¿Es Luis Días el referente musical para honrarle con el Día Nacional del Rock Dominicano?
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El célebre músico, cantante, productor, investigador folklórico Luis Días (1952-2009) forjó a lo largo de su carrera una obra portentosa, que en sus inicios estuvo marcada por un interés casi obsesivo por la experimentación, impulsado por el arrebato de un joven inquieto, creativo, enérgico y auténtico. Hoy, a este artista que la Asociación de Cronistas de Arte otorgó en el 2010 un Soberano al Mérito póstumo, la Cámara de Diputados quiere honrarle instituyendo el 21 de junio, día de su natalicio, con el Día Nacional del Rock Dominicano.
La idea del proyecto de ley es de la merenguera y diputada Ylcemari Brito –Juliana O’Neal–, sometida ante la cámara baja y aprobada en primera lectura. A propósito de las motivaciones que impulsaron la iniciativa de la legisladora de la Fuerza del Pueblo, sustentada en la popularidad de su clásico inolvidable Baila en la calle, interpretado por Fernandito Villalona, por la huella artística que se aprecia en su trabajo a principios de los 70 con el grupo folklórico Convite, asalta la pregunta si es El Terror la figura más idónea para reservarle un efeméride para festejar el rock dominicano.
Manuel Betances, coleccionista, gestor cultural y promotor de la música nacional, defiende la iniciativa con determinación: « Absolutamente. Cada quien hizo lo suyo desde su época y su entorno. Así como lo hizo Milton Peláez, Walterio Coll o Pericles Mejia en los años 50; lo hicieron Los Masters en los 60, luego vino la canción protesta en los 70 que era nuestra conexión directa con el folk, y en los 80 surgieron varias agrupaciones que también le dieron un carácter musical al llamado rock», fue su respuesta a País Político.
Betances advierte que «es Luis que recoge todo ese legado de la música del siglo XX (jazz, rock, blues, folk, heavy metal), y lo asume junto a sus investigaciones musicales y le da un nuevo orden. Por eso considero que el grupo Transporte Urbano es el inicio de algo que puede llamarse rock dominicano».
La idea de concebir una fecha para honrar el rock dominicano es un proyecto que se había barajado en tertulias y actividades entre melómanos e investigadores musicales. «De hecho hace unos años yo había hablado de eso con unos amigos de que ese día –21 de junio– sería idóneo porque [El Terror] supo llevar al pentagrama esa realidad nuestra, transformando las armonías y clichés musicales. Supo hacer la verdadera fusión musical llevada al rock», señala Betances.
En el proyecto de ley sometido por Juliana O’Neal en la Cámara de Diputados se recuerda que «en el 1999, el artista fue homenajeado por el Centro Cultural de España con tres días dedicados a su obra, la publicación de un disco y un libro que habla sobre su carrera».
Pero la impronta de mayor reconocimiento, trascendencia nacional y registro internacional está íntimamente relacionada con el merengue. Luis Días produjo grandes éxitos como compositor, canciones cogidas por el gran público, interpretadas por El Mayimbe, Dioni Fernández, Sonia Silvestre y Sergio Vargas, este último sin duda el cantante que más le grabó.
A los años dorados del merengue, esa época insuperable que supuso la década de los 80, pertenecen temas legendarios producidos por El Terror: Dioni y Sandy y El Equipo grabaron en 1981 El guardia del arsenal; Sergio abraza su bellísima canción Marola, que publicó en 1988 y luego le siguen La novia, Las vampiras y Considérame. Luis popularizó sus propias creaciones, cuando en 1984 graba Ay ombe!, Liborio y Elena.
Las referencias merengueras en el universo del Terror son consistentes. El carrito, July Mateo (1983); Candelo, Canto de toros, Roca de piedras, Los Hijos del Rey (1983); Barrio caliente, Freddy Kenton (1984); In the Masquerade, Tríada (1990); Mar azul, Rolland Roll (1990); Ella me vivía, Alex Mansilla & Cañaveral (1989); María del mar y Gigante, Alex Bueno (1990).
El escritor, investigador y gestor cultural Alexis Méndez, autor del libro Salsa desde mi balcón: relatos y alegatos de un melómano, coincide con Manuel Betances. Señala que «definitivamente es el mayor referente. Luis combinó sonidos del rock con los de la tradición dominicana, algo así como un folk dominicano. Llevó patrones de tambores al punteo de su guitarra. Sin dudas, es un padre del rock con matices dominicanas».
El Terror echó raíces en Convite, un colectivo folklórico conformado a principios de los 70 que sirvió de canal para desarrollar investigaciones musicales, al que también pertenecieron la guitarrista Ana Marina Guzmán, Miguel Mañaná (percusión), el investigador folklórico Iván Domínguez, José Castillo y José Enrique Trinidad. Mostró un gran interés en investigar el origen de los estilos musicales para luego incorporar esos conocimientos a sus canciones.
El talentoso locutor Joel Reyes Colón, que ha estado en contacto con el rock de producción nacional durante muchos años como director de varias emisoras, sobre todo en los años que estuvo al frente de La Nota Diferente (95.7 FM), entiende que la iniciativa aprobada por los diputados honra el legado del célebre artista. «Luis Días es una de las grandes referencias musicales de la música dominicana», declaró a País Político. «Él combinó mucho de los diferentes ritmos nacionales con letras que se fueron más allá de lo que era popular en los 80. Dos ejemplos son la canción Liborio y Vickiana, tema el que, junto a su banda Transporte Urbano, mezcló una lírica poco usual con un rock muy nacional. Quizás por ese atrevimiento que alcanzó niveles más populares a Luis se le considera un referente para hablar de un rock dominicano que incluye no sólo la esencia de esa música sino también elementos folclóricos».
Sin embargo, Reyes Colón recuerda que antes surgieron otras referencias musicales –como citó Betances, a Milton Peláez– «y otros tantos que en los años sesenta y setenta del siglo pasado, antes de que Luis diera a conocer todo su talento, también intentaron adaptar su amor al rock con su entorno. «De todas formas, sea por Luis Días o por los pioneros, es muy merecido que finalmente se reconozca la música y los aportes de los que expandieron las influencias musicales para hacer algo que vaya entre lo nacional y lo internacional».
A la autora del libro Rumbas barriales, Rossy Díaz, le parece importante que se legisle a favor de la música dominicana «y entiendo que más importante aún es que una figura como Luis Terror Días sea reconocida por el Estado con un día, en este caso el día de su natalicio, que pudiera ser más bien vinculado a uno de sus más grandes méritos, que es su puesta en valor del folklore de nuestro país, por ejemplo, que es trascendental. Considero que este día podría ser conmemorado como el Día Nacional Luis “Terror” Días, simplemente».
Ciertamente, Luis es la figura más portentosa del género en el país por su intensa labor creativa, compositiva y original, aun con sus origines o primeros pasos de manera mancomunada junto al grupo Convite y Fradique Lizardo, sostiene el investigador musical Alex Quezada, donde encontramos piezas de carácter folclórico y costumbristas –a ritmo de salves, pri, pri, mangulina–, y que algunas no dejaban de tener cierto aire sociopolítico. Señala que en piezas como Ñangué, Juana, Con flores a María y Cabilando Pedro va, se perciben las influencias de figuras del folk norteamericano como Bod Dylan, Joan Báez o Richie Haven.
De todas maneras, Quezada puntualiza que «vale señalar que mientras Luis y Convite venían avanzando de Bonao a la capital (1971), ya Santo Domingo tenía una escena rock desde mediados de los años 60 –sobre todo después de la Revolución de Abril–, eminentemente con bandas haciendo covers de los grupos de rock anglos. Entre esas figuras del copyband estaban Milton Peláez, Macho Miolán, Johnny Morillo, René de León, Richard Gómez, Iván Rodríguez, Sergio Sánchez, Rasputín, El Gran Comprés, Joe Nicolás, Dioni Fernández (en La Vega); pero ya sabemos que toda esa gente tomó rutas diversas con el paso de los años, y en cambio, Luis Días reforzó y amplió su propuesta en muchos ámbitos donde su producción de rock fue notoria».
Luis Días se erigió como un referente de la música popular dominicana, conocedor de las raíces folklóricas que por sus investigaciones parieron dos elepés, Candelo (1974) y Convida (1976), camino que sigue recorriendo tras la separación del grupo cuando conforma el grupo Madora. La propuesta para designar el 21 de junio como el Día Nacional del Rock Dominicano debe ser aprobada en una segunda lectura y si logra el voto de los legisladores pasaría al Senado para su conocimiento.