
Joan Costa, In Memoriam
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«Los genios no deben morir», repito una y otra vez este verso de Mecano enmarcado en la canción Eungenio. Lo hago como un mantra cuando la muerte se lleva a alguien tan imprescindible como Joan Costa. Y lo replico con la ingenua intención de espantarla.
Y así, entre cotidianidades de la vida real y más cercana, el 24 de noviembre como un flash que eclipsó el día supe que había fallecido Joan Costa, uno de los grandes pensadores, sistematizadores y armadores del marco teórico del ejercicio contemporáneo de la comunicación organizacional, la gestión de la imagen y el branding corporativo en Iberoamérica. Lamentablemente nunca lo conocí, pero estoy marcada por sus aportes científicos.
Hace un año, cuando propuse el programa de la primera Jornada de Comunicación Corporativa de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) producto de los sueños, propuse invitarlo de manera virtual, pero reenfocamos el tema. Este año ambos siendo parte del proyecto internacional COIl, le hablé a mi colega el doctor Marco López, docente de la Escuela de Comunicación de (PUCE), para que en la segunda Jornada se lograra una conferencia magistral con él.
Pues antes de finalizar el año, se había marchado ese que encontré en los libros que fueron constituyendo parte de los criterios que norman mi formación de Dircom (Líder de la Comunicación); a quien su hambre intelectual le llevó a tener uno de los pensamientos científicos más visionarios de Iberoamérica respecto de la perspectiva de la gestión de la comunicación.
Todos los que nos dedicamos a gestionar imagen, ser guardianes de la marca, debíamos provocar un encuentro con la creación y postulados del investigador, la obra de quien se definió como autodidacta en el portal del Instituto Joan Costa.com.
Para despedirlo de pie, les dejo el storytelling que creó para su página: «Ser autodidacta es un lujo. Nunca había pisado una empresa, nunca estuve a sueldo, pero soy consultor corporativo en varios países. Nunca pisé una universidad, y soy profesor universitario, creo contenidos y cursos de comunicación, y soy tres veces doctor honoris causa. Mi tío materno, que era barbero, me enseñó a leer, y he publicado más de 40 libros y centenares de artículos. Casi sin darme cuenta. Con entusiasmo y coraje, todo fluye…».