Manual opositor para el perfecto fracaso
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La construcción de la democracia como sistema político existe desde el nacimiento de la civilización occidental. Por lo que podemos decir que el quehacer político siempre ha estado presente en las sociedades y junto a esta, la existencia de la oposición como una manera de contrarrestar a los gobernantes.
El politólogo italiano Gianfranco Pasquin definió la democracia como sistema político que tiene que consagrar, defender y validar la disparidad de intereses, la tolerancia conceptual y las necesidades diversas como bases fundamentales de su existencia.
El fortalecimiento democrático necesita la existencia de fuerzas opositoras que desarrollan el trabajo: partidos políticos, gremios especializados, sociedad civil, sindicatos y movimientos sociales, entre otros, para su buen funcionamiento.
Y como una expresión democrática, las encuestas políticas son mecanismos empleados para saber lo que piensa el electorado. Esta es definida como una fotografía del momento en que se realizan, así dicen comúnmente, hoy la mayoría de las encuestas en el país tienen una tendencia clara y eso podría decirse que es así –en gran medida– por las fallas estratégicas de la oposición.
Esa coalición de individuos o grupos que persiguen fines contradictorios a los reconocidos institucionalmente como autoridad, son los que se hacen llamar oposición, sirviéndose de métodos y medios constitucionales legalistas o ilegales y violentos contra aquellos que detentan el poder, me pregunto ¿qué están haciendo para alcanzar el poder?
La oposición está escribiendo un manual de cómo fracasar en su intento por llegar al poder:
Primer capítulo: diseñar una campaña contra una reelección hoy día como si fuera la de otro periodo de gobierno, en que ambos presidentes tuvieron que enfrentar crisis económicas, pero con matices diferentes y una población distinta que cuenta con más información, pese a ser subestimada.
Las campañas electorales son diferentes, no existen campañas iguales, todo cambia de forma permanente, copiar o repetir esquemas sin reconocer la realidad es un error y los estrategas saben bien que lo único que no «cambia es el cambio» en una campaña.
Segundo: el ataque a la sociedad civil o pensar que se sigue en el poder sin estarlo y mostrarse como que se bastan a sí mismos, es otro error que se paga caro. Nunca deben verse como adversarios las organizaciones sociales, la sociedad civil y los movimientos espontáneos; no minimizar los grupos que trabajaron en el pasado en su contra y ni poner epítetos despectivos a su trabajo. Hoy deben constituirse en sus mejores aliados.
Tercero: el objetivo central de toda campaña política electoral es ganar elecciones, de ahí que la vocería debe hacerla una persona empática, sin cuestionamiento ético y moral y con alta tasa de aceptación; hacer lo contrario, poner una cara con poca empatía, falta de credibilidad y alta tasa de rechazo liderando las campañas de ataque al gobierno, tendrá como resultados lo que dice el refrán «quien tira piedras teniendo techo de cristal…», conocen perfectamente el desenlace de sus actos.
Cuarto: los egos, el punto más triste y nostálgico del manual, si conocen lo imperativo de la alianza en los procesos electorales, saben que es necesaria y que deben concretarse, no obstante, los yo pueden más y cada cual corre un camino tortuoso. Interpretar como encerrona y pretender cercenar candidaturas comunes en los niveles congresuales y municipales, es dejar que los egos se pongan por encima del propósito de la campaña.
Quinto: el discurso de campaña debe girar en base a una estrategia bien fundamentada que ayude a concertar en torno al candidato, por lo que el manual opositor nunca debe estructurarse de forma exclusiva a sus seguidores, ser poco propositivo y que no sume a su favor a otras legiones, cuando los grupos políticos hacen lo contrario, tiene un discurso de ataque a la sociedad civil, movimientos populares, empresariado y oligarquía. ¿Dónde está la concertación?
Otro aspecto que entiendo, no favorece es la dispersión de la oposición política, esto no es algo planeado, es más bien la ley de vida actuando, nacer, crecer, reproducirse y morir. En el caso de RD esta etapa de desprendimientos la vivieron los partidos PRD y el PRSC, hoy toca al PLD.
Recuerden, a la hora de escribir el manual opositor que, para llegar al poder, se necesita una la campaña político electoral que sume, no que reste.