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La cultura, como tema estratégico de desarrollo de la gente y sus localidades, sigue estando ausente de la gran mayoría de las propuestas de los postulantes a cargos congresuales y municipales.
En primer lugar, por la limitada y precaria conciencia respecto de lo que es una formación integral de un ciudadano, y segundo, porque la mayoría de los políticos dominicanos ven la cultura como si fuera algo correspondiente a la farándula, muy lejos de la visión sólida que tienen las personas en países desarrollados.
El rol de la cultura, el deporte y el desarrollo de otros elementos que proporcionan integridad a la vida de un ciudadano, en la República Dominicana son elementos estratégicos muy poco valorados y mal abordados por muchos de los que ingresan a la política, ven estos renglones del desarrollo de los seres humanos como actividades, puntuales, sin impacto transcendente. Consideran la inclusión de un niño o un joven como algo superficial, que en el mejor de los casos, les consuma tiempo de ocio. No hay una visión estatal, gubernamental, y menos un conocimiento real de parte de los tomadores de decisiones.
Es por lo anterior que al asumir una candidatura congresual o municipal, muy mínima representación conoce o tiene compromiso con desarrollar programas culturales que impacten positivamente a los territorios que desean liderar.
Un programa de política cultural no es citar actividades sueltas como realizar presentaciones de grupos artísticos, va más allá, implica plasmar un programa que se enfoque en ejecutar diferentes ejes, que a su vez, represeten los aspectos más importantes y que lograrán un impacto positivo en la cultura, identidad y expresiones culturales de esos entornos.
Por ejemplo, crear un programa en el que esté contemplada la formación en interpretación, baile de los ritmos autóctonos nacionales, y la inclusión dentro de él para la creación y funcionamiento de la Escuela de Música, además del diseño y puesta en operación de un lugar donde ir a bailar, aprender respecto del merengue, la bachata y, exclusivamente el son, denominado Chencha, espacio abierto, en honor a la bailadora de son, te habla de un programa, no de solo presentaciones o actividades sueltas. Y esto se puede presentar como un caso de éxito del actual alcalde de Santo Domingo Este, el artista Manuel Jiménez, y claro esto te da la respuesta de por qué su sensibilidad respecto a la cultura.
Sin embargo, ni siquiera los aspirantes que son artistas o han estado vinculados al arte, tienen en sus propuestas programas donde se impulse a la cultura, más allá de solo destacar dos o tres acciones orientadas a presentaciones artísticas. La cultura es más amplia, más relevante y necesita de programas realmente estratégicos.
