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El marco de la presentación de la actividad más relevante de la alianza Rescate RD, que representa el pacto del Partido de la Liberación Dominicana, la Fuerza del Pueblo y el Revolucionario Dominicano, además de las altas expectativas que propició, también se desarrolló en medio de una guerra de noticias falsas. Mientras, estuvo ausente la gran noticia que se esperaba, que fuera realmente el anuncio de una decisión impactante.
La edición de videos o tomas de ángulos para contar una realidad que no sucedió lideró en el contexto de la presentación del acto que lució en las imágenes un orden y protocolo nada característicos de las otroras actividades organizadas por el PLD o la Fuerza del Pueblo. En su puesta en escena se observó falta de coordinación del manejo de la logística necesaria para colocar a quienes eran los actores fundamentales, y esto hasta produjo que la presencia de la exvicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, se notara fuera de orden y nada ceremonial.
Mientras el saludo de Danilo Medina y Leonel Fernández, presidentes respectivamente del PLD y la Fuerza del Pueblo, no provocó la magia esperada ni los códigos de salutación que sus seguidores deseaban, que pudieran ser capaces de convencer y animar a aquellos que no votaron en las municipales, y que esta «unidad» los moviera a hacerlo por la alianza.
En los mensajes de mentiras falsas, se crearon historias acerca de los gestos que se profesaron Margarita Cedeño y Leonel Fernández, generadas para crear ruido, relatos confusos y restar importancia al evento.
Otro error fue el desplazamiento en la tarima de la doctora Cedeño, que llamó más a la atención al subir a saludar a los líderes que el mensaje puesto en escena por el pacto. En tanto que la conducción de maestría de ceremonias se vio afectada por estas salutaciones improvisadas, y que de acuerdo al video, no tenía información de que se iba a producir.
Así las cosas en la oposición, resulta desconcertante la actitud de los partidarios del gobierno, quienes, ya creyéndose vencedores, desperdician recursos en batallas que consideran perdidas. No obstante, esto forma parte del escenario de la guerra democrática, la constante lucha por el poder.
