
El merengue típico como patrimonio cultural de Santiago
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La buena noticia de que los ediles de Santiago atendieron positivamente a una solicitud del departamento de Arte y Cultura, previamente aprobado por el alcalde Abel Martínez para que el merengue típico fuera declarado «Patrimonio de Santiago» se corresponde con nuestra idea de apropiación cultural de sus valores territoriales que debería hacer cada provincia, ciudad, pueblo, campo, barrio y hasta una calle.
Si los espacios no se hacen cargo de sus bienes culturales, materiales e inmateriales, el futuro de nuestro acervo, de sus grandes creadores y representantes de la identidad creativa del dominicano, en todas las ramas del arte, se verá fuertemente en peligro.
No podemos seguir siendo un país sin referentes. Nos quejamos de una educación vacía, que incluye la indiferencia: donde nadie sabe quién fue o es alguien importante de su entorno.
Queremos ser un espacio de acopio de turistas de todo el mundo, brindándoles copias risibles de su propia cultura en lugar de hacer representaciones creíbles, con contenido y puesta escénica auténtica que se corresponda con nuestro ser y quehacer.
Santiago nos ha llevado la delantera al resto de provincias, al dejar plasmada en murales por toda la ciudad la historia de los artistas santiagueros o cibaeños y luego de los artistas nacionales que han marcado la diferencia. Ahí están los merengueros de las orquestas, los actores, los comunicadores y los artistas que han dedicado su vida y su talento a la música popular y al arte de República Dominicana.
Nuestro país tiene la suerte de ser un espacio de creación, de invención y aún en el más precario de los casos, de gente que con una mínima preparación a fuerza de disciplina y voluntad se convierten en referentes no solo del país sino incluso de otros muchos países que avanzan a base de algo que nos ha fallado siempre, la academia, sin embargo no ha hecho falta para lo que han logrado nuestros músicos.
Artistas que como Toño Abreu y Ñico Lora, según señala Rafael Chaljub Mejía en Antes de que te vayas, se dedicaron a plasmar con música de acordeón: «El ambiente social y humano, los sucesos de la cotidianidad, las ocurrencias del pueblo y los demás elementos del folclor en medio del cual discurre su vida».
El perico ripiao
Cuando hablamos de perico ripiao estamos hablando de una música que otros identifican como «merengue de tierra adentro», «merengue típico», «merengue liniero», «merengue de gallera y enramada» y al decir de Chaljub Mejía, uno de sus más apasionados estudiosos, «el principal aire folclórico nacional».
Para mí, que nací en Monte Plata, simplemente la música de acordeón era esa que acompañaba mis atardeceres, pues la música producida con ese instrumento estaba sujeta a la del programa del atardecer «música de tierra de adentro», junto a mi amiga de infancia Inocencia Rivera, sonido que aún me acompaña como recuerdo ineludible de mi infancia.

Huchi Lora, periodista, productor de cine, TV e investigador musical, sostiene que el nombre del perico ripiaose acuñó en Santiago, específicamente en La Joya, uno de sus barrios más emblemáticos. En un prostíbulo donde los hombres iban a «ripiar el perico» y donde por supuesto, se tocaba el acordeón, importado al país, desde 1840 por comerciantes santiagueros, inmortalizados por el poeta Juan Antonio Alix en estos versos:
Por Bernabé (Morales) y (Joaquín) Beltrán / traer tantos acordeones / en campos y en poblaciones / nada más se oye el fuin fuan.
Increíble cómo hemos tenido la capacidad de sacar música y acordes impensables a esos acordeones de una sola carrera o de dos líneas, los demás de tres o cuatro carreras no llegaron al país y sin embargo, nuestros músicos pasaron su alma a través de sus dedos pulsando unos pocos botones que tenían dos tonos y se convirtieron en arcoíris sonoros.
Los nombres y sus obras sobran. Algunos del Este y hasta del Sur, pero son las excepciones. Porque encabezado por Santiago, está el Cibao entero para atestiguar que de ellos es la música de acordeón. Nagua, se enorgullece de Tatico Henríquez, Bartolo Alvarado «El Cieguito de Nagua»; Santiago de tantos pero sobre todo de Toño Abreu, autor de clásicos como Caña brava o Cabo e’ vela. Santiago Rodríguez, con emblemas como Fefita La Grande y su Vamo’ a hablar inglés, o La cosquillita de Francisco Ulloa desde Puerto Plata.
La mayoría de los que sembraron su alma en el merengue típico, desde las galleras, desde sus espacios abiertos y enramadas en cada lugar, tendrán que ser investigadas y censadas por sus autoridades e interesados en la cultura de sus espacios, tal vez no han llegado a ser conocidos, pero sus aportes no deben ser menospreciados, sino asumidos y valorados.
El merengue tiene reyes en cada una de sus manifestaciones, hay merengue de cuerdas, merengue orquestado, merenguero típico, bacharengue, merengue urbano y merenrap y todo lo que quiera, cada uno tiene cultivadores y seguidores, pero no existe un merengue que tenga más sentido de la geografía que el merengue que con todo el derecho del mundo el Cibao ha hecho suyo.
Y, sobre todo, porque el merengue típico ha sido una escuela de la alegría para el país. Huchi Lora ha documentado para sus incesantes seguidores y estudiosos, el hecho de que este forma parte del carácter nacional: «El bien que le hizo el acordeón al merengue es más grande que el mal. Tiene pocos tonos, pero los tonos que tiene suenan alegres. Los tonos que tiene el acordeón no son tristes.
Cibaeño / y no lo puedo negar / el merengue sigue siendo /nuestra raíz musical / … el país dominicano / es un país muy ardiente / en cada rincón del mundo / el merengue está presente / … el merengue nació rico / eso no es cosa de ahora / y sus instrumentos son / acordeón, güira y tambora.
Alcedito Ureña
Me quedo con la percepción de Huchi Lora quien sostiene que si «el acordeón le hizo un daño al merengue limitando sus posibilidades de creación», pero que «también hizo un gran bien», y que el bien que hizo «es más grande que el mal».
Lo que Huchi quiere que entendamos es que el merengue típico no tiene tonos tristes y que con sus tonos altos y alegres ayudó al carácter alegre del dominicano.
Le creo a Huchi y por eso felicitamos a Yanilsa Cruz por la iniciativa, a Abel Martínez por la corroboración –muy oportuna– y a los ediles por haber dicho que sí. Sabemos que la música típica es un tesoro nacional… Con el permiso de Elvis Crespo, también levantamos la mano…