Las mujeres le suben la vara al debate en RD
Comparte Este Artículo
En la República Dominicana los debates aunque no determinan la intención del voto, por lo menos, se han convertido en una vitrina para la exposición y la confrontación de propuestas de candidaturas, y más que el de los aspirantes a la Presidencia, el correspondiente a las candidatas fue el más auténtico escenario de todos los realizados, por la argumentación, contraargumentación de planes, de todos los realizados en el año 2024.
En nuestro país, todo comenzó el 17 de diciembre de 1962 con el legendario debate que protagonizaron el profesor Juan Bosch y el sacerdote jesuita Láutico García, que si bien no fue un debate presidencial, incluía a un candidato a la Presidencia.
De aquel tiempo a este, hubo intentos y reclamos de la necesidad de un debate entre candidatos presidenciales, pero es hasta los propiciados por el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), al que se sumó el auspiciado por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), y posteriormente, el organizado por el Consejo de Desarrollo Económico y Social de Santo Domingo (CODESSD).
Antes, los debates se caracterizaban más por la alternabilidad de los expositores en el turno para compartir sus conceptualizaciones, luego, el rigor de contender, de argumentar y contraargumentar se ha visto más de manifiesto. Y eso es lo que establecen, grosso modo, las escuelas internacionales de debates, y si especificamos en el modelo Harvard, bajo el cual son entrenados muchos de los políticos de América Latina, se basa en desarrollar las ideas en un tiempo estipulado y cronometrado, llevado por un moderador que es la máxima autoridad en el espacio.
En este caso, tanto en los debates organizados por el CODESSD, donde participaron los aspirantes presidenciales que no habían competido previamente, como en el evento que contó con la presencia de María Teresa Cabrera y Virginia Antares, hubo un buen desempeño. Aunque no fue la misma entidad que organizó el debate presidencial, esta fue una destacada actividad previa al evento organizado por ANJE, en el que las candidatas a la Vicepresidencia presentaron sus ideas.
En el debate organizado por el gremio empresarial ANJE fue muy aguerrido, donde el nivel de intensidad de la confrontación llegó a su punto más álgido, ¡y qué bien!, porque eso le dio a los aspirantes la necesidad y la posibilidad de tornarse más a la ofensiva en su defensoría, argumentación y contraargumentación, lo cual proporcionó a la ciudadanía más oportunidad de observar cómo, de dónde y qué planteaban Raquel Peña, actual vicepresidente de la República, quien busca la reelección por el Partido Revolucionario Moderno (PRM); Zoraima Cuello, Partido de la Liberación Dominicana (PLD) e Ingrid Mendoza, aspirante por el partido Fuerza del Pueblo.
Estas expositoras recurrieron a sus tiempos, a la extensión de este dentro del marco de lo establecido, pero no desperdiciaron ninguna posibilidad respecto de la calidad argumental y expositiva; dieron cátedras como profesionales de alto nivel, siendo Zoraima Cuello quien sobresaliera por el manejo del dato, de la narrativa en combinación con la fuerza de la ofensiva, haciendo evidente la incomodidad que provocó en la candidata que ostenta el puesto por el partido en el gobierno.
De las tres, la abogada Ingrid Mendoza es quien se sumó más tarde a los trabajos proselitistas debido a que siempre se dedicó a los trabajos privados, pero con cualidades de oratoria también destacables. En tanto, la actual vicepresidenta cuenta con una trayectoria de desempeño gerencial y empresarial, que le otorgan experiencia en su desempeño.
Primero, se hicieron de la mejor artillería, que es la calidad del contenido propositivo, fueron preparadas a la guerra, y la calidad de sus estrategias combativas fueron puestas en escena; articularon una narrativa de un perfil maduro de mujer política; articularon con excelencia el mensaje expuesto con lo verbal y el lenguaje gestual.
Ellas, le dieron una real sazón y parecido a una contienda argumental, similar a las que se pueden ver en España, Estados Unidos u otro país desarrollado, y que tiene estos programas como vitrina de transparencia para que la población pueda conocer mejor los planteamientos de los postulantes, y su selección sea más vinculada a la calidad y se fortalezca la democracia.