
G20: India
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La más reciente reunión de los 20 países más poderosos del mundo se dio cita en Nueva Delhi, India. El otro gigante asiático, un país en auge que se pone a prueba una vez más, cargado de matices, descomunales diferencias sociales, tradición, lenguas distintas, pero con grandes pretensiones de marcar el paso de nación potente entre las grandes naciones del mundo. Su Presidente Narendra Modi anunció en unas de las últimos encuentros del conclave del G20 que los dirigentes de los países miembros alcanzaron un consenso para una declaración común que, en referencia a la guerra en Ucrania, reclamó el respeto a la integridad territorial, pero evitaron manifestar una condena unánime contra Rusia. Una cumbre, además, marcada por el pulso entre las potencias occidentales, por un lado, China y Rusia y sus socios por el otro. Ausentes por demás, Xi Jinping y Vladímir Putin.
Una cumbre más que se suma a todas las anteriores reuniones de G20 donde se exponen todos los temas importantes a nivel global pero las acciones y resultados se quedan cortos. En esta cumbre el presidente Modi, controvertido líder nacionalista, exhibió músculos de logros económicos y geopolíticos sobre la sombra del deterioro democrático y sectario en su propio país. Algo importante a destacar es que se anunció un nuevo proyecto de infraestructura impulsado por EEUU y la UE que pretende crear nuevas conexiones, transportes, energéticas y digitales, entre la India, Oriente Próximo y Europa.
En ese sentido, el Presidente norteamericano Joe Biden participó en la cumbre y de paso fue con otro objetivo de reunirse en Hanoi con las autoridades de Vietnam para reformar las alianzas que entretejen en la región y responder al auge de su gran rival sistémico. La visita complementa otros pasos que la Casa Blanca ya ha dado en la región durante el mandato de Biden: el mes pasado acordó reforzar la alianza triangular con Corea del Sur y Japón, durante una cumbre trilateral en Camp David, la residencia de descanso del Presidente Biden. En lo que va de año ha dado nuevos impulsos al grupo informal conocido como Quad: India, Japón, Australia y Estados Unidos, o al pacto militar Aukus (Reino Unido, Australia y Estados Unidos). A pesar de que el mismo Presidente Biden dijo sentirse «decepcionado» por no verse cara a cara con el mandatario Xi Jinping.
Sin embargo, en esta Cumbre en la India como expresó el periodista Andrea Rizzi «la India sigue manteniendo en política exterior su tradicional mantra del no alinearse mientras cultiva con cada vez mayor convicción el objetivo de convertirse en un polo potente e independiente dentro de un mundo multipolar. Su desafío más inmediato y crítico es el pulso con China, una rivalidad que abarca cuestiones como las disputas territoriales, la competición por la influencia en la región, el apoyo de Pekín a Pakistán y otros factores sensibles». Así mismo, «el pulso de la India con China se entrevé detrás de los movimientos en el tablero mundial del país liderado por Modi: el intento de erigirse en portavoz del llamado sur global, el acercamiento de Nueva Delhi a Estados Unidos, la posición de la India en el foro BRICS».
Por su parte, el acercamiento de India a EEUU a causa del común recelo por el auge chino crece. Nada nuevo pero el movimiento incrementa con el Presidente Narendra Modi, quien visitó recientemente al Presidente Biden. Modi regresó a su país con acuerdos importantes de transferencia de tecnología de Defensa. El gobierno del nacionalista Narendra Modi no recibe precisamente elogios a lo largo y ancho del planeta por la implementación de ciertas políticas a lo largo de sus años de gobierno.
Esa es la geopolítica mundial: historia, alianzas y cónclaves. Las fichas se mueven según a conveniencia de las partes interesadas y los núcleos que se forman para enfrentar a otros. Las Cumbres G20, G7 continuarán su curso y la espera de resultados tangibles.