Juan Luis, un proyecto musical de nación
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Juan Luis y 4-40 es mucho más que un simple grupo de merengue y bachata, que ha logrado impactar por sus preciosos temas y su electrizante actuación en tarima.
Juan Luis Guerra y 4-40 son un verdadero sentir nacional convertido en música. Son el compromiso de una generación de jóvenes que encontraron en ellos la realización de sus sueños y de sus rebeldías. Ellos lograron conectar con el sentir de la patria a través de la música y se convirtieron en íconos del compromiso para transformarla.
Juan Luis ha dicho que las canciones no cambian las cosas en nuestras sociedades, que quienes pueden cambiarlas son los hombres y las mujeres que las escuchan. Pero si esas canciones llevan un alto sentido de identidad con esas transformaciones, contribuyen de manera directa a que esos hombres y mujeres que las escuchan puedan multiplicar su compromiso con ese cambio.
Un proyecto musical de nación
Juan Luis y 4-40 son un proyecto musical de nación vinculado y lleno de un compromiso con la calidad y con la innovación. Con el presente y el futuro. Con la dominicanidad y el deseo de ser mejores cada día.
Hace más de 30 años, con el merengue Ojalá que llueva café, Juan Luis definió la proclama de ese proyecto musical de nación que es 4-40. No se necesita estar militando de manera partidaria para ser un agente de compromiso y de cambio social. Lo único que se necesita es entender el signo de los tiempos, en el lugar justo donde estamos haciendo nuestra vida cotidiana.
Y Juan Luis lo entendió y lo asumió a plenitud. Él trazó la ruta con 4-40 para que la música, para que el merengue, la bachata, y todos los que nos sentimos identificados con su canto, caminemos firmes por el sendero de la dignidad patria y el compromiso de crecer en nuestras almas con otros sentimientos.
Los dominicanos son, entre muchas otras cosas, merengue, bachata y sueños. La dominicanidad se mueve por el mundo a través de güira, tambora, acordeón, maracas y guitarras. El proyecto de nación en el que todos sueñan encontró en Juan Luis y 4-40 un vocero ideal para empezar a construirla. El canto certero para que llueva café en el campo fortaleció el deseo de que todo cambie, de que toda sea mejor para las grandes mayorías que tanto lo necesitan.
Su canto es un canto de amor, de poesía, de sueños, pero también de ideales, de dominicanidad creciendo en los anhelos de redención, de orgullo patrio entre pentagramas, negras, corcheas y semicorcheas.
En estos tiempos donde una parte de la música dominicana ha perdido los valores y el compromiso con el futuro, Juan Luis y 4-40 son ese proyecto musical de nación que aspiramos dejar como herencia a nuestros hijos y nietos. Una nación que camine con claridad en la consecución de sus propósitos principales, llena de amor y de ternura, iluminada por la luz de la esperanza y cimentada en el Dios Todopoderoso, que es la razón de todas nuestras acciones.
Un siervo musical del Señor
La nación fue creada por Juan Pablo Duarte bajo el lema de ·Dios, Patria y Libertad, es decir, poniendo a Dios primero y como esencia de todo. Juan Luis entendió eso y luego de haber logrado todos los éxitos mundanos posibles, se dio cuenta que faltaba lo esencial en su vida. En ese momento, a mediados de la década los 90, Juan Luis hizo un alto en el camino y decidió asumir a Jesús como su Señor y Salvador, poniendo toda su carrera y sus éxitos a los pies del Creador. De ahí en adelante, todo fue diferente y mejor.
Nada de lo logrado por Juan Luis se compara con su condición de siervo musical del Señor. Su verdadera grandeza está en su humildad de entregarse a Dios y hacer su voluntad. La fama y el éxito suelen ser armas de doble filo si los seres humanos se hacen esclavos de ellos. Dice la Biblia en Mateo 6:33 que no nos afanemos por buscar las cosas del mundo, lo que debemos hacer es «buscar primeramente el reino de Dios, y todas esas cosas nos serán añadidas».
Cuando estaba en la cima de la popularidad y la fama, Juan Luis pensó que lo tenía todo y se dio cuenta que no tenía nada, que faltaba la esencia de su vida. Y buscó y encontró. Buscó a Jesús y llenó su vida de paz, calma, tranquilidad, que no se las garantizaba el espectáculo y la vida artística. Cuando entendió que la vida tiene real sentido si se la entregamos al Señor, entonces todo empezó a cambiar y de nuevo vino el éxito, vino la fama, pero de una manera diferente. Ya nada de eso lo manejaba ni determinaba su accionar. Dios se convirtió en su razón de ser y ahora tenemos a un artista mucho más seguro, mucho más completo y mucho más entregado a su propio arte, dirigido e inspirado por el Señor.
Juan Luis sigue siendo el artista creativo, exitoso innovador y triunfador. Pero es un Juan Luis muy diferente al de antes. Como muy bien lo dijo en su disco, para él ahora «no es lo mismo ni es igual». Y da las gracias a Dios por eso que ha hecho en su vida, en esa bella canción llamada Tan solo he venido:
Tan solo he venido
a estar contigo,
a ser tu amigo,
a compartir con mi Dios,
a adorarte y darte gracias,
por siempre gracias,
por lo que has hecho, Señor,
Conmigo…
Uno de los mejores compositores latinoamericanos
Juan Luis es considerado como uno de los mejores compositores latinoamericanos de todos los tiempos. Su dimensión en ese aspecto se compara con la de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Violeta Parra, Alberto Cortez, Manuel Alejandro, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Víctor Manuel, Armando Manzanero, Chico Buarque, entre muchos otros.
De su capacidad creativa han salido temas que por su calidad literaria y musical forman parte de la antología de la mejor música dominicana y del mundo. Temas como Amor de conuco, Ay, mujer, Ojalá que llueva café, Visa para un sueño, Burbujas de amor, Bachata rosa, La bilirrubina, La llave de mi corazón, Que me des tu cariño o Tan solo he venido, entre muchos otros, demuestran la capacidad extraordinaria de Juan Luis para crear canciones trascendentes, perdurables en el tiempo.
De sus 14 producciones y más de 20 compilaciones, Juan Luis y 4-40 han vendido más de 30 millones de discos. Y en las premiaciones internacionales como son los premios Grammy y Grammy Latino, ha escrito páginas memorables con los éxitos alcanzados. Ha ganado premios, incluyendo 127, Grammy Latino, dos Grammy y once Premios Latin Billboard.
Reconociendo su gran calidad y talento como compositor artistas importantes del mundo han grabado temas de Juan Luis. La lista incluye artistas como Luis Miguel, Emmanuel, el trío Los Panchos, Lucero, Mijares, Marco Antonio Muñiz, Ana Belén, Camarón de la Isla, Tomatito, Plácido Domingo, Mocedades, Gilberto Santa Rosa, Luis Fonsi, Danny Rivera, Raimundo Fagner y Daniela Mercury, Romeo Santos, Marcos Diego Torres, Juanes, Enrique Iglesias, entre otros. Asimismo, Juan Luis ha expresado su gran satisfacción por el hecho de que el tema Ojalá que llueva café fue grabado en idioma hebreo y Burbujas de amor en alemán.
En 1996, durante las celebraciones del 50 aniversario de la fundación del Colegio de Música de Berklee se escogieron los mejores 50 alumnos que habían pasado por sus aulas y Juan Luis fue escogido entre ellos. En el 2006, Juan Luis fue escogido por los propios estudiantes latinos que cursaban estudios allí como el Mejor estudiante latino y a la vez fue elegido para participar en el concierto especial de conmemoración de los 60 años de fundación de esa importante escuela bostoniana de preparación académica musical. Asimismo, se creó una beca con el nombre de Juan Luis Guerra para que estudiantes latinos de escasos recursos puedan ingresar a las aulas del Colegio de Música de Berklee.
Sus espectáculos han movilizado millones de personas en más de 30 países del mundo. Ha llenado estadios deportivos, estadios de fútbol, centros olímpicos, teatros, en fin, no existe un escenario de importancia para la música latina que no haya recibido la calidad y el sabor del célebre cantautor.
Juan Luis Guerra es un artista dominicano con una enorme proyección internacional y con un respaldo bien profundo en su propia patria. Un artista que ha tomado el sentimiento nacional y lo ha vestido de buena música, logrando que todos sus compatriotas sientan el orgullo de tener el merengue y la bachata haciendo bailar y gozar al mundo, vestidos de poesía, compromiso y entrega al Señor.