La política y los tiempos
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LOS TIEMPOS.– Decía Maquiavelo que los principados (entiéndase por estos las posiciones de poder) se adquieren por fortuna, por virtud o por una mezcla de ambas. Los que se adquieren por fortuna llegan rápido, pero así mismo pasan. Los que por virtud, suelen tardar (algunas veces no llegar), pero cuando ocurren, su duración es más prolongada. Los que se obtienen por una mezcla de ambas, llegan cuando toca y perduran.
Es como estar en el momento preciso, con la preparación precisa. A eso se refería San Juan Bosco cuando instaba a la juventud a tener ideales, formarse en ellos, amarlos y cultivarlos, para aprovechar, cuando se presente, la oportunidad. La cosa es estar listos. Sin embargo, hay algo fundamental en todo esto: los tiempos. Esos marcos dentro de los que las interacciones humanas, sociales y políticas ocurren, y que se construyen y categorizan por los resultados de estas.
Azorín decía en El Político (aunque en otro contexto, pero extrapolable a este) que «contra lo que el tiempo ha ido estratificando, solo con el tiempo se puede luchar». Y esto es importante para reconocer los tiempos políticos que actualmente vive República Dominicana… Porque al final, los tiempos son ciclos con vida propia…
EL AHORA.– El PRM y aliados no llegaron al poder por fortuna. Duraron casi dos décadas esperando, mientras los que hoy son oposición retenían el mando sistémico y sistemático del país. Sin embargo, las interacciones (adentro y afuera) de los de ayer gobierno, produjeron su implosión y ruptura, así como la desafección de los intereses de la sociedad (organizada o no), dando oportunidad al actual oficialismo, quien luce haber estado preparado para aprovecharla.
Así las cosas, y ya descartado el mero azar, el PRM y aliados, encabezados por Luis Abinader, están demostrando virtud: en gobernar, en comunicar, en cambiar ciertas estructuras políticas y fácticas, y en consolidar su liderazgo de una forma decente y equilibrada, dando prioridad a los temas de la transparencia, la soberanía, el control de la inflación, el desarrollo turístico, la estabilidad social, económica y política, y la administración eficiente, sin sobresaltos reales, de los bienes públicos.
Eso les está permitiendo navegar con viento a favor en estos nuevos tiempos, o en este nuevo ciclo. Para constatarlo, solo hay que escapar de la teoría y de la discursiva estética, y abrevar una dosis cruda de realismo en clave poliárquica de Dahl: observar el balance de las afecciones políticas, sociales, empresariales, mediáticas, ideológicas… para entender que los tiempos actuales favorecen a la coalición oficialista, no por arte lúdico o de magia, sino por un manejo acorde a las expectativas creadas…
ATERRIZAJE.– Y ya en términos más llanos, el pasado fin de semana, el PRM y aliados lanzaron oficialmente la campaña de sus candidaturas municipales (elecciones que son el primer termometrazo del año), con un acto y varias caravanas que, fuera de lo simplemente visual (que muchas veces falla), ponen tapa al pomo en cuanto a lo que dicen las encuestas. El Distrito Nacional y Santo Domingo Este son los principales bastiones a conquistar en esta justa.
En el primero, epicentro económico y político del país, con una imagen pulcra y carismática, forjada con logros tangibles, Carolina Mejía ronda el 70% de intención de votos. En el segundo, municipio más grande electoralmente, Dío Astacio, hombre de valor y de reconocidas dotes gerenciales, cuenta con aproximadamente un 55% por ciento de las favorabilidades. Así las cosas, y en la primera batalla electoral, fuera de la inminencia del triunfo en primera vuelta del actual presidente, emerge la consolidación de nuevos actores en un ciclo que inicia, y, «como diría un chusco» (en memoria del viejo Orlando), «culpas del tiempo son, y no de España»…