Fermín Ceballos brinda en el Día del Jazz con el estreno de «My baby is gone»
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El jazz no es sólo «la música de los músicos», también es maná que alimenta las almas en pena en estos tiempos cuando impera el reino de las canciones desechables. En el Día Internacional del Jazz, además de brindar y celebrar por sus cultores que legaron una obra imperecedera, artistas diseminados en el mundo andan gozosos por la ocasión.
Uno de esos artistas que hoy celebra por partida doble es Fermín Ceballos, arreglista, compositor, productor y cantante dominicano establecido desde hace unos años en New Orleans –¿no es esto una señal de los dioses?– que aprovecha la ocasión para estrenar My baby is gone, un sencillo cercano al blues que va definiendo el camino que recorrerá su próximo álbum.
«Es el primer blues de un EP que estoy trabajando, con la idea de volver a esos orígenes en el sonido, en el ritmo y en las letras, que para ese entonces eran canciones bien simple», comentó Fermín en conversación telefónica con País Político desde la acogedora ciudad musical del jazz. «En términos musicales, a la parte melódica y musical, me gusta mucho el delta blues que se desarrolló en New Orleans, Mississippi, Misouri y Tennessee en esos estados más al sur de Estados Unidos –del cual he estado estudiando e investigando en estos días– y me he contagiado de esa música».
Fermín Ceballos es un artista que se abre paso en el competitivo mercado de esta música en New Orleans, que combinará sus próximos discos tanto con su base natural, el merengue, la bachata y el perico ripiao, con los estilos del jazz, convencido que esta ciudad le ofrece grandes oportunidades para transitar con éxito por sus prestigiosos escenarios.
«La idea es expresarme musicalmente a través de estas melodías», señaló Ceballos. «Este blues en específico es un experimento, desde mi óptica como artista latino, tuve que emplearme a fondo escuchando melodías, sobre todo de la guitarra, familiarizarme con los movimientos que hacen los músicos del género, los sonidos que utilizan, y ha sido un experimento gratificante, un aprendizaje. Lo que busco con este disco es poder mostrar otra parte de mi creatividad como artista latino y poder incursionar en géneros que no son apropiadamente latinos, pero que compartimos en sus orígenes muchas cosas, como es el sufrimiento, venir del sistema empírico, artistas que no fueron a una escuela pero que sí tuvieron el talento suficiente para crear un nuevo género, como sucedió con el merengue».
La canción es una creación en su totalidad del propio artista, que la compuso, escribió la música, grabó la guitarra, armónica, arreglos y la producción. En la mezcla y el bajo contó con la participación de Bryan Santos.