
«Mafias de militares, políticos y empresarios hacen negociazo con la migración haitiana»
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Esta es la segunda parte de la entrevista realizada a José Horario Rodríguez, diputado y dirigente del partido Opción Democrática.
En esta segunda parte, el joven dirigente político plantea su visión acerca del problema de la inmigración haitiana, haciendo un llamado a todos los sectores para hallar una solución dentro del marco del respeto a los derechos humanos y las necesidades de ambos pueblos.
En esta conversación en exclusiva para País Político, Rodríguez también nos habla sobre su trabajo en el Congreso, específicamente sobre el proyecto de licencia por paternidad que en estos momentos se discute en comisión en la Cámara Baja, de la tendencia actual en la derecha política y las perspectivas de su partido, al cual la Junta Central Electoral le acaba de restituir su personería jurídica.

El tema haitiano cobra mayor vigencia cada día. ¿Qué tú planteas de cara a este problema?
Yo creo que el verdadero problema radica en las mafias que hay, en el negociazo que hay con el tráfico de migrantes irregulares y su entrada a República Dominicana. Es una mafia que opera con complicidad de autoridades civiles y militares, empresarios y políticos corruptos que se benefician y se lucran con la entrada de mano de obra irregular, inmigrante, y que entonces luego se usa para manipular, despertar las emociones de rechazo hacia los haitianos, y yo creo que el rechazo debe ser a esos políticos, militares y empresarios corruptos, que son los que están provocando ese problema y se están beneficiando de eso.
Mientras tanto, pienso que nosotros no podemos embestirla contra la parte más débil, que es el migrante, que por demás es pobre, vive en miseria, no tiene educación y simplemente está buscando una mejor vida, para él y para su familia.
Despojándonos de pasiones, como parte de la política migratoria que el Estado dominicano debe definir, tenemos que reconocer que nos resulta conveniente contar con un porcentaje de mano de obra migrante para determinados sectores de la economía del país como la construcción y la producción agrícola, entre otros; sin embargo, debemos definir cuál es esa cantidad para poner un límite a partir de ahí.
Definido eso, a los migrantes, que como país necesitamos y estamos en capacidad de recibir, el propio Estado debe promover su regularización para que puedan vivir con sus derechos básicos garantizados, y a partir de ahí iniciar los procesos de repatriación, en el marco de la ley y de la garantía de derechos; y al mismo tiempo frenar y sancionar el negociazo que hay en la frontera traficando migrantes.
No hay dudas de que es un problema muy delicado, que despierta muchas pasiones, pero estoy convencido de que para poder abordarlo desde el Estado tenemos que dejar de lado esas pasiones y formular políticas públicas que vayan a beneficiar al país a partir de datos confiables y veraces.
Hay empresarios que son partidarios de la idea de desarrollar la frontera, crear allí empresas y medios de vida que permitan que los haitianos crucen a trabajar y regresen a su territorio al finalizar la jornada, como manera de disminuir el impacto de la migración hacia adentro del país.
Ese desarrollo fronterizo también debe servir para desincentivar la migración del campo a la ciudad en sentido general. Nosotros tenemos una concentración de la oferta de empleo, del trabajo, de comercio, de todo, en las grandes urbes, y específicamente en el Gran Santo Domingo, mientras se han ido despoblando los territorios de los pueblos, en especial de la zona fronteriza.
El desarrollo fronterizo también debe contribuir a dinamizar la economía para dar empleos de calidad a los propios dominicanos residentes allí, y si de paso también sirve para contratar parte de esa población migrante que pueda seguir viendo en su país, pues ¡enhorabuena!
El problema migratorio, ¿a quién toca resolverlo, República Dominicana o la comunidad internacional?
Lo que tenemos es un gran problema para República Dominicana, y por eso insisto, desde el Estado hay que despojarse de las pasiones y hay que pensar como estadistas, en políticas públicas. Hay que conseguir apoyo de la comunidad internacional, me parece bien, pero no podemos simplemente sentarnos a esperar a que la comunidad internacional venga a resolver.
La migración es un fenómeno que se da en todas las regiones del mundo. En Costa Rica, por ejemplo, reciben migrantes de Nicaragua, porque tienen frontera y Nicaragua es un país más pobre. Colombia ahora está recibiendo a millones de venezolanos, pero en la década de los 80 era al revés, los venezolanos recibían a millones de colombianos.
Es un fenómeno que se da en todos los países que comparten fronteras donde hay desigualdad, y la desigualdad que hay entre la República Dominicana y Haití es muy notoria.

El Bloque Alternativo Progresista es un interesante ejercicio político, sin precedentes en el Congreso. ¿Cómo han logrado convencer a Aidée López, una diputada del Partido Liberal Reformista, a formar bloque con OD y AlPaís?
Se dio muy natural con Aidée López, porque nosotros nos conocimos en la Cámara, ya siendo diputados, y en el día a día nos fuimos dando cuenta de las afinidades que compartíamos, solíamos sin ni siquiera ponernos de acuerdo, defender los mismos temas y asumir las mismas posiciones y ella tenía la particularidad entre los 190 diputados que no estaba organizada en ningún bloque.
Los otros 189 diputados pertenecían a un bloque, aunque fuera un minoritario de dos, pero ella era la única que estaba suelta.
Al darse la «desfusión» entre Opción Democrática y Alianza País, pasamos a estar sueltos los tres, pues ya no había un bloque de Alianza País, porque el reglamento establece que deben haber dos diputados, y se quedó uno solo. Entonces, tenemos tres diputados, de tres partidos diferentes, pero que a lo largo de estos dos años siempre hemos tenido posturas parecidas. Y si ya se da natural esa coincidencia, entonces vamos a formalizar, y ahora tenemos un bloque integrado por tres diputados de tres partidos distintos, y eso nos fortalece frente a los demás
El proyecto de licencia por paternidad, ¿qué perspectivas tiene, se puede esperar que un Congreso que se opone a las tres causales, o derechos para minorías como la comunidad LGTB, apruebe este proyecto?
Yo creo que tiene muchas posibilidades de ser aprobado. Este Gobierno está comprometido con estos temas. Tenemos a una Primera Dama promoviendo la paternidad responsable, consciente también de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, de la responsabilidad compartida que implica criar a hijos e hijas, y el propio Presidente de la Cámara me dijo «Mira, me gusta ese proyecto, cuenta conmigo». Igual recibí las llamadas del ministro de Trabajo, el buen amigo Luis Miguel Decamps, y del superintendente de la Sisalril, Jesús Feris Iglesias, y me expresaron que están de acuerdo con el proyecto y su preocupación de dónde vamos a identificar los fondos para poder costear o financiar esa licencia, y quedamos pendientes de una reunión para poder de manera conjunta visualizar de dónde podemos sacar esos fondos.
Hay el entendimiento de que es necesario, que es de justicia que se otorgue esa licencia, remunerada. Lo que falta es un poquito de voluntad política para poder ver de dónde vamos a identificar los fondos para poder cubrir el costo de la licencia. Yo entiendo que debe ser de la Seguridad Social.
¿Qué respondes a las críticas de que este proyecto atenta contra las empresas o que los hombres usarán ese tiempo para otra cosa en lugar de contribuir con la familia?
Para mí ha sido mucho más el apoyo. Yo creo que pocos proyectos ha recibido ese feedback. A mí me llama gente para decirme «Mira, mi esposa va a dar a luz en octubre, ¿tú crees que de aquí allá se haya aprobado?», o madres que me dicen cosas como «Mira, yo me quedé en la casa con una cesárea, y se me abrió la herida porque me caí y estaba sola atendiendo mi bebé, y atendiéndome yo, porque no tenía quien me ayudara. ¡Qué diferente habría sido si mi esposo hubiera estado conmigo, aquí en el hogar esos primeros meses!».
Quien entiende que eso sería para salir a beber, entonces es un mal padre, o escogió un mal esposo y un mal padre para tener a su hijo.
Yo creo que no pueden pagar los buenos padres, responsables, que son más, por quienes no asumen sus responsabilidades. Soy de opinión que ese derecho debe existir en nuestro país. La mayoría de los países ya lo van incorporando a sus legislaciones, y ello va a contribuir a tener un impacto muy significativo en el fortalecimiento de la familia.
En los últimos años se advierte el surgimiento de un discurso de derecha, negador de derechos. ¿A qué atribuyes el fenómeno en nuestro país?
Pienso que no es un fenómeno exclusivo de República Dominicana, ese es un movimiento internacional, para no decir mundial, y toma fuerza con la llegada de Donald Trump al poder, en un país como Estados Unidos, que ejerce tanta influencia económica, cultural y sobre el resto del mundo y de la región.
Ese discurso ha estado presente siempre en nuestro país. Fíjate que aquí la izquierda no ha sido gobierno nunca desde que estamos en democracia, mientras la derecha ha sido hegemónica. Yo digo que de todos los problemas que exhibe República Dominicana hoy no se le puede achacar uno solo a la izquierda, porque no ha gobernado nunca. Todos los problemas que tenemos son resultado de gobiernos de derecha.
Este discurso, sobre todo de una derecha más radical, más negadora de derechos, que a veces uno se dice «pero ven acá, ¿es odio que se intenta promover, colocar en la sociedad?».
Eso es una preocupación. Esto ha tomado fuerza con el ascenso de Donal Trump, de Bolsonaro en Brasil, el auge de VOX en un país como España, que tienen esa tendencia, y aquí encuentra eco, por supuesto.
Las redes sociales también contribuyen a propagar el auge de ese discurso, y creo que la manera de contrarrestarlo es haciendo lo opuesto, enfatizando en lo bueno que nos une como sociedad, no lo que nos divide; es haciendo énfasis en los aspectos que nos hacen mejores personas, mejores dominicanos, que es la solidaridad, es la empatía, tender una mano, el amor al prójimo, la hospitalidad [que nada de eso significa que tengamos que ser tontos].
Son valores que nos hacen ser mejores dominicanos. Estamos hablando de enseñanzas que fue Jesucristo quien las trajo aquí y que nos la dejó; entonces, esos son los valores que nos hacen mejores dominicanos.
Creo que eso es el énfasis que nosotros tenemos que hacer. Cuando hay esa embestida hacia la división, hacia el rechazo, hacia la negación de derechos, esa es la medicina.
Se está hablando de “nueva derecha”, en un país con recuerdos amargos del paso de la derecha por el poder, como Trujillo, Triunvirato o Balaguer. ¿Supone una amenaza a la democracia el surgimiento de estos movimientos?
La democracia uno nunca debe darla por sentado; hay que cuidarla, defenderla, protegerla siempre. Por eso empecé diciendo que yo soy primero demócrata, luego soy un político progresista, de izquierda. ¿Por qué?, porque no hay un régimen o sistema de gobierno mejor que la democracia. No es perfecto, implica a veces que uno no siempre es mayoría, y que por lo tanto, se gana y se pierde, puede conllevar a veces a lágrimas en el camino.
Defender ese modelo, y ese derecho que tenemos a que entre todas y todos , en igualdad de género, decidamos quiénes nos gobiernan, es para mi innegociable. Para que un gobierno sea democrático, también debe proteger a las mujeres, los derechos de las mujeres, por igual, tiene que estar representado. Nunca podemos dar por sentada la democracia. Hay que entender que nunca llegamos a un estado pleno de la democracia, que es progresiva, gradual, y siempre se puede mejorar.

¿Cómo va Opción Democrática? ¿Qué tal el proceso de reorganización y fortalecimiento?
¡Vamos súper bien! El partido está creciendo mucho, se está acercando mucha gente que se siente motivada, inspirada, que le genera esperanza lo que nosotros estamos haciendo, y eso nos hace sentir sumamente contentos, satisfechos.
¡Vamos bien!, esperando que en cualquier momento la Junta Central Electoral va a formalizar la restitución de nuestra personería jurídica, con la certeza de que Opción Democrática estará en la boleta electoral de 2024 y que desde ahí podremos presentarle al país una alternativa progresista que nunca ha tenido, con vocación real de poder, con posibilidades reales de avanzar, de ganar, porque si no le demuestras a la gente que tú tienes posibilidades de ganar, entonces la gente, aunque simpatice con tus ideas, se van. Estamos trabajando para eso.
¿Se puede hablar de que se está produciendo un relevo en el liderazgo de la izquierda?
Creo que sí, que hay un buen relevo, que ha aprendido de los errores del pasado, y que además, tenemos el compromiso que demostrar que hemos aprendido, para los futuros procesos electorales, con mayor capacidad para avanzar hacia la unidad, hacia prácticas democráticas, porque para que haya unidad, debe haber mecanismos democráticos que permitan construir esa unidad.
Yo quiero creer que sí, que hemos aprendido de los errores del pasado para lograr avanzar, y que las ideas nuestras tengan mayor incidencia a la hora de tomar las decisiones en el Estado. ¡Mucho trabajo, lo que más hay es trabajo, y ganas de trabajar!
Nota: Esta entrevista se realizó el pasado viernes 26 de agosto. Tres días después, lunes 29, la Junta Central Electoral hacía pública la resolución 23-2022, mediante la cual restituyó la personería jurídica como partido político a Opción Democrática, lo que habilita a esa organización para participar en procesos electorales.