
Duarte y la libertad de creación
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El arte es creación, es re-creación y es sobre todo concepto e interpretación. La obra de arte depende de la mentalidad y los recursos técnicos, materiales y espirituales de quién la crea y la lectura de la misma dependería de quien la mira.
La creación es sinónimo de libertad y un gran artista tiende a ser valorado por su capacidad de traspasar los límites de lo conocido a través de su imaginación y conocimiento técnico que conduce su obra por otras visiones, espacios y formas que ni en sueños pudiera visualizar quien solo hace lo ya hecho.
Aunque los poderes del estado siempre han intentado imponer su visión personal como una imposición a la colectividad, el arte raras veces es sometido a través de leyes, decretos y oficios.
Las leyes regulan y deben regular lo que les confiere. Por ejemplo, en la República Dominicana hay leyes alusivas a los valores simbólicos que dieron origen a nuestra nación, con la ayuda de varios artículos contemplados en nuestra Carta Magna. Una de ellas que ojalá todos pudiéramos conocer, es la de los Símbolos Patrios, que regula su uso, que a su vez, no limita la creación.
Por ejemplo, el uso de la Bandera Nacional está regulado en su uso oficial, no oficial o privado, militar y mercante. Igual pasa con el Escudo Nacional y el Himno Nacional. A veces el uso de los mismos, es violado hasta «oficialmente», por desconocimiento de los propios actores contemplados en la ley.
En las fiestas de fin de año, Tulite, merenguero que se ha lucido –o excedido– en su intento de desmitificar lo oficial: se viste lo mismo de militar, que en pañal o con faldas, chaquetas, pantalones y vestidos con la Bandera Nacional.
La gente se pregunta si él u otra persona puede usar ropas de «Bandera» para vestirse. Le diríamos que puede hacerlo, siempre que no esté alineado como si fuera la bandera misma. Sin embargo, no puede usarse bajo ningún concepto el Escudo Nacional para asuntos de tipo comercial, propaganda política ni para actividades con fines de lucro. Entonces, si buscamos la respuesta para el reciente caso del vestuario de Tulile, donde se plasmó más de un escudo, sí está fuera de lo que contempla la citada ley.
Una institución pública o privada puede usar la bandera y sus formas y colores para establecer la denominación de origen o el sentido de pertenencia a una patria. En sus productos o promoción debe ser una inspiración, no la Bandera Nacional. Lo que convierte esta acción en un delito, es que guarde semejanza con la misma y peor, que incluyera el emblema del Escudo Nacional.

En la Ley 210-19 se establece un régimen de sanciones con el fin de que la población respete los símbolos patrios, bajo la premisa de que «la Bandera, el Himno Nacional y el Escudo Nacional constituyen símbolos esenciales de República Dominicana y, merecen, en consecuencia, todos los honores y respeto». Por eso, se considera como injuria bailar o aplaudir el Himno Nacional. Colocar una Bandera Nacional en una mesa. Que la Bandera toque el suelo o que se queme o se use para limpiar. La ley contempla la forma digna de eliminar nuestra bandera.
Ley de la imagen de Duarte
Llegados a este punto, nos detenemos en la controversia generada a partir de la decisión del Instituto Duartiano de mandar a quitar un mural de Juan Pablo Duarte en Pedernales y que alega como derecho la autoridad que le da la ley No. 193-19, la que ordena que las imágenes de los padres de la patria sean colocadas en todas las instituciones públicas del país y responsabiliza directamente al Instituto Duartiano a aprobar la imagen del fundador de la República a exhibir con categoría de oficial.
En el artículo 4 de la ley, se establece, que el Instituto Duartiano tiene a su cargo la selección de la imagen de Juan Pablo Duarte, previa a su declaración oficial según lo establecido por la ley 100-2701 del 27 de julio de 2001, que declara a esta entidad como un organismo de carácter oficial autónomo, con personería jurídica propia, el cual tendrá como objetivo difundir la vida y obra de Juan Pablo Duarte. Padre de la patria y fundador de la República Dominicana.
Esta ley establece que esta entidad debe elegir esa imagen, pero esa ley no establece la especificidad de que un artista deba sujetarse a esa sola imagen cada vez que quiera o deba crear una obra de arte inspirada en el fundador de la República.
La gran artista Quisqueya Lora publicó en sus redes sociales una obra sobre Duarte creada por el gran artista Paul Giudicelli, es un Duarte negro. Hemos visto imágenes de Duarte rubio, de ojos azules, gordo, flaco, joven, viejo, alto o pequeño.
En lienzos, murales, esculturas y dibujos en tantas técnicas y materiales, que si acusamos a los artistas de atentar contra el patricio, el país se vería abocado a una quema o destrucción de bustos, estatuas y pinturas sin precedentes.
Fue el primer gran historiador dominicano, José Gabriel García, quien le escribió a Rosa Duarte a Venezuela para que hiciera que el prócer se tomara una foto para cuando se contara la historia de la Independencia que hubiera una imagen suya.
Esa foto sirvió a Miguel Núñez para pintar el retrato más fiel de Duarte, sin embargo durante años y décadas Duarte ha sido «dignamente» distorsionado. El mostacho destacado, el pelo rubio, los ojos azules, grises, el pelo con ondulaciones a cada lado, como su hermano Celestino. Todo obra de la imaginación. Ya cambiaron el mural señalado, las interrogantes siguen…