
La prudencia está de vacaciones
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Trabajábamos en la redacción política del periódico El Caribe para las elecciones de 1994, bajo la tutela editorial del doctor Germán Emilio Ornes. Teníamos bajo nuestra responsabilidad cubrir la fuente de la Junta Central Electoral y las actividades en la capital del candidato opositor José Francisco Peña Gómez.
Un año después, pasamos a la redacción central del desaparecido diario El Siglo, bajo las orientaciones del afable colega Alejandro Paniagua, que había ascendido a la dirección del moderno medio, después de la renuncia del veterano ejecutivo, Bienvenido Álvarez Vega, un maestro del periodismo ético.
En esos dos medios impresos, adquirimos la formación primaria necesaria para poder lidiar en los quehaceres propios del diarismo político. En esos años, nos codeábamos con el liderazgo político nacional. Llegamos a entrevistar a la crema y nata de los partidos de izquierda, centro y derecha sobre temas nacionales e internacionales. Y el tacto, la institucionalidad y la prudencia eran rasgos que se destacaban en los voceros de cada agrupación.
A nuestra llegada al diario propiedad de José Ureña y su grupo empresarial Bancomercio, recordamos que la jefa de redacción, la querida y veterana ejecutiva Patricia Arache, nos recomendó para cubrir los partidos de la Liberación Dominicana, Revolucionario Dominicano, el sistema educativo completo y las iglesias.
Todavía guardo en mi memoria lo difícil que era obtener una reacción en voz del profesor Lidio Cadet en su condición de secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, si la misma no había sido consensuada por el comité político. Imposible. Siempre me decía no puedo abordar ese tema porque no ha sido discutido en los organismos del partido. En esa época todo se manejaba de forma institucional.
El propio Reinaldo Pared Pérez (vieja escuela boschista) cuando asumió «el día a día» del partido morado reprodujo el mismo esquema o criterio para el manejo de temas coyunturales. Siempre actuaba en función de la línea partidaria.
Ahora parece que la prudencia está de vacaciones, que se ha ido detrás de las musas de Joan Manuel Serrat. Tengo que admitir que me hubiese gustado lograr un titular a ocho columnas del viejo periódico El Caribe con unas declaraciones como estas: «No apoyaremos tránsfugas» en medio de un proceso de pacto electoral. Es más: esa nota no sería publicada en el conservador periódico de la calle Doctor Defilló, del sector de Los Prados. El primero en oponerse sería el doctor Germán Emilio Ornes por la falta de tacto político.