus hechos», ahora parece que la estrategia cambió, y el llamado a la militancia que hace el secretario general morado Charles Mariotti para que la militancia peledeísta permanezca en las calles es una clara muestra de ello.
La primera acción, lunes temprano, ha sido convocar el Comité Central, no para debatir temas profundos de la política, sino con dos objetivos: una rueda de prensa con la mayor cantidad de funcionarios para la foto y llamar a la militancia a la Casa Nacional para «trazar línea y elevar la moral», y de ahí, ¡pa’la calle!
El asunto es que, siendo que ahora sí, y antes no, la defensa a ultranza de los apresados del pasado fin de semana hace notar la diferencia. Y es que ni siquiera con las detenciones de los hermanos el expresidente, o del general Adan Cáceres, hubo declaraciones y defensa del tono y temperatura que ahora.
Para algunos, no es nada raro la defensa de los compañeros del partido. Pero para otros, el asunto es que ahora sí le tocaron cerca al exmandatario, pues habiendo detenido al excandidato presencial, al ministro Administrativo y al ministro de Hacienda, ¿quién más queda en medio para llegar a Danilo?
Por otro lado, las detenciones ocurren en un momento que algunos analistas consideran «inoportuno», pues estamos casi a un año de las elecciones y estos apresamientos podrían ralentizar el escenario político.
De todas maneras, lo cierto es que una parte importante de la sociedad cuestionaba el hecho de que precisamente algunas de las figuras ahora detenidas, parecía que eran intocables. Y otros, los conspiranoicos, ya daban «razones» de negociaciones y acuerdos con implicaciones monetarias y electorales. Pero estos apresamientos cambia todo.