Modernidad sin afectar comprensión y transparencia
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La República Dominicana ha estudiado la automatización de los procesos electorales desde 2008, al implementar el escaneo y la transmisión electrónica de actas desde recintos de votación.
El Sistema de Votación Automatizado se estableció por la Ley 15-19, que facultó a la Junta Central Electoral (JCE) para la automatización progresiva del proceso de votación en el país.
Con ese método, se pretendió traer modernidad al sistema electoral dominicano, aportando celeridad a la jornada de votación; sin embargo, la primera experiencia no cumplió las expectativas.
En aquellos momentos, no hubo un consenso para el uso del voto automatizado, sobre todo luego de la experiencia en las primarias de octubre del 2019, y la gota que derramó el vaso: los comicios municipales de marzo del 2020. Las fallas en los equipos electrónicos motivaron la suspensión de ese certamen, apenas cuatro horas después de la apertura de los centros de votación.
La JCE explicó que se trató de un problema en el sistema de voto automatizado o electrónico que estrenábamos en el país. Esa dificultad provocó que no aparecieran todos los partidos o candidatos en la pantalla de las máquinas dispuestas para votar, generando reclamos de las organizaciones políticas afectadas. Nuevamente nos convoca el proceso eleccionario. Los comicios están a la vuelta de la esquina. ¿Nuestra barba está en remojo?
De cara a las elecciones del próximo 18 de febrero, en días pasados fuimos informados del resultado de la primera auditoría a dispositivos de la JCE: serias debilidades en ciberseguridad. Entre las recomendaciones está reforzar la protección del software de los equipos de digitalización, escaneo y transmisión de datos ante programas maliciosos, así como trabajar más con el sistema operativo y la base de datos.
La JCE dejó saber más tarde que esos errores ya habían sido solucionados, y procedió este pasado fin de semana a realizar la segunda prueba regional al cómputo electoral. Se constató el buen funcionamiento de los dispositivos en esta jornada, que tiene bajo su coordinación el personal de la Dirección Nacional de Elecciones, suplentes y secretarios.
Esperamos el informe final, pero mientras, debemos dar seguimiento a este dato: el miembro titular de la JCE, Rafael Vallejo, advirtió que es preciso profundizar en la capacitación del personal técnico.
El llamado es a no «dormirnos en nuestros laureles», como decía mi abuela. La evaluación realizada al sistema de votación automatizado para las elecciones del 2020 fue realizado por Pro V&V y en ella se indicó que no se identificó ninguna deficiencia importante en el sistema, y ya usted conoce la historia.
La inseguridad del sistema de voto electrónico ha llevado a muchos países a abstenerse o a retroceder y rechazarlo, sobre todo por las dudas de la fiabilidad del recuento del mismo.
Vale aclarar que para ser realmente electrónico, se requiere votar y contar los votos con equipos electrónicos. Una modalidad diferente es el voto electrónico en papel, mediante el cual los ciudadanos votan en un papel y mediante escaneo óptico se digitaliza la elección y de esta manera se facilita el recuento.
Ahora no tendremos ninguna de las dos. Según me informa alguien que participó en la reciente prueba de equipos, todo es manual: votar y contar los votos. La tecnología solo intervendrá en la digitalización del acta en una plantilla para transmitir a la JCE.
Nos hemos quemado en dos pruebas de fuego: voto electrónico y uso de escáneres para automatizar.
Para cambiar el proceso de votación de manual a electrónico nos falta mucho, aun más contando con una considerable cantidad de dominicanos que aún no comprenden este sistema, que se resisten al cambio y que no confían en sus niveles de transparencia.